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27 de agosto de 2024

Castillo templario de Monzón

Castillo templario de MonzónTurismo de Aragón

Este es (quizá) el castillo templario más impresionante de España

Esta fortaleza es una de las más longevas de la Península (sus muros se levantaron hace más de un milenio), y además ha dejado una huella indeleble en la historia de España

Reza un proverbio árabe que las cosas no valen por el tiempo que duran, sino por la huella que dejan. En el caso de uno de los castillos templarios más impresionantes de España, el de Monzón, su valía es doble: es una de las fortalezas más longevas de la Península (sus muros se levantaron hace más de un milenio), y además ha dejado una huella indeleble en la historia de España.

En torno al siglo X, los árabes decidieron construir una fortaleza que les permitiera controlar la zona del Prepirineo aragonés. El lugar elegido fue Monzón, una localidad situada en el corazón de la comarca oscense del Cinca, y que hoy día es una de las poblaciones más pujantes de la provincia de Huesca.

Desde sus inicios, la fortaleza de Monzón jugó un papel determinante en los avatares políticos y bélicos de la época. En el turbulento siglo XI, fue testigo privilegiado de acontecimientos muy relevantes. No en vano, por sus muros pasaron personajes tan ilustres como el Cid, quien en 1083 tomó la fortaleza para el rey de la taifa de Zaragoza, a quien servía en ese momento. De esta época data la magnífica torre del homenaje, que es la construcción más antigua que se conserva hoy día.

En 1089, Sancho Ramírez, rey de Aragón, tomó la fortaleza, si bien su dominio fue disputado con los árabes hasta mediados del siglo XII. En 1143, el monarca aragonés decidió ceder el castillo a la recién creada Orden del Temple, que enseguida hizo del castillo de Monzón su principal encomienda en Aragón.

Fue precisamente en ese período cuando se completó la construcción que hoy día podemos seguir contemplando, y que se conserva prácticamente igual desde entonces. De esta época datan la sala capitular, el torreón de los dormitorios y la iglesia de San Nicolás, que actualmente alberga un centro de interpretación dedicado al Temple. El carisma austero de los templarios se observa en estas edificaciones, caracterizadas por la ausencia de cualquier tipo de ornamento que pudiera distraer el espíritu de los monjes guerreros que allí moraban.

Se confió a los templarios de Monzón la formación del joven príncipe que habría de convertirse en Jaime I el Conquistador

El siglo XIII supuso el momento álgido del protagonismo del castillo montisonense. Muestra de ello, sin ir más lejos, es el hecho de que los reyes aragoneses decidieran celebrar en esta fortaleza varias sesiones de la Corte Real. Hasta tal punto llegó la reputación de la encomienda, que se confió a los templarios de Monzón la formación del joven príncipe que habría de convertirse en Jaime I el Conquistador, cuya arrolladora personalidad se forjó de manera decisiva entre los muros de este castillo.

El siglo XIV, sin embargo, trajo consigo el fin de la presencia templaría en la fortaleza. La disolución de la Orden en 1312, provocada por las presiones del monarca francés Felipe IV al Papa Clemente V, hizo que la monarquía aragonesa reclamase para sí el dominio del castillo de Monzón. Sin embargo, los caballeros templarios que allí residían se negaron a entregar la fortaleza, y resistieron tenazmente un asedio que duró varios meses, hasta que finalmente fueron vencidos por el hambre y el castillo fue tomado por Jaime II.

Castillo de Monzón

Castillo de Monzón

Este monarca cedió la fortaleza a la Orden de los Hospitalarios. A partir de entonces, el castillo pasó a ser un actor secundario en la región, si bien su localización privilegiada provocó que en los siglos siguientes diferentes reinos intentaran su conquista. Así sucedió, por ejemplo, en el siglo XVII, cuando fue tomado por los franceses, para ser liberado poco después por Felipe IV.

En el siglo XVIII se produjeron algunas modificaciones en el castillo que buscaban hacerlo más resistente a las cada vez más potentes piezas de artillería. Con este fin, por ejemplo, se aumentó el grosor de las murallas, adoptando la forma que tienen actualmente. Estas mejoras no evitaron, sin embargo, que en 1809 las tropas francesas lideradas por el mariscal Suchet tomaran la fortaleza, así como tampoco supusieron un obstáculo para su reconquista en 1814 por parte del contingente español dirigido por Juan van Halen.

Ya en el siglo XX, durante la guerra civil las caballerizas del castillo fueron utilizadas como almacén y refugio antiaéreo, pero el castillo no sufrió daños relevantes. En 1949, se colocó la imagen del Sagrado Corazón de Jesús que aún hoy continúa dominando la fortaleza. La última gran reforma se produjo en 2017, cuando hubo que realizar obras de emergencia para reparar los daños ocasionados en el castillo por una tormenta.

En la actualidad, el castillo de Monzón es considerado como una de las fortalezas templarias mejor conservadas de España. Sus impresionantes edificaciones y la magnífica vista que puede contemplarse desde lo alto del castillo hacen que la visita merezca la pena. Si a esto le sumamos la magnífica gastronomía que ofrece la región –no dejen de probar la célebre longaniza, regada con un buen Somontano– y la hospitalidad de sus gentes, el disfrute está más que garantizado.

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