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Mateusz Morawiecki, primer ministro polaco ayer en el Parlamento Europeo

Mateusz Morawiecki, primer ministro polaco ayer en el Parlamento EuropeoEFE

Unión Europea

«¡Derecho al control!», pide el primer ministro de Polonia ante el Parlamento Europeo

El primer ministro Mateusz Morawiecki sigue pidiendo la primacía de su constitución por encima de la autoridad europea

Ayer tuvo lugar una reunión del Comité Europeo en la que Polonia defendió su posición de estas últimas semanas: defender la primacía de su ley constitucional frente a la europea. Te contamos los puntos más importantes del apasionado discurso con el que su primer ministro, Mateusz Morawiecki, expresó la preocupación de Polonia ante el Parlamento Europeo.

La crisis de Europa

Comenzando su alegato, Morawiecki hizo balance de las diversas crisis a las que la Unión Europea se ha ido enfrentando a lo largo de su historia, y las que hoy se ciernen sobre ella. Mencionó el problema migratorio que acecha las fronteras del sur y del este, la crisis energética del gas, y advirtió contra un «efecto dominó» de crisis posteriores «en cascada». Asimismo, hizo hincapié en la amenaza de la «política agresiva» de Rusia, que obstruye la movilidad europea. 

Pero tras la desolada enumeración, el primer ministro polaco quiso apelar a la unidad, diciendo «una y otra vez ‘nosotros’, porque no podemos resolver ninguno de estos asuntos solos».

Alabó el papel de Polonia en el proceso de integración económica europeo, recordando su liderazgo en la promoción del fondo de reconstrucción, y agradece a los servicios polacos, lituanos y letones su labor de protección fronteriza, crucial para la Unión Europea.

Los estándares dobles, las mismas reglas para todos

Tras recalcar el apoyo que Polonia ha ofrecido a la Unión durante décadas, el discurso del primer ministro se torna pesimista, resultado de enfrentarse «a una Europa de dobles estándares».

«¿Suponen realmente igualdad [las] decisiones que […] Bruselas y Luxemburgo aplican de forma diferente según sean los Estados miembros, lo que mantiene […]la división de los países de la […] vieja y la nueva Unión, entre los fuertes y los más débiles, los más ricos y los menos ricos?» pregunta sin respuesta, ante una Cámara que considera injusta y parcial.

Morawiecki pide que «las reglas del juego» sean las mismas para todos, conservadores o liberales, como fue acordado en los tratados. En eso consiste el estado de derecho. Tacha de «inaceptable» ampliar competencias, imponer decisiones sin base legal, y, sobre todo, utilizar el lenguaje de chantaje financiero para sancionar.

«Rechazo el lenguaje de la intimidación, las amenazas y las extorsiones. No estoy de acuerdo con que los políticos chantajeen y asusten a Polonia. Que el chantaje se convierta en un método de hacer política hacia cualquier Estado miembro. Eso no es lo que hacen las democracias» dice el primer ministro polaco, lamentando las formas políticas que enmarcan una discriminación europea.

La autoridad, una cuestión de principios

Mateusz Morawiecki aborda entonces el tema del estado de derecho, quid de esta disputa euro polaca: «La legislación de la UE está por delante de la legislación nacional, al nivel de la ley y en los ámbitos de competencias asignados a la Unión. Este principio es válido en todos los países de la UE. Pero la ley suprema sigue siendo la Constitución».

En eso se resumen las condiciones sobre las cuales existe cierta primacía de ley internacional, competencias atribuidas a la hora del Tratado de Lisboa.

Pero la ley suprema sigue siendo la ConstituciónMateusz Moraweicki, primer ministro polaco

Porque «la Unión Europea no es un Estado. ¡Los Estados son los 27 países miembros de la Unión! Son los Estados los que siguen siendo soberanos europeos [y] determinan el alcance de las competencias atribuidas a la Unión Europea».

