El Muro de Berlín en Madrid: «Los fragmentos nos instan a no bajar la guardia contra los peligros que amenazan la libertad»
La Fundación Canal presenta El Muro de Berlín. Un mundo dividido, la primera exposición itinerante a gran escala sobre el mayor símbolo de la Guerra Fría
Hace 34 años, el 9 de noviembre de 1989, caía el Muro que había dividido la capital alemana durante 28 años. El Muro no solo dividía una ciudad, sino que simbólicamente también dividía al mundo bipolar con dos referentes de gran peso, Estados Unidos y la Unión Soviética. Su derrumbamiento posibilitó la reunificación alemana, la desaparición de la Unión Soviética y el fin de la Guerra Fría.
Con motivo del 34º aniversario de este acontecimiento histórico la Fundación Canal ha traído a Madrid más de 20 metros del Muro de Berlín y una amplia colección de más de 300 objetos acompañados de vídeos y testimonios en la primera exposición itinerante. Se trata de El Muro de Berlín. Un mundo dividido, una exposición a cargo de Musealia con la colaboración de la Fundación Muro de Berlín que abrió sus puertas el 9 de noviembre de 2023 en la Sala Castellana 214.
Para Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, quien inauguró la exposición, se trata de una muestra clave: «La libertad ha estado, está y seguirá estando en juego. Por eso, 34 años después de la caída del Muro de Berlín, esta exposición recorre el mundo por primera vez para enseñar y exponer la barbarie que supuso su construcción».
Madrid, ciudad hermanada con Berlín desde el 4 de noviembre de 1988, se convierte así en la primera parada de una itinerancia de siete años durante los que la exposición recorrerá diversas ciudades en todo el mundo. La muestra explora las diferentes perspectivas de las experiencias vividas a ambos lados del muro durante casi tres décadas, constituyéndose como un testimonio humano de la realidad que representó este símbolo: un conflicto global entre el capitalismo y el comunismo que llevó al mundo al borde de la destrucción nuclear.
«El mensaje que tiene esta exposición y estos fragmentos de muro es que precisamente nosotros, cada generación es responsable de cuidar, proteger, de defender la democracia, la libertad y los Derechos Humanos», apuntó Luis Ferreiro, director de Musealia durante la presentación del proyecto. Terminó su intervención expresando su deseo de que esta muestra ayude a «adentrarnos en una historia compleja y comprender que es posible unirse para luchar por la libertad, democracia y la coexistencia pacífica entre distintos».
El Muro de Berlín. Un mundo dividido muestra cómo Berlín se posicionó, luchó, escapó, se acomodó y, finalmente, venció la división de la Guerra Fría. Por ello el punto central de la exposición son las personas: «Siempre se trata de las personas», indica el profesor y director de la Fundación Muro de Berlín Axel Klausmeier. La exposición es relevante hoy porque muestra «que los individuos pueden cambiar el mundo, pueden hacer de él un lugar mejor si las circunstancias políticas son las adecuadas. Ese es uno de los mensajes claves de esta exposición», reconoce el alemán.
Porque fueron los berlineses quienes hicieron posible la caída de ese «Muro de la Vergüenza». Un hecho que fue posible, según explicó Maria Margarete Gosse, embajadora de la República Federal de Alemania, gracias a «una revolución pacífica sin precedentes en la historia alemana. Porque una cosa es cierta: sin los numerosos movimientos de los derechos civiles que iniciaron protestas pacíficas en las iglesias, en las plazas... fueron los propios ciudadanos quienes dijeron 'queremos otra vida, queremos nuestra libertad, queremos derechos humanos y lo queremos sin violencia'».
Fueron los ciudadanos quienes dijeron 'queremos otra vida, queremos nuestra libertad, queremos derechos humanos y lo queremos sin violencia'
Para terminar su intervención, la embajadora ha indicado que «es doloroso ver surgir movimientos que abogan por el nacionalismo y la fragmentación. Así como revisitar una Europa que conoce la guerra en su territorio», por ello «los fragmentos del Muro de Berlín nos recuerdan el pasado, un pasado brutal y nos instan a que no bajemos la guardia contra los peligros que amenazan la libertad y la democracia».
La exposición cuenta, entre otras piezas, con 20 metros del propio Muro, de 3,5 metros de altura y 2,6 toneladas, y materiales que retratan su evolución con el paso de las décadas, como el alambre de espino colocado en la primera etapa de la división. Las tensiones vividas a nivel global durante el conflicto de la Guerra Fría se verán reflejadas a través de elementos como un carrito de bebé utilizado para el contrabando y la provisión de alimentos, unas gafas de cristal grueso empleadas durante las detonaciones nucleares, un detector de radiación, el tramo de un túnel de espionaje que atravesaba el Berlín subterráneo o archivos secretos de la Stasi, el servicio de inteligencia de Alemania del Este. Además, un martillo y un cincel usados para demoler el Muro el 9 de noviembre de 1989, entre otros objetos, representarán su caída y el ansiado final de la Guerra Fría.