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Iñigo Moreno de Arteaga

Iñigo Moreno de Arteaga, Marqués de Laserna en El DebateThorun Piñeiro

Entrevista I Íñigo Moreno de Arteaga, empresario, escritor e historiador

Moreno de Arteaga: «La independencia de América fue una guerra civil entre criollos e indios, fieles al Rey»

Para el historiador, la batalla de Ayacucho de la que el próximo 9 de diciembre se cumplen 200 años, supuso «el momento en el que se consolida la independencia de los virreinatos»

Íñigo Moreno de Arteaga (Madrid, 1936) es marqués de Laserna, empresario, escritor, historiador y colaborador de El Debate. Además, es miembro de una de las cuatro Órdenes Españolas que impulsó en 2017 el Premio de historia Órdenes Españolas, un galardón que responde a la necesidad de ensalzar el valor de la Historia de España y de aquellos investigadores de cualquier parte del mundo que han dedicado su esfuerzo y su trayectoria profesional a su estudio de forma especialmente relevante.

«La historia es una gran desconocida y una gran olvidada —confiesa Moreno de Arteaga ante las cámaras de El Debate— y no existía el ‘Premio Nobel de la Historia’ o el 'Princesa de Asturias de Historia'. Me parecía que había que rellenar ese tremendo hueco y me hacía ilusión que el Premio universal de la historia fuera un premio español y que fuera el Rey el que lo entregara», advierte.

Nombrado recientemente académico de honor de la Real Academia de la Historia, hablamos con él sobre el último virrey del Perú, José de la Serna, al que ha dedicado uno de sus muchos libros y a quien describe como «un hombre que afrontaba las aventuras y las llevaba a cabo. Un hombre con voluntad que hace posible la acción» y que demostró «montando un ejército donde no lo había». Además, conversamos sobre la batalla de Ayacucho de la que pronto se cumplirán 200 años y de los entresijos de la independencia de América.

— ¿Cuál era la situación en la que se encontraba Perú cuando llegó su último virrey José de la Serna?

— Cuando llegó América entera estaba en buenas condiciones. Fernando VII cuando vuelve del destierro en el año 1814, lo primero que hace es enfrentarse al problema americano y organiza una expedición de 16.000 hombres que va a Venezuela y derrota a los insurgentes: Bolívar desaparece y vuelve la calma y la paz a todo América, excepto en Buenos Aires. En el año 1816, cuando llega De la Serna al Perú es un momento de tranquilidad. Luego se va a deteriorar rápidamente, pero en aquel momento esa expedición había resuelto el problema.

— Su breve periodo de gobierno se caracterizó por las batallas bélicas que tuvo que lidiar.

— Los tres últimos virreyes son militares, cosa que no lo habían sido antes. Eran más bien políticos. Los últimos no. Abascal, Pezuela y De la Serna son militares y están ahí porque son militares precisamente porque había un problema al que había que enfrentarse. Hay que tener en cuenta que De la Serna llega el virreinato por la invasión de San Martín al Perú que desembarca de una forma muy curiosa, cauta. Parece que desembarca con un ejército preparado para hacer algo, pero se queda quieto. Realiza algunos pasos en falso que De la Serna quería haber aprovechado, pero Pezuela no le dejó.

De todas formas, San Martín estaba ahí, pero no actuaba. La situación empezó a deteriorarse mucho hasta el punto de que hay una sublevación de militares para poner al mando a De la Serna, quien había pedido la licencia para marcharse del Perú asqueado de toda la situación. Sin embargo, Pezuela le nombra teniente general y el resto de los generales le obligan a tomar el poder ante la situación militar que había y toma una resolución que va a ser definitiva: abandonar Lima, abandonar la capital. Eso, que políticamente tenía mucha importancia, en el Perú de entonces estaba bastante justificado —y luego los años le dieron la razón— porque Lima tenía el poder, pero la riqueza de Lima, sobre todo, era comercial.

Entonces, con San Martín a escasos 20 kilómetros y la escuadra chilena boicoteando el Callao; el comercio se había acabado, cada vez tenía menos población y tenía menos riqueza. Por lo que De la Serna decidió retirarse al interior, al Cuzco que estaba mucho más poblado y donde pudo reponer el ejército. Gracias a esto, en muy pocos meses la situación cambio por completo.

Tanto fue así que envió una expedición a la fortaleza del Callao que estaba entre 12-15 kilómetros de Lima y que era la fortaleza más importante que había en todo el Pacífico y que seguía siendo realista. Entonces manda una expedición para auxiliar si podía y si no, llevarse el armamento.

— ¿Qué importancia tuvo la batalla de Ayacucho para el Imperio español?

— En la batalla de Ayacucho había un ejército del rey, que es el ejército del Virrey De la Serena, quien dijo que si alguna vez se perdía este ejército no habría posibilidad de reponerlo porque era el único que luchaba. Y así ocurrió: en una batalla se perdió su obra personal de cuatro años y para la historia fue el final del Imperio español en América. Aunque quedaron algunos enclaves como el Callao o San Juan de Ulúa. Tras Ayacucho, la autoridad [española] abandonó, firmaron un tratado y abandonaron.

Y hace 200 años de eso. A los humanos nos gustan mucho las fechas y elevarlos a mitos. Ayacucho es el momento de la de en que se consolida la independencia de los virreinatos.