Por ello Polonia pone en duda el monopolio del Tribunal de Justicia sobre los límites de su propia autoridad, algo del todo inconstitucional. Teme que se lleve a cabo una violación de los estatutos de los tratados, artículos 4 y 5 que defienden la soberanía legal de los países miembros. 

La sentencia del Tribunal Constitucional polaco

«La reciente sentencia del Tribunal Constitucional polaco ha llegado a ser objeto de un malentendido fundamental», continua el primer ministro Morawiecki. Y es que se trata de fundamentos: la ley sobre la cual el Tribunal Europeo pretende sancionar a Polonia no es de su incumbencia. No hay fundamento legal para que la UE intervenga sobre un asunto de carácter constitucional polaco, ya que su autoridad legal está por debajo de la Constitución nacional -en cualquiera de los estados miembros, habiéndose ya demostrado antes.

Son muchas las sentencias similares en las que han chocado las competencias europeas con las nacionales, y Morawiecki se frustra: «por el amor de Dios, tienen una cosa en común: reafirman que los tribunales constitucionales nacionales reconocen su derecho de escrutinio».

Como ya publicamos en la entrevista con el viceministro Pawel Jabłoński, la cuestión del principio de atribución de competencias yace en el epicentro de esta disputa. «¡Derecho al control!» pide Morawiecki. «Controlar si la legislación de la Unión se aplica dentro de los límites de lo que le ha sido encomendado».

El pluralismo constitucional

«Unidos en la diversidad» es el eslogan de la Unión, una idea que Mateusz Morawiecki apoya con fervor. Por que esa es la Unión que ama Polonia, y en la que indudablemente quiere quedarse. «El pluralismo constitucional significa que hay espacio para el diálogo entre nosotros, nuestros sistemas legales», comenta el polaco, tras retratar la diversidad política de la UE.

Si hemos de cooperar, debemos aprobar estas diferencias, debemos aceptarlas, debemos respetarnos mutuamenteMateusz Morawiecki, primer ministro polaco

«Si hemos de cooperar, debemos aprobar estas diferencias, debemos aceptarlas, debemos respetarnos mutuamente», algo que Morawiecki ve necesario; unirse frente al Tribunal Judicial europeo «y decir ‘No, amigos’, si desean hacer de Europa un superestado no nacional, primero obtengan el consentimiento de todos los países europeos».

«La Unión no se desmoronará porque nuestros sistemas legales sean diferentes. Hemos estado haciendo esto durante siete décadas. Quizás algún día, en el futuro, hagamos tales cambios que acercarán aún más nuestra legislación. Pero para que esto suceda, se requiere una decisión de los estados miembros soberanos».

Es así como el ministro defiende no solo la primacía de su constitución (testimonio de una bonita diversidad judicial que comparten todos los países), si no que demuestra una vez más el ímpetu polaco por dialogar y hacer de la Unión una organización mejor. No quieren irse

Una advertencia; los riesgos a la sociedad 

Morawiecki elige terminar con una advertencia: los riesgos que supone una organización internacional con autoridad ilimitada sobre sus países.

«La consecuencia sería una reducción fundamental del estándar constitucional de protección judicial de los ciudadanos polacos y un caos legal inimaginable», y terminaría alienando a los ciudadanos de la Unión Europea. 

La Unión Europea ha visto en el discurso de Polonia una amenaza de poner en riesgo «valores comunes». A ojos del Comité Europeo, la queja de Polonia fragiliza «un pilar esencial» de la cooperación europea, violando el acuerdo no escrito de colaboración y los valores de ayuda sobre los que se fundó la Unión Europea.

El Comité considerará abrir un nuevo procedimiento de infracción contra Polonia, además de la posibilidad de bloquear los fondos europeos al gobierno polaco -sanción que Morawiecki ya denunció como «chantaje». Así y con todo, la posibilidad de un «Polexit» sigue siendo completamente falsa. 

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