Descubren cisternas subterráneas del siglo I d.C. junto a restos de la Segunda Guerra Mundial
Además del asentamiento grecorromano en Darazya encontramos huellas que nos trasladan al siglo XX: alberga numerosas estructuras militares datadas de entre 1941 y 1942
El Alamein, una ciudad de Egipto situada a poco más de 100 kilómetros de Alejandría fue escenario de una batalla importante de la Segunda Guerra Mundial donde aún se pueden ver algunas de las estructuras bélicas que se construyeron durante aquel gran conflicto. Pero siglos atrás era urbe helenístico-romana conocida hoy como Darazya.
Ya desde el siglo XIX tanto geógrafos como viajeros documentaron los vestigios de esta región que muestran el rico panorama de interacciones culturales y económicas en la costa mediterránea de Egipto. Ahora, una investigación emprendida en 2021 y cuyos resultados se han publicado en la revista Antiquity, ha logrado comprender mejor el funcionamiento de estas civilizaciones antiguas que se asentaron allí, así como «responder preguntas sobre la organización de la batalla de El Alamein y las técnicas de construcción de las fuerzas aliadas», según destaca el estudio.
La investigación estuvo liderada por Rafal Czerner, del Centro Polaco de Arqueología del Mediterráneo de la Universidad de Varsovia, quien falleció este mismo año tras numerosas expediciones de conservación en todo el mundo. Y se dividió en dos fases: una primera en la que se analizó y valoró el potencial del yacimiento para su futura conservación y exposición, y otra que se centró en el estudio arquitectónico, arqueológico y tecnológico.
Vestigios del siglo I d.C.
Gracias al estudio se ha podido identificar tres «casas residenciales (H1 H2, y H3), otras estructuras sobre el suelo y dos grandes cisternas subterráneas» junto a vestigios de la Segunda Guerra Mundial. Según los autores del estudio, las casas cuentan con muros bien definidos, uno de ellos cuenta con una altura de 1,6 metros.
En cuanto a su función la H1 y la H3 parecen haber servido como una casa de estilo oikos, es decir, organizada en torno a un vestíbulo principal; mientras que los restos de la H2 hacen pensar que podría haber tenido un propósito más allá que la de residencia.
Además de estas casas, los investigadores han destacado el hallazgo de dos cisternas subterráneas talladas en el lecho de roca caliza, a las que solo se podría haber accedido a partir de «estrechos pozos» desde la superficie. Estas construcciones, que cuentan con unos cinco metros de altura, dejan la puerta abierta a nuevas investigaciones sobre los sistemas de abastecimiento de agua en las civilizaciones antiguas.
Estructuras de la Segunda Guerra Mundial
La datación de las estructuras localizadas en Darazya ha sido posible gracias a la comparación con el yacimiento de Marina el-Alamein, que alberga edificios residenciales similares. Los resultados concluyen que ambos pertenecen al período helenístico-romano, que además respaldan los análisis estratigráficos y los elementos hallados en la cerámica de la superficie.
«El sitio seguramente se convertirá en una atracción turística regional», indican los investigadores pues con los debidos trabajos de conservación de los fragmentos de ánforas, ollas, sartenes, cuencos y piezas importadas de sigillata chipriota (una cerámica de alta calidad), así como altares decorados encontrados en el yacimiento elevarán su valor y permitirán conocer dos caras del sitio, separadas por siglos de historia.
Además del asentamiento grecorromano en Darazya encontramos huellas que nos trasladan al siglo XX: alberga numerosas estructuras militares datadas de entre 1941 y 1942. Entre ellas, un complejo con 17 refugios subterráneos unidos por corredores que nos invitan a sumergirnos en las estrategias del conflicto más importante de la edad contemporánea.