Francia
Macron busca asegurar su reelección atajando las teorías de la conspiración
Las teorías de la conspiración han alimentado el movimiento anti-vacunación y fomentado el descontento de los chalecos amarillos
La ilustración del siglo XVIII buscaba disipar las tinieblas de la ignorancia de la humanidad mediante las luces del conocimiento y la razón. Aquel histórico movimiento logró desembocar en la Revolución Francesa. Ahora la 'ilustración' propuesta por Enmanuel Macron intenta más bien atajar la más significativa revolución del siglo XXI, la interconexión en la red y el consumo de información independiente sin fuentes 'cualificadas'.
En una entrevista reciente, el presidente Macron dijo que el «problema clave» que enfrenta Francia era la difusión de teorías de conspiración alimentadas por el sentimiento de que «todos los puntos de vista son iguales; que las de alguien que no es especialista pero que tiene una opinión sobre el coronavirus son tan válidas como las de un científico».
Sobre esta premisa, a finales de septiembre, Macron creó una comisión de expertos llamada Comisión Bronner, presidida por el sociólogo Gérald Bronner, que debe exponer para diciembre propuestas para frenar el complotismo y la desinformación en el debate público. El presidente francés argumentó que «la información ya no está reservada solo para una élite, sino que es accesible para todos. Nunca la humanidad ha suscitado tanto conocimiento. Pero esta revolución también tiene un lado oscuro. Porque la información no solo se ha democratizado, ha cambiado de naturaleza».
Agregó que nuestras sociedades se enfrentan a una «fragmentación del debate… en el que se encierran individuos que ya no se hablan, un resurgimiento del discurso de odio, un declive del conocimiento y la ciencia en determinadas circunstancias».
Una encuesta de YouGov en enero encontró que Francia era más propensa a las teorías de la conspiración que el Reino Unido. Cuando se les preguntó si pensaban que un solo grupo de personas «gobernaba en secreto el mundo», el 36% de los franceses estuvo de acuerdo, en comparación con el 28% de los británicos.
«Ilustración de la era digital»
Los miembros de la comisión que pretende lograr la «ilustración en la era digital», incluyen alrededor de 15 académicos, así como periodistas, profesores y abogados. Se les ha pedido que produzcan un informe sobre temas como cómo evitar que los algoritmos de internet «esclavicen» a la sociedad, cómo los anunciantes explotan las noticias falsas y cómo evitar que las potencias extranjeras difundan teorías de la conspiración.
La comisión debe trabajar sobre ocho temáticas, entre ellas cómo los algoritmos en las redes sociales y grandes plataformas pueden provocar un «sometimiento digital», al darle forma a las conversaciones en la sociedad, dijo Bronner en septiembre.
Los expertos deben abordar también cómo el mercado de la publicidad aprovecha las noticias falsas, así como los medios para desarrollar un espíritu crítico, la libertad de opinión frente a la presión de las plataformas o las injerencias extranjeras.
Protestas y teorías de la conspiración
Las teorías de la conspiración han alimentado el movimiento anti-vacunación de larga data, que organizó manifestaciones sustanciales durante el verano y fomentó el descontento durante las protestas de los chalecos amarillos que alcanzaron su punto máximo a principios de 2019.
Cada sábado, desde julio de este año, protestan en Francia cientos de miles de personas de colectivos diversos, como los chalecos amarillos, militantes antivacunas, los que apoyan teorías de conspiración y opositores al gobierno de Macron contra el certificado o pase sanitario, que es obligatorio en bares, restaurantes, transportes de larga distancia e incluso hospitales.
El movimiento también se alimenta de «garantes científicos», como el médico Louis Fouché o la genetista Alexandra Henrion-Caude. Esta última ha conseguido en los últimos meses 100.000 suscriptores en Twitter y YouTube donde multiplica teorías contra las vacunas. El científico Luc Montagnier, premio Nobel de Medicina en 2008, no acude a las manifestaciones, pero es una voz con peso. Desde hace años sus colegas lo cuestionan debido a sus teorías «poco científicas».
A pesar de todo, según una encuesta que la AFP recoge de la consultora Odoxa Backbone, el 67% de los franceses aprueba el pase sanitario que Macron no descarta prolongar más allá del 15 de noviembre. Quizás porque la epidemia del covid-19 ya ha provocado más de 115.000 muertes en Francia.
Una comisión con fines electorales
Esta iniciativa llega meses antes de la elección presidencial de abril, un período propicio para estas prácticas. Macron ya acusó a Rusia de llevar a cabo un intento de desestabilización en la campaña de 2017. Pero este ambiente preelectoral también hace sospechar que Macron intenta imponer una narrativa «oficial» para ayudarlo a ganar un segundo mandato contra populistas de extrema derecha como Marine Le Pen, líder del Rally Nacional. y Éric Zemmour, el experto en televisión descrito como el Donald Trump de Francia.
François-Bernard Huyghe, politólogo del Instituto de Asuntos Internacionales y Estratégicos de París, dijo a Times que se oponía a la comisión. «No creo que multiplicar leyes, censurar cuentas de redes sociales o tratar a las personas como cretinos sea la solución», dijo. «Provoca el efecto contrario al deseado y la sensación de que algo se está ocultando».
Primera 'baja' en la comisión
La comisión contra el complotismo, creada por Macron, registró su primera baja el pasado 7 de octubre con la renuncia de uno de sus miembros, al considerarse víctima de una «campaña de denigración». «Me retiro de la comisión», dijo el jueves a la AFP el profesor Guy Vallancien, quien denunció una «vergonzosa y repugnante campaña de denigración» tras su nombramiento en esta selecta comisión.
Vallancien aseguró que partió por decisión propia. «Podría haber continuado, pero habría creado conflictos en el seno de la comisión. No es sano. No había una buena solución, pero tomé la que me parecía más libre y honesta», agregó.
La neumóloga y denunciante Irène Frachon acusó a este reputado urólogo, que trató al expresidente socialista François Miterrand, de haber «negado la gravedad» del caso 'Mediator', un medicamento que resultó peligroso para la salud. Su nombre también apareció citado en la revista L'Express en un escándalo sobre la donación de cuerpos a la Universidad Paris-Descartes. «Yo no tengo ninguna responsabilidad» en este caso, dijo afligido Vallancien.
«Abandonar una comisión sobre desinformación porque se es víctima de desinformación es 'fabuloso'», terminó diciendo el ahora exintegrante de la comisión de Macron. Está por verse si todos los miembros nombrados por el presidente francés soportan la presión y lograr su cometido de aquí a diciembre. El inicio de la campaña francesa al Elíseo les pone cada vez mas complicada la misión.