Picotazos de historia
La obra maestra de la ingeniería alemana que revolucionó el transporte de combustible en la II Guerra Mundial
La Wehrmacht encargó el diseño de un bidón que fuera resistente y en sus especificaciones exigió que un soldado pudiera cargar cuatro de ellos vacíos o dos llenos y que no necesitara herramientas para su uso
«Endeble» (Flimsy, en inglés). Así era como las tropas británicas llamaban al bidón de 18 litros (cuatro galones imperiales) de capacidad con un asa, lo que permitía su transporte por un individuo pero necesitaba de un embudo para ser vertido. Este tipo de bidón, con esquinas soldadas, era muy débil frente a los impactos y las soldaduras tendían a abrirse haciendo perder el contenido, que normalmente consistía en combustible o agua.
Se calcula la pérdida media de estos bidones entre el 20 % y el 40 % debido a su poca fiabilidad y, sin embargo, fueron utilizados durante la Primera y Segunda Guerra Mundial. También tenían otro bidón de nueve litros (dos galones imperiales) pero en comparación era pesado y caro, aunque más fiable.
Los alemanes utilizaban el bidón de forma triangular, con un asa en la parte superior para su manejo, de 20 litros de capacidad. Lo mismo que el inglés necesitaba de un embudo para facilitar su uso. Este contenedor de líquidos era pesado y difícil de manejar por lo que la Wehrmacht encargó el diseño de un bidón que fuera resistente y en sus especificaciones exigió que un soldado pudiera cargar cuatro de ellos vacíos o dos llenos y que no necesitara de herramientas para su uso (embudos, destornillador, etc.).
El encargo se hizo a la empresa Ambi Budd que se basó en un diseño anterior que habían utilizado las fuerzas de la Legión Cóndor en su aventura española durante la Guerra Civil. Los diseñadores, con el objeto de cumplir las especificaciones de la Wehrmacht, dotaron al bidón con una manija triple, lo que permitía que un soldado pudiera llevar un bidón lleno en cada mano o que pudiera ser trasportado por dos soldados.
Tenía una capacidad de 20 litros, el tapón tenía un cierre abatible con pasador de seguridad y la boca contaba con un pico vertedor. El bidón estaba formado por dos planchas de acero estampado unidas por una soldadura lo que lo hacía muy resistente. Las muescas características en los laterales del bidón impedían que este, al vaciarse, perdiera su forma y le hacían más resistente a los golpes y caídas al distribuir la presión. El resultado fue una maravilla. Una obra de arte de la ingeniería alemana que permitió una mejora significativa en el transporte y trasvase de combustibles y otros líquidos.
Lo que agilizaría su transporte y el reaprovisionamiento de las unidades, además de reducir las pérdidas por roturas. Esta maravilla fue llamada Wehrmacht Einheitkanister y más tarde sería mundialmente famosa como «Jerrycan» (Jerry es un nombre genérico que se daba a los alemanes, como Fritz o Kraut y can significa lata) y sería, en el mundo de los bidones, lo que fue la ametralladora MG-42 para las ametralladoras: un diseño revolucionario difícilmente superable y que ha llegado al día de hoy.
Durante la campaña del desierto, los británicos tuvieron acceso a los bidones capturados al enemigo y se dieron cuenta de que eran muchísimo mejores que los suyos. Ciertas unidades, como las famosas Long Range Desert Group, fueron exclusivamente equipadas con estos bidones capturados a los alemanes.
Los norteamericanos copiaron el diseño alemán, facilitando su producción en masa pero rebajando la calidad y acabado (por ejemplo, quitaron el pico vertedor de la boca). Con todo se adoptó para el transporte de líquidos, separando por medio de colores para evitar contaminación, y se produjeron cientos de millones de ellos. Se calculó que un camión de tipo medio podía transportar unos 166 bidones o lo que es lo mismo 3.320 litros de lo que fuera.
Tal fue el impacto de estos bidones en la logística de los ejércitos que hasta el presidente de EE.UU. Franklin Delano Roosevelt hizo una mención sobre ellos: «Sin estos bidones habría sido imposible para nuestros ejércitos abrirse paso a través de Francia a un vertiginoso ritmo que superó el de la guerra relámpago alemana de 1940».
El bidón de diseño alemán continúa siendo el contenedor, de combustible y otros líquidos, genérico utilizado por los ejércitos de los países integrados en la OTAN.