La orden de Hitler que no se cumplió mientras París era liberado del yugo nazi
«Es preciso que París no caiga en manos de los enemigos, si no será convertida en un montón de ruinas», ordenó Hitler al gobernador militar alemán de París
París fue liberado de la ocupación nazi un 24 de agosto de 1944. Una operación que corrió a cargo de la 2ª División Blindada, que ya había actuado en el norte de África. Estaba integrada por el Tercer Ejército americano del general George Patton. La estrategia de Eisenhower consistió en que esta División no participara en el desembarco de Normandía. Con las tropas avanzando, se envolvió París para que Patton pudiera entrar sin dificultad y tomar la capital de Francia.
En aquellos momentos habitaban el centro y el área metropolitana 13 millones de personas. La estrategia tenía que realizarse a la perfección para que hubiera el menor número de víctimas posibles. Los habitantes, conocedores de que estaban a punto de ser liberados, el 14 de agosto se movilizaron, llevando a cabo movimientos estratégicos, como la convocatoria de una huelga general para el 16 de agosto. El 18 de agoto se levantaron barricadas y el Partido Comunista llamó a la insurrección.
El gobierno, con De Gaulle al frente, no estaban demasiado de acuerdo con todo aquel movimiento por su peligro. Si iban descompensados los nazis podían llevar a cabo una matanza de civiles. Paralelamente a esto, si la liberación triunfaba, los comunistas podían llevarse los honores y quedarse De Gaulle sin la gloria. También recordaban lo ocurrido en la Comuna de 1871. En definitiva, eran muchos los que se querían llevar los honores de la liberación de París.
Al carecer de armamento los revolucionaros, utilizaron lo que tenían a mano como armas. Entre ellas los cócteles molotov. Por su parte De Gaulle mantuvo conversaciones con le mando alemán, a través de Raoul Nordling, cónsul general de Suecia. Estos estaban dispuestos a abandonar París después de un combate de honor, con la rendición del mando nazi, siempre y cuando la Resistencia no participara hasta al cabo de dos días.
El 22 de agosto el gobernador militar alemán de París, Dietrich von Choltitz, recibió de Hitler órdenes claras: «Es preciso que París no caiga en manos de los enemigos, si no será convertida en un montón de ruinas». Aunque Choltitlz tenía hombres y divisiones suficientes para cumplir las órdenes recibidas, decidió cruzarse de brazos. En ningún momento estuvo dispuesto a masacrar a los parisinos y menos destruir la ciudad. Su propósito era, teniendo en cuenta la situación de la guerra, rendirse como marca la tradición militar.
El día anterior Eisenhower ordenó que la división del general Leclerc avanzara sobre París, para contener una hipotética destrucción de la ciudad y la masacre de sus habitantes. Esta División salió de Argentan a París a las 6 de la mañana del 23 de agosto. La división quedó estructurada en tres columnas a las órdenes del coronel Louis Dio, el general Paul de Langlade y el general Pierre Billotte.
En la madrugada del 24 de agosto llegaron a París. La División resultó bloqueada en Fresnes, en los suburbios de París. El capitán Deonne mandaba la 9ª Compañía, con camiones semioruga integrada en su mayoría por republicanos españoles, también una sección de tanques Sherman y otra de ingenieros blindados. En total 120 hombres y 22 vehículos. La misión de Deonne era entrar en París. Cuando llegó a la Puerta de Italia, envió un mensaje que decía «hemos llegado a París a las 20:45 horas. Enviad refuerzos». Su objetivo era llegar hasta el Ayuntamiento de la capital.
Atravesaron el Sena y llegaron a la Plaza del hotel de Ville, entre vítores y el clamor popular. Llegaron a las 21:22 horas. El blindado que abría paso se llamaba Guadalajara. Lo seguían Teruel, Ebro, Gernika, Belchite, Madrid, Santander, Brunete… todos ellos con nombres que evocaban la guerra civil española.
Las campanas de Notre Dame repicaron dándoles la bienvenida. El general Hans Speidel, Jefe del Estado Mayor llamó a Choltitz. Como cuenta el historiador John Keegan «los dos hombres se entendieron perfectamente. Al preguntarle von Choltitz si había nuevas órdenes, Speidel le contestó que no tenía nada que decir».
La noche del 24 de agosto y al día siguiente la tranquilidad fue la norma habitual, salvo algunas escaramuzas. Por la tarde del 25 de agosto el comandante Pierre de La Horie le entregó el ultimátum a Choltitz. Firmaron la rendición Choltitz, Leclerc y Rol-Tanguy. El alto el fuego se dictó para las 15 horas de ese 25 de agosto. Al día siguiente se celebró la liberación y Charles De Gaulle fue confirmado como el líder de la Francia liberada.
Por parte nazi, Hans Speidel, el 26 de agosto contestó una llamada del general Alfred Jodl dirigida al mariscal de campo Walter Model. La orden venía directamente de Hitler, el cual pedía que se empezara a bombardear París con cohetes V1 y V2. Speidel nunca le comunicó la llamada a Model. Por su parte Choltitz fue detenido por Leclerc y trasladado al campo de prisioneros Trent Park en Londres. Luego al Campo Clinton en Mississippi, siendo liberado en 1947.