Reino Unido
La mayoría de los ingleses creen que el Brexit está saliendo mal, según una encuesta
Un año después del Brexit, solo un 14 % opina que la salida de la UE está saliendo mejor de lo esperado
Siete de cada diez votantes consideran que Brexit ha salido mal o peor de lo que esperaban. Una encuesta que marca el aniversario de la decisión indica que la visión general del Brexit es ciertamente negativa.
Solo ha pasado una semana desde que Lord David Frost, ministro encargado del Brexit bajo el mando de Boris Johnson, presentara su dimisión de manera repentina. Renunció al puesto en plena ola de crisis reputacionales para al Partido Conservador, que incluyen la noticia de tres fiestas ilegales en el número 10 de Downing Street, y el fracaso en las elecciones de North Yorkshire, bastión conservador en los últimos años.
La encuesta, llevada a cabo por la agencia de investigación Opinium, reveló que un 46 % de las personas que en 2016 votaron «si» para dejar la Unión Europea hoy tienen una perspectiva negativa de como están saliendo las cosas. De estos votantes que apoyaron al Brexit, un 26 % considera que está saliendo peor de lo que esperaban, mientras que un 16 % ya entonces auguró que saldría mal, y opinan ahora que tenían razón.
De las personas que votaron «quedarse» para permanecer en la Unión, 86 % comparten que va mal o peor de lo que creían.
Generalmente, solo un 14 % de todos los votantes consideran que el Brexit está saliendo mejor de lo esperado.
Adam Drummond, de la agencia Opinium, explicó que lo más interesante de los resultados era que una mayoría de los que votaron «si» al Brexit ahora están menos convencidos de sus virtudes.
«Durante casi todo el proceso del Brexit, si hacías una pregunta que podía reducirse a ‘¿Brexit es bueno, o es malo?’, todos los que votaron ‘no’ te decían que era malo, y todos los que votaban ‘si’ decían que era bueno, lo cual cancelaba ambas opiniones», comparte. «Ahora lo que estamos viendo es una importante minoría de votantes pro-Brexit que consideran mala la gestión, o al menos peor de lo que esperaban».
«Mientras que un 59 % de los que votaron para quedarse en la UE creen que está yendo peor de lo esperado, solo 17 % de los que quisieron irse piensan que está yendo tan bien como esperaban».
«Mientras tanto, solo el 7 % de los que votaron ‘no’ consideran que el Brexit vaya mejor de lo que pensaban, mientras que el 26 % de los que votaron ‘si’ opinan que va peor de lo esperado. Así que, en vez de tener dos bloques opuestos y uniformes, el grupo que votó para salir está ahora un poco más dividido», cuenta Drummond.
Como proyecto, no ha cumplido sus promesas electorales, por lo que toda la furia que [...] alimentó el Brexit aún sigue ahí
Además de los problemas respecto a la gestión del Gobierno, el público inglés es también participe de una larga serie de problemas de escasez relacionados con el Brexit. A principios de este otoño, su país se vio sumido en una crisis de suministros causada por la falta de camiones, a su vez provocada por la nueva política migratoria que disuade a muchos extranjeros de acudir a trabajar a Reino Unido.
«Muchos de los principales impactos del Brexit se han disimulado con la pandemia. Los que lo apoyen pueden argumentar que la escasez de personal y comida se debe al Covid, pero en realidad el Brexit ha dificultado las cosas más de lo necesario», explica Jeremy Pestle, estudiante escocés, a El Debate. «Además, como proyecto, no ha cumplido sus promesas electorales, por lo que toda la furia que surgió durante la administración de David Cameron y alimentó el Brexit aún sigue ahí, fomentada por la indiferencia de Downing Street y sus excesos».
A nivel diplomático, la nueva sustituta de Lord Frost, Liz Truss, tendrá que enfrentarse a varios diálogos complicados nada más inaugurar el puesto: las negociaciones respecto al Protocolo de Irlanda del Norte, que buscan retirar la región irlandesa del mercado libre europeo, y a partir del primero de enero, la introducción de impuestos totales sobre los bienes exportados de la Unión Europea a Reino Unido, lo cual incrementará los costes de compra y la burocracia para las empresas británicas que quieran vender productos extranjeros.
«Es el peor descarrilamiento que he visto en toda mi vida», comparte con nosotros George Tomsett, profesor originario de Londres, «y eso que una vez vi un tren descarrilar de verdad en la India».