Picotazos de historis
Un crimen moderno resuelto con un asesinato antiguo: la momia de la mujer de Lindow
Las momias de los pantanos son cadáveres humanos preservados naturalmente en pantanos de esfagno en el norte de Europa
Los cadáveres encontrados en pantanos son denominados como «cuerpos o momias de pantanos» y su característica principal es que los musgos de turbera provocan que las aguas tengan una elevada acidez, una falta de oxígeno y una baja temperatura. Todo ello permite la conservación de la piel, dándole un tono oscuro, y la momificación y preservación del cuerpo. Los ácidos de los musgos a la larga disolverán los huesos, aún así el aspecto que presentan algunas de las momias encontradas han sorprendido por su aspecto. En 1983, en Cheshire, en el pantano de Lindow se encontró una cabeza que, en principio, se atribuyo... Pero perdónenme. Me he adelantado. Les contaré la historia desde le principio.
El 13 de mayo de 1983 estaban trabajando en la extracción de turba dos operarios –Stephen Dooley y Andy Mould–, en concreto se encargaban de la cinta transportadora que conducía la turba extraída cuando notaron un objeto redondo en la misma. Pararon la cinta y, bromeando, empezaron a comprobar qué era el extraño objeto.
Para su horror se encontraron con una cabeza humana entre sus manos. La cabeza conservaba tejido blando, un ojo, el nervio óptico del otro, cabello y cerebro. Un par de tragos de whisky –sólo con fines terapéuticos– era lo que necesitaban los alterados trabajadores. Por ello se encaminaron al pub más cercano con la cabeza dentro de un saco. Se bebieron un par de whiskies –sólo con fines terapéuticos, como les dije antes– y llamaron desde allí a la policía para dar parte del macabro descubrimiento.
Desde el primer momento la policía pensó que se encontraba ante la evidencia de un crimen violento. Los restos de la víctima fueron entregados al forense, quien dictaminó que la victima era una mujer de entre 30 y 50 años de edad.
La confesión del crimen
Desde el primer minuto de la investigación las sospechas se centraron en Peter Reyn-Bardt, un lugareño cuya esposa había desaparecido. Peter había trabajado en unas líneas aéreas y durante uno de sus viajes –en 1959– conoció a Malika María Fernández. El noviazgo y la boda fueron a velocidad de relámpago. A los pocos meses era evidente para todo el mundo que el matrimonio era un fracaso.
Peter siempre reconoció que, en el fondo, todo había sido un matrimonio de conveniencia. La esposa, Malika María, que era pintora retratista y una apasionada viajera, empezó a hacer buen uso de todas las ventajas que tenía a su alcance en las líneas aéreas gracias al trabajo de su marido y sus viajes se fueron haciendo más frecuentes y largos. Hasta que en 1961 se fue para siempre.
La policía estaba convencida de que los restos eran los de la desaparecida Malika María. Peter fue llamado «a colaborar con la policía» e interrogado. Cuando le mostraron los restos encontrados se derrumbó y lo confesó todo. Relató su matrimonio y cómo se fue deteriorando la relación, los frecuentes viajes y cómo terminó asesinándola y arrojando el cuerpo al pantano pensando que jamás la encontrarían.
Las momias del pantano
Durante el juicio se hicieron públicos unos informes del forense. Este había realizado unas pruebas a los restos y, desconcertado por los resultados obtenidos, había decidido solicitar una prueba de datación por medio del radio carbono. Los resultados no ofrecían duda alguna: la cabeza pertenecía a una mujer que debió ser asesinada en el 250 antes de Cristo. Como se pueden imaginar los abogados trataron de utilizar este dato en el juicio pero la inoportuna confesión de Peter ante testigos, luego ratificada con su firma, fueron definitivos para su condena por asesinato.
El día 1 de agosto de 1984, Andy Mould –el operario que encontró la cabeza el año anterior– descubrió un nuevo cuerpo a tan solo 250 metros de distancia de donde se encontró la cabeza, al que se le llamó Hombre de Lindow II (alias Peter Marsh, Pedro Ciénaga en español). En 1987 se encontraron los restos de una tercera momia. Los restos de Malika María siguen sin aparecer.