Los virreinatos americanos se gobiernan durante 300 años sin ejército español

— ¿Cómo se desarrolló la independencia de América?

— La insurgencia de los virreinatos americanos es muy curiosa. Se hace fundamentalmente por los criollos. Los criollos son los mestizos... América entera es una población mestiza. Es muy curioso que hay ahora haya voces que hablan de genocidio de los españoles. Bueno, que paseen por las calles.

No fue así. Lo que sí hubo fue una clase criolla que en gran parte eran descendientes de peninsulares —españoles eran todos, no se puedo decir españoles y americanos; eran todos españoles—, y que eran peninsulares que se habían establecido allí. No recuerdo muy bien las cifras, pero me parece que en el momento de la insurgencia había como unos 10 millones —en todo el continente— y de esos que fueran blancos había como un millón y pico. Me parece que son 3 millones de mestizos y el resto seis o siete de indios. Bueno, eso ya explica un poco...

Pues entonces los mestizos, los criollos, lo que querían era gobernarse a sí mismos. No querían independizarse. Nunca quisieron independizarse. Los virreyes eran peninsulares o grandes personajes de la Corte y no eran americanos. Por eso querían gobernarse a sí mismos.

Era una guerra civil en la cual los que luchaban estaban de acuerdo en servir al Rey, pero sus oficiales no

Los virreinatos americanos se gobiernan durante 300 años sin ejército. Prácticamente no hubo nunca un ejército: no hay fuertes más que en los puertos como en Cartagena de Indias, en La Habana, en San Juan de Ulúa, en el Callao... contra inversiones extranjeras. No hizo falta nada para gobernar aquellos virreinatos.

En mi libro digo las cifras que ahora no las tengo en la cabeza, pero me parece que desde el siglo XIX, desde Alaska hasta Tierra del Fuego, me parece que hay como 2.000 militares. Pero la clase criolla quería gobernarse a sí mismo. Mientras que los indios eran completamente del rey. La independencia de América fue una guerra civil porque después de la expedición del año 1816 que ya he mencionado, hubo algunas pequeñas expediciones a México —Nueva España, entonces— de muy poca entidad. En realidad eran indios contra indios porque la masa del ejército eran indios. Era una guerra civil en la cual los que luchaban estaban de acuerdo en servir al Rey, pero sus oficiales no.

— Este dato revela que España nunca tuvo colonias en América.

— Bueno, las colonias es una idea mercantil. Una cosa es que un motor de lo que se ha llamado la conquista, que más diríamos ocupación o civilización porque una conquista exige población y había sitio donde no había población; pero eso que nace a principios del XVIII y se desarrolla sobre todo en XIX... donde las colonias eran espacios donde un poder político fuerte ocupa una sociedad o el país de una sociedad que le es ajena... eso no cabe en el siglo XVI. En ese siglo lo que cabe era unos pueblos tan españoles como podían ser los de Zaragoza o los de Zamora. Tan es así que se les da, como se hacían en la península unas leyes propias, unas Leyes de Indias.

— En la etapa final San Martín y De la Serna se reúnen en Punchauca para negociar la paz, ¿cómo fueron aquellas conferencias?

— Los liberales creían que América se había levantado porque no estaban conformes con el régimen español. No es verdad. Se habían levantado porque querían gobernarse a sí mismo. Pero los criollos, no los siete millones de indios que estaban contentos. Entonces [los criollos] convencidos de eso, mandan a unos agentes allí [a Punchauca] seguros de que van a resolver el problema; sin embargo, el virrey tenía órdenes concretas de que no podía aceptar la independencia. Todo menos la independencia. Mientras que San Martín decía que únicamente independencia.

Pero la oferta de San Martín fue muy generosa. Ofreció por lo pronto la paz, quedando los dos ejércitos amigos y bajo las órdenes de quien decidiera el virrey. Y San Martín y De la Serna irían a España para hablar con Fernando VII para que enviara un infante y se hiciera una independencia dependiente de España. Pero las órdenes eran contrarias. Sí, Punchauca fue lo que pudo ser y no fue.

— En este pudo haber sido, Agustín Iturbide que la independencia debía ser un «separar el nudo sin romperlo»...

— Tenía razón. Tampoco tuvo mucha suerte Iturbide, porque entre otras cosas se fue a París y allí los mexicanos estaban contentos y cuando volvió antes del año ya le habían cortado la cabeza... Es una norma casi general de las revoluciones lo de matar al que las produce.

Pero tenía toda la razón. Porque es que después de 300 años, no de colonias, sino de virreyes, eran sociedades estructuradas, perfectamente estructuradas. Si se hubiera hecho lo que deseaban, que era cambiar las cabezas por americanos, hubiera funcionado perfectamente. Ten en cuenta que Francia hoy en día funciona con una organización que es de Luis XV. Y no ha cambiado. Por eso funciona países como Francia y con situaciones políticas muy confusas. Funcionan porque el entramado del país funciona. Eso se rompe en América porque el entramado era del rey y rompen con el rey. Esa fue la grave tragedia. Y luego encima, eran unos países que comercialmente eran ricos, eran muy deseados por todos. En Europa, por Inglaterra y Francia, que son las grandes potencias comerciales. Y en Estados Unidos, que era una potencia importante —en muy poco tiempo se había convertido en una potencia naval, sobre todo—. Y entonces ellos [los insurgentes] convirtieron a Hispanoamérica en una colonia.

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