Los acorazados de Churchill o cómo la Royal Navy le plantó cara a la Armada Imperial alemana en la Gran Guerra
Británicos y alemanes estaban enfrascados en una carrera de construcción naval con la botadura de diferentes clases de acorazados como la Colossus de la Royal Navy o la Nassau de los germanos
Este año se han cumplido 150 años del nacimiento de Winston Spencer Churchill en el Palacio de Blenheim. Si bien es mundialmente conocido por ser el premier que dirigió a Gran Bretaña durante la Segunda Guerra Mundial, su paso por el Almirantazgo está caracterizado por el éxito de su política de construcción de acorazados, aunque se suele recordar más el desastre del desembarco de Galípoli.
El nombramiento de Churchill como primer lord del Almirantazgo, se enmarca en su periodo como miembro del Partido Liberal (1904-1924), después de su salida de las filas tories. El primer ministro Asquith le escogió para formar parte de su gabinete en 1908, dirigiendo primero la Junta de Comercio y después la Secretaría de Interior, hasta que en 1911 pasara al Almirantazgo.
Esta responsabilidad ha estado muy mediatizada por el desembarco en Galípoli (1915). Pese a que no se trató únicamente de un desastre achacable a su gestión, la victoria turca ha oscurecido uno de sus grandes éxitos: la política de construcción de acorazados y la potenciación de la Royal Navy frente a la Armada Imperial Alemana de Guillermo II.
Los buques blindados
Sustituyendo al navío de línea como columna vertebral de la flota, desde la segunda mitad del XIX se fueron desarrollando varios tipos de buques blindados. Los pioneros fueron los franceses con su La Glorie, mientras que en España es notoria la fragata blindada Numancia, y en Gran Bretaña su ironclad HMS Warrior. El acorazado, entendido este como un buque de casco metálico fuertemente blindado, propulsado a vapor y poderosamente artillado, se desarrolló a partir de la década de 1890 con la botadura del HMS Majestic en 1895. Desde ese momento, el acorazado se convirtió en el buque más potente de las marinas de su tiempo, por encima de cruceros, destructores y fragatas.
Los acorazados los podemos dividir en dos grandes grupos, los pre-Dreadnought construidos hasta 1906 y los tipo Dreadnought. El primer grupo está caracterizado por ser buques con una artillería que mezclaba diferentes calibres y una velocidad de en torno a 16 nudos, gracias a unas calderas de vapor de triple expansión, frente a la doble expansión anterior.
Sin embargo, la botadura en Portsmouth del HMS Dreadnought iba a cambiar el paradigma notablemente. Esta nueva tipología constituyó una verdadera revolución en todos los aspectos, ya que estos acorazados recibieron una artillería de calibres homogéneos y su velocidad fue notablemente mejorada, gracias a la adopción de la turbina de vapor de Charles Parsons.
Estas innovaciones se distribuyeron muy rápidamente, adoptándolas los japoneses para su Marina Imperial, la Armada Española con su clase España, así como la propia Armada Imperial Alemana, entre otras muchas. Para poder cumplir con los objetivos de política exterior de sus respectivos gobiernos, las marinas de guerra diseñaron y construyeron decenas de estos acorazados, convirtiéndolos en verdaderos símbolos de poder económico, tecnológico y naval.
La primacía naval británica
Desde la segunda mitad del siglo XIX, la Royal Navy se había encumbrado como la armada más importante de su tiempo. Pero la coronación del káiser Guillermo II en 1897 daría el pistoletazo de salida a una política que buscaba convertir a la Armada Imperial Alemana en una flota técnicamente avanzada y prestigiosa. Esto constituía una verdadera amenaza para la primacía naval británica, en un contexto europeo muy complejo que temía el posible estallido de una nueva guerra entre potencias.
El acorazado se convirtió en el buque más potente de las marinas de su tiempo, por encima de cruceros, destructores y fragatas
Un joven Churchill, ya desde antes de su llegada al Almirantazgo, tenía muy clara la existencia de esta amenaza contra los intereses de Londres y su Imperio. Británicos y alemanes estaban enfrascados en una carrera de construcción naval con la botadura de diferentes clases de acorazados como la Colossus de la Royal Navy o la Nassau de los germanos. Sir Winston fue nombrado primer lord en octubre de 1911 y desde ese momento pudo empezar a transformar sus ideas en políticas concretas.
Si bien ya se encontró con las líneas presupuestarias cerradas para los ejercicios de 1912 y 1913, Churchill empezó a trabajar en las de 1914 y 1915, desarrollando una planificación de construcción naval caracterizada por construir dos acorazados por cada uno que botaran los alemanes. Es conocido de su discurso en Glasgow de 1912 —uno de los centros de la construcción naval británica de su tiempo— su frase de que para ellos el programa naval era una necesidad, mientras que para los germanos era un lujo.
Para poder cumplir con su ambiciosa política naval, era necesario que se dotara a su institución de recursos económicos notables, teniendo que convencer al secretario de Hacienda, David Lloyd George. Sin embargo, el viejo león británico pudo cumplir eficazmente sus propósitos, ya que, solo tomando en cuenta los acorazados destinados a proteger las aguas de las islas británicas, la Royal Navy disponía de veinte acorazados por trece alemanes y 4 cruceros tipo Dreadnought por tres germanos en 1914. Si bien 24 frente a 16 no es la relación de dos buques de la Navy por cada buque de la Marina Imperial Alemana, sigue siendo una superioridad notable.