Fundado en 1910
El Hospital de la V.O.T. desde la Gran Vía de San Francisco esquina calle San Bernabé, con la capilla en primer término

El Hospital de la V.O.T. desde la Gran Vía de San Francisco esquina calle San Bernabé, con la capilla en primer términoSara Izquierdo

El hospital más antiguo de Madrid que ha sobrevivido a las guerras napoleónicas y a la Guerra Civil

El centro fue pionero en el tratamiento de la tuberculosis en España, disponiendo de un pabellón especial, y su quirófano se consideró uno de los mejores de Madrid

Realmente, en el céntrico barrio madrileño de Palacio sólo hacen falta 300 metros para encontrar la exclusividad y el lujo, en este caso en tres joyas franciscanas: la Capilla del Cristo de los Dolores de la V.O.T. (Venerable Orden Tercera), «perla de la arquitectura barroca» construida entre 1662 y 1668 y Monumento Nacional desde 1969; la Real Basílica de San Francisco el Grande, levantada entre 1761 y 1784 donde «construyó San Francisco de Asís una choza y una ermita en 1217» y cuya cúpula circular es la tercera más grande la cristiandad; el Hospital de la V.O.T. de San Francisco de Asís, el hospital en activo más antiguo de Madrid, construido entre 1679 y 1697, Bien de Interés Cultural y el menos conocido de los tres edificios. A la V.O.T. pertenecieron Lope de Vega, Francisco de Quevedo, Calderón de la Barca y Miguel de Cervantes, entre otros.

Capilla del Cristo de los Dolores (derecha) y lateral de la Basílica de San Francisco el Grande

Capilla del Cristo de los Dolores (derecha) y lateral de la Basílica de San Francisco el GrandeSara Izquierdo

El Hospital V.O.T

Terminada la construcción de la Capilla del Cristo de la V.O.T., se ve la necesidad de tener un hospital para atender a los hermanos laicos pobres. La asistencia domiciliaria ya no era suficiente para sanar «cuerpo y espíritu» a los cerca de 11.000 hermanos que había al traspasar el umbral de 1670 (Mª Dolores Delgado Pabón). El rey Carlos II aprueba la iniciativa en 1673, favoreciendo la licencia de unas obras que comienzan el 2 de mayo de 1679 y que se llevan a cabo con capital propio de la V.O.T. proveniente de limosnas y donaciones. El monarca contribuyó económicamente a su construcción y mantenimiento, dejando dicho «que a mis soldados se les reciba y atienda en el Hospital-Enfermería de la V.O.T como merecen».

El acceso al Hospital por la calle San Bernabé permite ver un detalle que anticipa la belleza del interior: la cerradura de Diego Martín Mazón, con el escudo de la Orden de Frailes Menores Conventuales. En el dintel de la puerta de cristal del vestíbulo se puede leer «Sanatorio-Enfermería V.O.T. de san Francisco».

Herraje de 1677 de la puerta de San Bernabé 13

Herraje de 1677 de la puerta de San Bernabé 13Sara Izquierdo

El Hospital se construye en un solar de Baltasar Gil Imón, fiscal del Consejo de Castilla y Gobernador del Consejo de Hacienda, inaugurándose en 1686 sin estar terminada la iglesia (1697). Se organiza en torno a un patio de planta cuadrada con galerías en los dos pisos. Tiene una escalera doble con bóvedas decoradas por Teodoro Ardemans y Tomás García. La farmacia, otra de sus joyas, hoy se utiliza para celebrar consejos. Su archivo guarda la historia de la fraternidad desde 1609. La capilla es de planta rectangular, con una sola nave longitudinal, sin capillas laterales, ni nave transversal, como la Capilla del Cristo de los Dolores.

El Hospital contaba inicialmente con ocho salas para el alojamiento de los enfermos, cada una dedicada a un santo relacionado con la Orden Franciscana, y con hasta 200 camas. Las primeras enfermeras serán hermanas viudas de la orden franciscana seglar. El centro fue pionero en el tratamiento de la tuberculosis en España, disponiendo de un pabellón especial, y su quirófano se consideró uno de los mejores de Madrid. También, se ha distinguido por ser de los primeros en radioterapia.

Durante la Guerra de la Independencia, ayudó a los heridos de ambos bandos. En la Guerra Civil, se confiscaron sus bienes y se convirtió en Hospital Municipal. Se traslada al Hotel Ritz, a Arganda y Loeches, a donde se llevan la mayoría de sus bienes artísticos, de ahí que se haya salvado casi todo su patrimonio.

El Convento y la Gran Vía de San Francisco

De seguir en pie, a los tres edificios mencionados al principio se podrían añadir la «habitación de viudas», junto al hospital, iniciativa de la gran benefactora de la V.O.T., Lorenza de Cárdenas, para acoger a 24 viudas necesitadas de la Orden, así como el Convento de San Francisco, contiguo a la Basílica por otro de sus lados. Con la desamortización de Mendizábal, el Convento se transformó en dos cuarteles: Cuartel de San Francisco y Cuartel del Rosario.

Con idea de estructurar el barrio y mejorar el tráfico se planteó abrir una vía que comunicase la Basílica y la glorieta de la Puerta de Toledo. Secundino Zuazo presenta una propuesta en 1932, que sufrirá variaciones, inaugurándose en 1961. La apertura de la llamada inicialmente Avenida de Reyes Católicos, hoy Gran Vía de San Francisco, afectó a 30 fincas y obligó a realojar a numerosos vecinos. El Hospital se salvó de la piqueta, no así el Cuartel de San Francisco, cuya alineación comprometía el ancho de la nueva calle.

Medianera sur de la Basílica de San Francisco desde el jardín del mismo nombre, en cuya pared queda la huella del Cuartel de San Francisco

Medianera sur de la Basílica de San Francisco desde el jardín del mismo nombre, en cuya pared queda la huella del Cuartel de San FranciscoSara Izquierdo

Hoy la imagen de este conjunto franciscano podría ser algo distinta. En 1950 se presentó un proyecto para levantar en el solar del antiguo cuartel una Facultad de Teología y Misiones, un Museo Misional, una residencia y campos de deportes. Contribuiría a la construcción 'Regiones Devastadas', como compensación a los inmuebles de la orden destruidos durante la Segunda República y la Guerra Civil. Nada de esto se lleva a cabo y en su lugar disfrutamos hoy del jardín de San Francisco y del contiguo parque de la Cornisa.

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