Boris Johnson recurre al Ejército para controlar la crisis migratoria del Canal
También sopesa la opción de enviar a Ruanda a los solicitantes de asilo
Desesperado por conservar su cargo, el primer ministro, Boris Johnson, se puso manos a la obra con la acuciante crisis migratoria del Canal de la Mancha, que desde hace meses preocupa gravemente a los británicos y a sus vecinos franceses. De ahora en adelante, delegará plenamente la gestión del control fronterizo en el Ejército. La Armada se ocupará de reducir el gran número de migrantes que desembarcan en la costa sureña de Reino Unido, que en los últimos años se ha triplicado.
En su nuevo paquete de medidas, netamente populistas, Johnson da a los militares de la Marina Real británica «primacía» sobre cualquier barco que navegue por el Canal. Un almirante es quien tendrá la potestad de dirigir las Fuerzas Fronterizas, la guardia costera, la protección de las piscifactorías, y la vigilancia de la zona. «Nadie va a entrar en Reino Unido independientemente», explicó el jefe del personal de defensa, el almirante Sir Antony Radkin.
El Gobierno espera que el involucramiento de los militares ayude a desalentar a los migrantes. La decisión liberará al ministerio del Interior y a las Fuerzas Fronterizas, y les dará tiempo para desarrollar planes a largo plazo para combatir los cruces de barcos pequeños.
La nueva estrategia se centrará en asegurar que los barcos no puedan desembarcar en las costas de Reino Unido ilegalmente, en vez de intentar «frenar» los botes en pleno cruce (política considerada internacionalmente ilegal y peligrosa). «No estamos hablando de un ataque de buques militares a los barquitos de los migrantes», se vio en la necesidad de aclarar a The Times un oficial del Gobierno.
La misma fuente gubernamental señaló lo que la nueva decisión del premier implica para Priti Patel, ministra del Interior y posible sucesora suya. «Ha perdido por completo la fe en ella», observó el oficial. El papel de Patel en la crisis migratoria decepcionó a muchos británicos, que la tachan de «cruel». A finales del 2021, quiso proponer una ley que ilegalizaría por completo las entradas irregulares, y criminalizaría a los refugiados.
La espera en el extranjero
La segunda iniciativa de Boris Johnson incluiría mandar a los solicitantes de asilo a Ruanda, para que esperen allí el resultado de su aplicación. Reino Unido ya quiso hacer lo mismo el año pasado en Albania, pero el plan no salió adelante.
Tanto Patel como Liz Truss, ministra del Brexit y de Asuntos Exteriores y favorita de muchos en la carrera por el puesto de Johnson, están ya negociando esta posible «externalización» de migrantes.
Bajo esa estrategia, el Gobierno trasladaría a cientos de personas al extranjero para tramitar desde allí su documentación. Los ministros británicos están dispuestos a pagar millones de libras anuales a cualquier nación que se preste a albergar emigrantes, pero ningún país ha aprovechado aún la oferta.
Año nuevo con aún más emigrantes
Ministros y oficiales del Gobierno están de acuerdo en que la cantidad de inmigrantes del Canal excederá en 2022 su récord de 2021; 28.381 hombres, mujeres, y niños, que llegaron en 1.020 barcos. Este mes ya han cruzado 500 personas, con más desembarcos en solo el último jueves que en todo enero del 21.
Solo una pequeña porción de botes llega a tierras inglesas sin que los intercepten los equipos fronterizos y de rescate. Suelen lograrlo en días de mucho trajín y altas cantidades de intentos de cruce, cuando las fuerzas de vigilancia están sobrepasadas.
Una fuente del Ministerio de Defensa declaró a The Times: «Cantidades inaceptables de personas siguen efectuando los peligrosos cruces del Canal, y las trágicas muertes del pasado noviembre sirven para recordarnos que debemos frenarlos. El Gobierno está investigando todas las alternativas para prevenir viajes futuros».