Juan de Grijalva, el español que pudo conquistar México antes que Hernán Cortés
El mayor misterio de la vida de Grijalva estriba en determinar por qué no fue más arriesgado y decidido. Grijalva pudo haber sido el conquistador de México y ha pasado solo como un explorador de segunda fila
A principios del siglo XVI el continente americano era todavía un misterio para los españoles, salvo una pequeña porción de costa en el Darién. Por tanto, era un territorio de exploración abierto a la conquista. El sitio donde desarrollar las aspiraciones de gloria y riqueza. Era gobernador de Cuba Diego Velázquez, el hombre que Hernando Colón mandó a conquistar la isla. Aliados primero, luego enemigos como era la norma entre los ambiciosos hombres de conquista.
Velázquez se propuso explorar las costas continentales opuestas, sin tener la seguridad de si era tierra firma o nuevas islas. Por eso ordenó tres expediciones, narradas luego por el controvertido fray Diego de Landa en su Relación de las cosas de Yucatán, escrito hacia 1565 y publicado por primera vez en español en 1985. Landa, al igual que Fernández de Oviedo, Las Casas, Solís y otros cronistas no conocieron de primera mano los hechos, aunque conocieron a testigos presenciales.
Solo Díaz del Castillo estuvo en el segundo viaje, aunque no le dedicó demasiada atención en su relación. Todos los historiadores beben del Itinerario de la armada del rey católico a la isla de Yucatán, en la India, en el año 1518, en la que fue por comandante y capitán general Juan de Grijalva, escrito para Su Alteza por el capellán mayor de la dicha armada, adjudicado a Juan Díaz, capellán en los viajes de Grijalva, Alvarado y Cortés.
En Yucatán vivían algunos náufragos de los que Balboa expulsó del Darién con Nicuesa en 1511, entre ellos Jerónimo de Aguilar que serviría de intérprete a Cortés años después. En 1517 el gobernador envió a Francisco Hernández de Córdoba con la misión de capturar esclavos para las minas. El viaje no fue muy fructífero. Hernández fue herido muchas veces y sí se dio cuenta de que la tierra era buena y tenía oro.
En mayo de 1518, Velázquez mandó a su paisano Juan de Grijalva con cuatro navíos. Uno de los pilotos, Alamillos, ya había estado con Hernández. También lo acompañaban Montejo, Alvarado y Dávila otros de los pioneros en México. Grijalba ya tenía experiencia en exploraciones en Cuba. Sus acciones le valieron una encomienda. Su viaje a México lo llevó a Cozumel y Yucatán, entonces considerada una isla, a Tabasco donde encontró a los pobladores indígenas por primera vez y a unas tierras que llamó San Juan de Ulúa donde luego se levantaría Veracruz.
El mayor misterio de la vida de Grijalva estriba en determinar por qué no fue más arriesgado y decidido. Grijalva pudo haber sido el conquistador de México y ha pasado solo como un explorador de segunda fila. Ante los ataques indios que sufrió, solo se le ocurrió mandar a Alvarado a Cuba para pedir refuerzos. Lo que provocó un informe negativo del enviado. No quiso en ningún caso, contra la opinión de sus lugartenientes, fundar una población.
Es cierto que esto iba en contra de las instrucciones recibidas de Velázquez y que no quiso contravenir. Cuando vio que los indios atacaban persistentemente, decidió volver a Cuba, desoyendo a Francisco de Montejo, Alonso Dávila y Cristóbal de Olid, partidarios de luchar y conquistar. Grijalba, como antes Alvarado, volvió con una cantidad considerable de oro. Esto contentó a Velázquez en un primer momento, aunque quizás pensara después que se pudo obtener más.
Lealtad al gobernador, temor o falta de ambición
La prudencia de Grijalva se puede explicar desde diversas opiniones. Algunos le atribuyen un exceso de temor, otros una falta de ambición impropia de los exploradores y otros más, un escrupuloso respeto a las instrucciones del gobernador: exploración, pero no conquista. Lo que no le otorgaba facultades para poblar. Señala Ángel Bozal en El descubrimiento de Méjico. Una gloria ignorada: Juan de Grijalva (Madrid, 1927), que su lealtad al gobernador y las instrucciones recibidas fue la causa principal, aunque no era incompatible con otras.
Grijalva había descubierto un país rico, pero con una organización avanzada que incluía un buen ejército al que quizás no se vio con fuerzas para combatir. Ni siquiera supo esperar los refuerzos que mandó pedir a Cuba con Alvarado. No pasó a la historia como el gran conquistador, sino como el que abrió la llave geográfica a la conquista.
Cuando Velázquez tuvo noticia de las fabulosas riquezas de la nueva tierra, envió a Hernán Cortés. Pero éste no era un hombre sumido a la obediencia y, lo primero que hizo fue fundar poblaciones para eludir la autoridad del gobernador. Esa fue la primera osadía del extremeño, conocedor de leyes por haber estudiado en Salamanca y un excelente estratega. Cuando Velázquez mandó a Pánfilo de Narváez a combatir a Cortés, Grijalva iba con él. En 1520 volvió con Francisco de Garay, autorizado a colonizar Amichel. Fue expulsado por Cortés. En 1523 Grijalva abandonó Santo Domingo, su residencia, para acudir a Honduras con Pedrarias Dávila. Allí murió el 21 de enero de 1527, combatiendo a los indios en Ulanche.