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Los comuneros Padilla, Bravo y Maldonado en el patíbulo, de Antonio Gisbert Pérez. 1860

Los comuneros Padilla, Bravo y Maldonado en el patíbulo, de Antonio Gisbert Pérez. 1860

¿Por qué el 23 de abril se celebra el Día de Castilla y León?

Los hechos se remontan a una batalla que tuvo lugar hace 503 años en tierras vallisoletanas

Hoy, además de regalarnos libros y rosas por el Día de san Jorge o el Día del Libro, también se conmemora en Castilla y León un episodio histórico que enfrentó a la realeza y al pueblo.

Para conocer la historia debemos remontarnos a 1516, cuando poco después de la muerte de Fernando el Católico, el Príncipe Carlos fue proclamado en Bruselas cogobernante, con su madre Juana I de Castilla y Aragón. Llegó a Asturias en septiembre de 1517 y, en noviembre, fue a visitar a su madre a Tordesillas, donde fueron confirmados sus derechos reales. Las Cortes le reconocieron en Valladolid a los pocos días.

Sin embargo, muchos de los castellanos hubieran preferido a su hermano Fernando, nacido y criado en España y predilecto de su abuelo, el Rey Fernando el Católico, por lo que una gran parte de este grupo de castellanos se unirán más tarde a lo que se conocería como la rebelión de los comuneros.

Carlos se preparó para viajar a los Países Bajos cuando se enteró de que a la muerte de su abuelo Maximiliano, los siete príncipes electores alemanes le habían elegido para heredar el Sacro Imperio nombrándole «Rey de romanos» (título que quedó ratificado en su coronación en Aquisgrán el 23 de octubre de 1520). En febrero de 1520 convocó en Santiago de Compostela –por su cercanía al puerto desde el que se embarcaría hacia los Países Bajos– a las Cortes de Castilla. Allí los castellanos aceptaron de mala gana pagar los fondos solicitados por el rey.

Guerra de las Comunidades de Castilla

En ese mismo mes se producía un levantamiento en Toledo dirigido por Juan de Padilla, y al que siguió Segovia, liderada por Juan Bravo; Zamora, Toro, Madrid, Guadalajara, Ávila, Burgos, Murcia, Alcalá, León, Cuenca y Salamanca –encabezados por Pedro Maldonado–. La primera victoria comunera sería en Segovia. Meses más tarde, en julio, se formaba en Ávila la Junta Santa presidida por Pedro Lasso de la Vega. La Junta presentó estas peticiones al rey: que asistiesen a las Cortes dos procuradores de cada lugar de realengo (un hidalgo y otro labrador); que el rey no nombrase corregidores, sino que eligiese a partir de la propuesta de las ciudades; que todos los ciudadanos pudiesen llevar armas; que no se sacase moneda del reino y que no se declarase guerra sin la aprobación de las Cortes.

Los comuneros se establecieron en el marco de Junta Central, como forma de reunir a todo el reino, representando a todos los ciudadanos. Esta Junta asumía la autoridad de todo el reino considerándose baluarte de la voluntad de los ciudadanos, no una representación por estamentos tradicionales (este modelo lo seguirán los franceses cuando se organizan para formar la Asamblea Nacional).

Pintura del siglo XIX de Manuel Picolo López, donde refleja el desarrollo de la batalla de Villalar

Pintura del siglo XIX de Manuel Picolo López, donde refleja el desarrollo de la batalla de Villalar

El primer motivo para el levantamiento fue la protesta contra los impuestos. A esta se le añadieron otras dos: por un lado, una reclamación de los puestos y rentas entregadas a los extranjeros; y por otro que las constantes salidas del rey dejaban al reino bajo el mando de un gobernante extranjero, como Adriano de Utrecht. La idea de nación y gobernación de los comuneros era muy concreta: el modelo de los Reyes Católicos, ellos fueron los primeros en idealizar el reinado de Isabel y Fernando.

El 23 abril de 1521, Juan Padilla parte hacia Toro en busca de aprovisionamientos y refuerzos para luego dirigirse a distintos pueblos hasta llegar a Villalar de los Comuneros donde las tropas reales esperaban a los comuneros. Tras una dura lucha los comuneros fueron derrotados en Villalar y sus líderes apresados; Juan de Padilla, Juan Bravo y Pedro Maldonado serán ejecutados el 29 de abril. En octubre de 1522 Carlos anuncia el perdón general a todos salvo para 293.

Día de Castilla y León

En el año1976 se convocó la primera concentración autonomista en Villalar de los Comuneros, concentrándose allí unas 400 personas; sin embargo, las personas congregadas fueron rápidamente disueltas por la Guardia Civil. Esta sería la primera iniciativa para conmemorar este hecho histórico. Un año más tarde se volvió a convocar una reunión a la que asistieron cerca de 20.000 personas para celebrar el Día de Villalar impulsada por los dos principales colectivos regionalistas de la época: el Instituto Regional Castellano-Leonés y la Alianza Regional de Castilla y León, pero no fue hasta el año 1986 cuando «se establece como fiesta a todos los efectos en el territorio de la Comunidad de Castilla y León el día 23 de abril de cada año».

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