
Vicente G. Olaya posando para su entrevista en El Debate
Una cita con la arqueología
Vicente G. Olaya: «Los españoles no perseguían las lenguas indígenas, las preservaron haciendo diccionarios»
El periodista acerca la arqueología al público general ya que subraya la importancia de conocer la propia historia: «Si no la conoces estás desubicado en el mundo y eres muy manipulable»
El destino acercó a Vicente González Olaya a la arqueología. Haciendo lo que más le gustaba, periodismo, se topó con unos huesos de forma fortuita que resultaron ser uno de los yacimientos paleontológicos más importantes de España: el Cerro de los Batallones.
Así, poco a poco, Olaya fue acercándose a la arqueología desde el mundo del periodismo. Dos pasiones que ha sabido combinar a la perfección en su vida profesional, aunando el interés por la arqueología y por la historia, con su faceta como periodista, para saber cómo «atrapar» al lector entres sus fascinantes historias de distintos yacimientos y hallazgos arqueológicos.
Aunque no es el primer libro que publica con estas características, puede que sí sea el más especial para él: Pequeña historia de los grandes descubrimientos arqueológicos (Editorial Espasa). Un acercamiento a la historia y a la arqueología de forma amena y divertida, que atrapa al lector entre sus páginas.
Olaya guía al lector en un viaje a través de 20 hallazgos que recorren todo mundo y diferentes épocas. Un viaje fascinante e interactivo con el lector que, sin duda, deja con ganas de conocer más del mundo de la arqueología.— ¿Por qué estos 20 yacimientos arqueológicos y no otros?
— Lo más difícil del libro fue elegir precisamente los descubrimientos arqueológicos. Todos los libros tienen que tener una extensión máxima. He cogido los que me han parecido más atractivos y que representan todas las partes del mundo: Asia, África, América o Europa. Además, todos tienen detrás una historia casi o más interesante que el propio yacimiento.
— Atrapas al lector desde la primera frase, haces que la historia se convierta en algo divertido, ameno...¿Cómo lo consigues?
— Soy periodista de profesión, no soy arqueólogo ni historiador. Uso la técnica periodística más vieja que hay: pillar al lector con los datos más atractivos para que se enganche y pueda seguir la historia. Todos los capítulos empiezan con un personaje real y terminan en el yacimiento. Aunque hay dos que son falsos, pero muy importantes para la arqueología: Indiana Jones y Sherlock Holmes. Holmes porque usa el método deductivo igual que los arqueólogos y Jones porque ha acercado la arqueología a la gente, aunque él es un anti-arqueólogo: persigue una piedra y vuela el templo por los aires.
Uno de los personajes del libro es Indiana Jones: el anti-arqueólogoPeriodista especializado en Patrimonio Histórico
— Es importante que la gente conozca la historia, también a través de la arqueología, tal y como fue para no sucumbir a manipulaciones partidistas o apropiaciones políticas, ¿no?
— Es fundamental, sobre todo los jóvenes. Si no conoces tu historia estás desubicado en el mundo. No sabes de dónde vienes, no sabes lo que hicieron tus antepasados y eres muy fácilmente manipulable. Te pueden contar cualquier cosa y tú creerla.
Cuento la anécdota, por ejemplo, de cómo se pudieron entender los españoles con los rapanui. En contra de lo que se piensa, los españoles no perseguían las lenguas indígenas, sino que hacían diccionarios, sobre todo religiosos y mantenían sus lenguas. La preeminencia del español se produce cuando se independizan y tienen que entenderse entre ellos. Cuento la historia de González de Ahedo, que es el primer tipo que hace un diccionario español rapanui.
— ¿Hay trabas hoy en día para escribir sobre historia?
— Hay total libertad para hacer historia. Otra cosa es que la historia que te cuentan sea real o no, pero yo creo que sí que hay libertad. Hay veces que cuesta, por ejemplo con el término Reconquista que parece que estás cometiendo un anatema.
La labor de la arqueología es confirmar o desmentir grandes hechos históricosPeriodista especializado en Patrimonio Histórico
— Uno de los vestigios que hablas en tu libro es de la Dama de Elche y de cómo Franco la recupera y la trae a España...¿Cómo ha sido escribir esto para ti?¿Te ha resultado conflictivo?
— Franco era un dictador y me parece lo más deplorable, pero la verdad es la verdad. Para mí no es ningún conflicto, no se puede reescribir la historia. La historia es la que es y se acabó.
Franco le pide a Himmler, a los nazis, que devuelvan la Dama de Elche y el tesoro de Guarrazar a España, en ese momento ambas piezas se encontraban en Francia, y vuelven a España. Salieron ilegalmente y vuelven ilegalmente porque los nazis no eran nadie para devolver algo de los franceses.

La Dama de Elche en el Museo Arqueológico Nacional
— ¿Qué sorpresas para el lector esconde este viaje?
— Es un viaje por el tiempo. Comienza hace 30.000 años en Altamira. Hay bromas, intentamos que sean graciosas y luego comprobar si el lector es capaz de retener algo de lo que le hemos contado con una simple pregunta al final de cada capítulo.
— ¿Cómo has hecho para informarte antes de escribir cada capítulo?
— Algunos los he visitado personalmente, pero el trabajo es todo a través de bibliografía y contraste de datos.