Picotazos de historia
Cuando un submarino alemán torpedeó el HMS Courageous y mató a más de 500 personas en la II Guerra Mundial
De los tres torpedos que habían lanzado, dos impactaron en la banda de babor del portaaviones, que desplazaba más de 27.000 toneladas a plena carga, dejándole herido de muerte
El HMS Courageous fue construido como un crucero de batalla ligero y botado el 5 de febrero de 1916. Pertenecía a la clase Glorious compuesta por los cruceros: Glorious, Courageous y Furious. Terminada la Primera Guerra Mundial, y debido al descrédito que alcanzaron al usarlos como vanguardia de la línea de batalla, algo para lo cual no estaban concebidos, fueron transformados en portaaviones. Por supuesto para proceder a su modificación se desmantelaron los cañones de 381 mm de su armamento principal, dejándole 16 piezas antiaéreas y los montajes de ametralladoras. Esto era insuficiente por lo que el portaaviones se veía obligado a depender de la protección antiaérea que le brindaban sus destructores de escolta.
El 3 de septiembre el portaaviones HMS Courageous partió del puerto de Plymouth, acompañado por una escolta de cuatro destructores, con destino a los Accesos Occidentales (área rectangular al oeste de Irlanda e Inglaterra) con la misión de patrullar la zona y dar protección antisubmarina a los convoyes y naves que atravesaran los Accesos.
El 15 de septiembre el Mando de Submarinos alemán, bajo la dirección del entonces comodoro Karl Doenitz, recibió el señalamiento de un convoy que se aproximaba a los Accesos Occidentales. El mando ordenó a todos los submarinos que se encontraran en la zona que convergieran en la trayectoria del convoy. El día 17, el U-53 localizó y hundió al carguero Kafristán.
El HMS Courageous recibió un mensaje de radio del carguero y destacó a dos de los destructores de su escolta para que ayudaran al apurado compatriota. También lanzó aviones del tipo Swordfish para que patrullaran la zona. A las 18:00 horas, el U-29, bajo las ordenes de Otto Schuhart, avistó al portaaviones británico pero solo pudo continuar la aproximación sumergido, ya que el Courageous tenía aviones patrullando en el aíre y dos destructores de escolta. Tras tres horas de mantener el contacto esperando que surgiera una oportunidad y con el grupo del Courageous cada vez alejándose más, por fin se presentó la ocasión. El portaaviones había virado, situándose a sotavento para permitir el despegue de los aviones, y al hacerlo presentó un blanco claro al submarino.
A las 19:40 Schuhart dio la orden –Loos– y tres anguilas (torpedos en el argot de los submarinos) partieron buscando su objetivo, que se encontraba a más de 2.700 metros de distancia. Inmediatamente el comandante dio orden de que se descendiera hasta los 55 metros de profundidad, al observar que uno de los destructores aproaba hacia ellos.
Estando sumergidos los alemanes escucharon dos enormes explosiones. De los tres torpedos que habían lanzado, dos impactaron en la banda de babor del bicharraco, que desplazaba más de 27.000 toneladas a plena carga, dejándole herido de muerte. Veinte minutos duró la agonía del Courageous, estuvo tragando agua hasta que se volcó y hundió. Se llevó con él a 519 miembros de la tripulación, el capitán incluido.
Durante cuatro interminables horas, el U-29 y su tripulación aguantaron las angustias de las cargas de profundidad que los destructores les lanzaban con ánimo de destruirles. A las 23:40 horas, habiendo arrojado la última carga de profundidad y no pudiendo hacer más, los destructores abandonaron la caza.
Schuhart y su tripulación, sacudidos y agitados pero vivos regresaron como héroes a su base. Fue la primera gran victoria de los submarinos alemanes sobre la Royal Navy en la guerra que acababa de empezar. Pronto Gunther Prien y su U-47 les daría otro zarpazo.