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'Muerte de César', de Carl Theodor von Piloty

'Muerte de César', de Carl Theodor von Piloty

¿Es verdad que Julio César padecía de epilepsia?

Cada año, el segundo lunes del mes de febrero se celebra el día internacional de la epilepsia, una iniciativa que busca concienciar a las personas sobre esta patología neuronal que sufren aproximadamente 65 millones de personas

Era el año 46 a.C. cuando Julio César se disponía a iniciar la decisiva batalla de Tapso (actual Túnez) contra los restos del ejército de Pompeyo; sin embargo, el genio militar tuvo un ataque de convulsiones y perdió el conocimiento. Se dice que, para evitar que cundiese el pánico entre las tropas, sus hombres le apartaron enseguida de las miradas y lo llevaron a un lugar discreto.

Tiempo más tarde, el historiador griego Plutarco narraría este episodio usando la palabra epileptikos, es decir, ataque súbdito que sobrecoge, lo que originó que muchos aceptaran sin discusión que se trataba de epilepsia. Esta patología neurológica se caracteriza por convulsiones frecuentes que se deben a descargas eléctricas excesivas en un grupo de células cerebrales que pueden producirse en diferentes partes del cerebro. Las convulsiones pueden ir desde episodios muy breves de ausencia o de contracciones musculares hasta convulsiones prolongadas y graves.

La enfermedad que padecía Julio César era un gran misterio a resolver para los historiadores actuales, pues sólo se sabía que el líder romano contaba con una serie de problemas de salud entre los que figuraban mareos, debilidad de las extremidades, dolores de cabeza, depresión y, la que más le avergonzaba: «una serie de ataques que hacían que se cayera repentinamente al suelo».

De estos ataques, además de Plutarco, otros historiadores como Suetonio o Apiano comentaron en sus escritos. El primero lo hizo en su obra las Vidas de los doce césares, donde advierte que sufrió dos crisis epilépticas durante su administración imperial. Asimismo, el historiador romano Apiano menciona en sus escritos correspondientes a la época republicana las crisis de «epilepsia y convulsiones repentinas» que padecía el César.

Cabe mencionar que en aquel entonces, esta patología neurológica era conocida como «enfermedad sagrada», como si fuera una intervención de los dioses, lo que contribuyó a reforzar la imagen divina del gobernador romano. Por ello, durante siglos la mayoría de los historiadores han aceptado que se trataba de epilepsia.

¿Epilepsia o apoplejía?

No obstante, dos investigadores del Imperial College de Londres, Francesco Galassi y Hutan Ashrafian han apuntado otra teoría: los ataques que hacían que Julio César se cayera repentinamente al suelo podría haber sido a consecuencia de derrames cerebrales.

Galassi y Ashrafian han reevaluado los síntomas de César así como estudiado su historial familiar en un estudio publicado en la revista especializada Ciencias Neurológicas y concluyen que, en realidad, el líder militar sufría de pequeños derrames cerebrales que dañaron seriamente su salud. «La teoría de que padecía epilepsia no parece tener bases muy serias. Reexaminando las pruebas cuidadosamente, los síntomas se asemejan más a los de una apoplejía», determinan los expertos en su investigación y recogidas por «Discovery News».

Los investigadores advierten que el problema ha sido construir un diagnóstico en base a lo que algunos historiadores de la época escribieron sobre César. Plutarco escribió su relato según lo que se dijo que había ocurrido ya que no se hallaba presente en la batalla de Tapso. Es más, el propio Cayo Julio César, gran escritor además de militar y político, no dejó nada escrito sobre sus ataques.

Después de analizar todos los textos históricos, los expertos han determinado que esta enfermedad se correspondería con pequeños ataques cerebro vasculares, los cuales se producen cuando el cerebro se queda temporalmente sin sangre. Del mismo modo, han indicado que la personalidad de Julio César y sus continuas depresiones podrían haber estado inducidos por esta dolencia. «Todos los síntomas cuadran y son compatibles con la apoplejía», explica Galassi en declaraciones recogidas por el diario The Guardian.

Entre los textos determinantes para esta nueva hipótesis, Galassi y Ashrafian hacen referencia a un texto en el que se afirma que el César permaneció sentado mientras el Senado le hizo entrega de un premio. Algo que Plutarco señaló que era consecuencia de su enfermedad, que hacía que «se sacudiera, girara, tuviese vértigos e insensibilidad».

Para los investigadores, estos síntomas no tienen nada que ver con la epilepsia. «Esa idea es infundada. Creemos que se parte de la suposición de que la padecía, nuestra teoría es más simple y más lógica», añaden los investigadores.

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