Gervasio Artigas: ¿El «Protector de los Pueblos Libres» o el «Atila del Sur»?
Cuando en 1810 la Junta de Buenos Aires se rebeló contra las autoridades españolas, se mantuvo inicialmente leal a España. Sin embargo, en 1811 decidió cambiarse de bando y ofrecer sus servicios a los rebeldes porteños
El colapso de la autoridad española en América dio lugar al estallido de complejas guerras civiles que consagraron la figura de los caudillos: líderes militares carismáticos como Bolívar o San Martín que asumieron enorme poder en los nacientes países. Uno de los más singulares personajes de este tipo fue José Gervasio Artigas, considerado el padre de la independencia de Uruguay.
Artigas nació en una rica familia criolla de Montevideo. Por entonces, lo que hoy es Uruguay era un territorio conocido como la Banda Oriental, una amplia zona de llanuras fronterizas entre el virreinato español de Buenos Aires y el Brasil portugués. La economía de la Banda Oriental se basaba sobre todo en la ganadería practicada por los gauchos en las Pampas fuera de Montevideo. Allí se crio Artigas, pastoreando los ganados de su familia y viviendo como uno más entre los gauchos. El joven aprendió a montar a caballo y dominar la lanza con maestría, y pese a su origen acomodado, se acostumbró a mezclarse y convivir con las gentes del campo, muchas de ellas mestizas con los pueblos indios como los guaraníes.
Muy pronto ingresó en las milicias de blandengues, unidades de caballería criolla del ejército español dedicadas a proteger el virreinato del bandidaje, los indios hostiles o las incursiones portuguesas. Como capitán, Artigas ayudó a repelar la invasión inglesa de 1806 y cuando en cuando en 1810 la Junta de Buenos Aires se rebeló contra las autoridades españolas, se mantuvo inicialmente leal a España. Sin embargo, en 1811 decidió cambiarse de bando y ofrecer sus servicios a los rebeldes porteños.
Un cambio de bando
El prestigio de Artigas entre las gentes de la Banda Oriental (llamados «orientales») y su conocimiento de las pampas fue muy útil a los revolucionarios, y en mayo de 1811 alcanzó la fama al derrotar decisivamente a las tropas realistas en la Batalla de las Piedras. Sin embargo, poco después la intervención del Ejército portugués desde Brasil en apoyo de los españoles obligó a Buenos Aires a firmar un armisticio en el que renunciaba a toda la Banda Oriental.
Artigas no aceptó este acuerdo y se consideró traicionado por la Junta porteña, que abandonaba a él y a su gente. Por ello, se puso al frente del llamado «Éxodo del Pueblo Oriental», la migración de cientos de familias orientales hacia el interior huyendo las represalias de los realistas y los portugueses.
A partir de ese momento, la ruptura de Artigas con las autoridades de Buenos Aires fue total y decidió actuar por libre, luchando en nombre de los derechos de los orientales contra españoles, portugueses y porteños a la vez. Bajo su mando se concentraron muchas de las gentes del interior rural de los actuales Uruguay y Argentina, en su mayoría familias pobres de gauchos indios y mestizos resentidos con el poder de las élites mercantiles de Buenos Aires.
En 1814, Buenos Aires decretó a Artigas enemigo de la Patria y puso un precio a su cabeza
En 1813, Artigas elaboró un programa político para constituir unas Provincias Unidas del Río de la Plata sobre una base republicana y federal, un programa opuesto al de los gobiernos porteños respaldados por San Martín que preferían crear una monarquía constitucional unitaria centralizada en Buenos Aires.
El «protector de los pueblos libres»
En 1814, Buenos Aires decretó a Artigas enemigo de la Patria y puso un precio a su cabeza. Artigas reaccionó creando la Liga Federal, una unión de todas las provincias contrarias al gobierno centralista porteño. El caudillo gaucho asumió el control total de la Liga bajo el título de «Protector de los Pueblos Libres».
El gobierno de Buenos Aires fue incapaz de derrotar al ejército de Artigas, compuesto en su mayoría por feroces jinetes gauchos que viajaban como nómadas por las pampas, y la Liga Federal llegó a hacerse con el control de gran parte del antiguo virreinato. Desesperados, en 1816 los bonarenses se aliaron con la Corona portuguesa, entregándole la Banda Oriental a cambio de que su ejército ayudase a derrotar al «Atila del Sur». Un potente ejército luso entró desde Brasil y en la batalla de Tacuarembó derrotó al ejército de la Liga Federal, minado por la desunión entre los caudillos subalternos a Artigas.
El «Protector» tuvo que solicitar asilo en la vecina Paraguay, donde vivió derrotado hasta su tardía muerte en 1850. Aunque nunca llegó a verlo, la posterior República de Uruguay, heredera de los pueblos orientales, le consideró su héroe fundador y en Argentina terminarían triunfando sus tesis federales.