Jueves Hispanófilos
El Camino Español se abre paso en Bruselas
El Camino Español era un corredor estratégico terrestre que conectaba las posesiones de los Habsburgo en los Países Bajos con el resto de su imperio
El pasado jueves tuvimos el honor de recibir como ponente de los Jueves Hispanófilos al Teniente General César Muro, recientemente retirado después de una destacada carrera que le ha llevado a participar en diversas misiones tanto a nivel nacional como internacional. Aun estando retirado, Muro sigue en activo cuando se trata de ilustrar a quien lo pide sobre el Camino Español. Precisamente fue él quien, estando de servicio en la OTAN con sede en Bruselas inició la conmemoración de la batalla de Empel, reuniendo a militares, familias y amigos en esa localidad cada año en un acto de conmemoración que se sigue celebrando en torno a la fecha de la batalla, día de la Inmaculada Concepción.
El ponente explicó con simpatía y detalle muchas cuestiones históricas, políticas y militares del Camino Español. Queda aquí reseñado uno de los aspectos que causó más impresión en el público. El Camino Español era un corredor estratégico terrestre que conectaba los territorios de la Monarquía hispánica con los Países Bajos para evadir territorios enemigos, atravesando una serie de dominios hispánicos que se extendían desde Barcelona y desde Milán hasta el sur de los Países Bajos (actual Bélgica). Esta red de vías terrestres fue utilizada principalmente durante la Guerra de los Países Bajos y la Guerra de los Treinta Años, y su objetivo principal era facilitar el suministro de tropas, recursos y comunicación entre los dominios del Imperio español.
Durante el siglo XVI y XVII, especialmente en el contexto de las Guerras de los Países Bajos y las campañas militares en Europa, el Camino Español fue un ejemplo logístico, social y económico, que reflejaba un planteamiento diferente entre España y otras potencias de la época en su forma de ejercer el poder.
Por ejemplo, la vecina Francia seguía la táctica de «arrasar y consumir» los recursos de las tierras por donde pasaban. Este tipo de táctica estaba enraizado en una serie de factores; la estrategia de «tierra quemada», quemando cosechas y saqueando bienes, con el fin de dejar al enemigo sin suministros y dificultar su capacidad de resurgir o recibir apoyo. Era una forma de forzar la rendición de los territorios ocupados, debilitando tanto a las poblaciones locales como a los ejércitos enemigos. Además, como parte de la economía de guerra, la expoliación de los territorios por donde pasaban se convirtió en una forma de financiar sus campañas. Este saqueo incluía tanto bienes materiales (alimentos, ropa y equipos) como la subyugación de poblaciones locales, que eran forzadas a abastecer a los ejércitos. Seguían una práctica de «consumo forzoso» de todos los recursos locales, dejando poco o nada para las poblaciones afectadas. No hay memoria de un Camino francés, sino sólo la constatación del avance de las tropas asolando territorios.
Por contraste, la táctica española consistía en «llevar lo necesario». El Camino Español es un buen ejemplo de la logística de los tercios que estaba basada en mantener líneas de suministro desde las regiones más seguras del Imperio (principalmente desde España a través del Camino Español) hacia las zonas de guerra. Este sistema permitía que las tropas españolas pudieran sostenerse por sí mismas en el campo de batalla, evitando depender en exceso de los recursos locales.
Además, los soldados españoles eran conocidos por tener una cultura militar austera y disciplinada, en la que los oficiales españoles trataban de mantener un control sobre las tropas para evitar que el desorden de los saqueos pudiera minar la eficacia del ejército. Los españoles trataban de controlar y mantener las regiones que ocupaban, en lugar de arrasarlas completamente. Por ejemplo, trataban de mantener la producción agrícola y las relaciones comerciales en las áreas bajo su control para garantizar un flujo constante de suministros a sus tropas. Era una práctica sistemática y más orientada a la estabilidad. Actualmente, muchos pueblos de Italia, Países Bajos y Bélgica siguen mostrando con orgullo las huellas del Camino Español por sus tierras.
Tras la conferencia Muro tuvo que responder muchas preguntas de los asistentes, contestándolas desde su conocimiento experto en esta materia. Sin embargo, la pregunta que todos los presentes se hicieron y sigue sin respuesta es ¿para cuándo el reconocimiento del Camino Español como Camino Cultural Europeo, o como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO?