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Manifestaciones derechistas en Rona

Manifestaciones derechistas en RonaEFE

Italia

La Eurocámara alerta del auge de la violencia por parte de la extrema derecha

Mientras, los políticos de derechas tildan el debate de «instrumentalizado»

El Parlamento Europeo (PE) alertó del auge de la violencia de extrema derecha en un debate celebrado hoy tras las violentas protestas neofascistas en Roma que el pasado sábado sembraron el caos en la capital italiana.

«Cien años después vuelven a ocurrir ataques similares al de los fascistas de Mussolini», aseveró el eurodiputado socialdemócrata italiano Brando Benifei, en referencia al asalto de la sede del mayor sindicato del país, la CGIL, por parte de los neofascistas que aprovecharon una manifestación contra el certificado sanitario por la pandemia para incendiar las calles.

Benifei, del Partido Demócrata italiano, instó a que se prohíban las formaciones neofascistas y recordó que el Parlamento Europeo ya apoyó una resolución en 2018 que reflejaba esta tesis.

Reprendió, además, a los líderes ultraderechistas italianos Matteo Salvini, de la Liga y Giorgia Meloni, de Hermanos de Italia, por su «tímida» condena a los episodios registrados en Roma y les instó a estar a la altura de la «historia europea».

Porque, ante el auge de la violencia extremista, hay que mostrar «intransigencia» contra esta y la «vulneración de la convivencia civil», sostuvo el eurodiputado liberal italiano Nicola Danti, quien alertó de que la propaganda populista ha contribuido a crear una base popular para estas corrientes ideológicas.

«Estos movimientos han demostrado tener una gran capacidad de infiltrarse en espacios marginales, alimentando los miedos de las personas, construyendo la figura del enemigo que puede ser inmigrantes, vacunas o el certificado», advirtió.

«A la violencia se le combate con las armas del Estado de Derecho, no se le ofrece acomodo en las calles e instituciones. Es una amenaza para la democracia”, apuntó por su parte el eurodiputado popular Javier Zarzalejos.

La Unión Europea, prosiguió, tiene «motivos para preocuparse» porque ese fascismo «asoma con diversas caras», mientras los sistemas políticos democráticos se enfrentan a la «represión de los extremismos».

Un extremismo que recuerda «a las páginas más negras de nuestra historia», dijo en su intervención el eurodiputado de los verdes Ignazio Corrao que volvió a incidir en que los partidos de Salvini y Meloni «guiñan el ojo» a los fascistas y violentos.

Por su parte, la eurodiputada del grupo de la izquierda Sira Rego alertó que la extrema derecha tiene como objetivo «los intereses de los trabajadores» porque aquella «está siempre con las élites y contra el pueblo».

«Garantizar los derechos de todos es la mejor vacuna contra el avance de la extrema derecha», subrayó.

Durante el debate, la comisaria europea de Igualdad, Helena Dalli, se alineó con la mayoría de eurodiputados en la repulsa a los incidentes registrados y reafirmó que la violencia de extrema derecha es «cada vez una mayor amenaza global».

Casos como el de Roma muestran que el «odio, la violencia y la intolerancia no solo se esconden en las oscuras esquinas de internet o en organizaciones clandestinas», por lo que llamó a dar una respuesta al extremismo creciente para defender los valores de la UE.

Conservadores y extremistas se desmarcan

Aunque el rechazo de la Eurocámara fue mayoritario, eurodiputados del grupo Identidad y Democracia y conservadores añadieron algún «pero» al relato.

Así, el eurodiputado de Hermanos de Italia, Raffaele Fitto, denunció que el PE actúa con un «doble rasero» al no poner el foco en actos violentos cometidos por grupos de extrema izquierda, si bien mostró su «plena solidaridad» con lo ocurrido en Roma.

«Nosotros condenamos enérgicamente cualquier acto violento que se debe a un extremismo, pero no podemos aceptar una postura como la que observamos», defendió Fitto quien acusó a la comisaria Dalli de construir un relato «parcial» de los hechos.

En términos similares se pronunció el eurodiputado de la Liga Paolo Borchia, que tildó el debate de «instrumentalizado» y «descontextualizado».

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