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Un soldado ucraniano posa flores sobre su bandera

Un soldado ucraniano posa flores sobre su banderaAFP

Ocho millones de refugiados ucranianos, la posible resaca de la guerra en Europa

El primer problema que tendrá Europa tras la hipotética guerra será la inmigración desde Ucrania

El espectro de una guerra que amenaza con estallar ensombrece los mejores esfuerzos diplomáticos de la OTAN: con 130.000 soldados rusos repartidos entre Bielorrusia y la frontera ucraniana, de poco valen los diálogos, y la defensa militarizada a Ucrania cobra protagonismo. En el centro del conflicto, aguardan 40 millones de ucranianos, que aún recuerdan la experiencia vivida en 2014, cuando rompió la guerra en Crimea. Las consecuencias de un segundo enfrentamiento en territorio ucraniano son incalculables, pero no impredecibles, y se prevé una ola de refugiados para la que Europa debería prepararse.

De visita en la redacción de El Debate, una profesora ucraniana en Madrid, Lida Coro, señaló las similitudes entre la situación actual y el conflicto de Crimea: «La gente ya está acostumbrada a vivir en tiempos de guerra, desde 2014, porque la primera invasión que hizo Putin fue la anexión de Crimea», recordó la mujer. Entonces, murieron 14.000 ucranianos, 30.000 fueron gravemente heridos, y 1.5 millones de personas tuvieron que desplazarse.

El primer problema que tendrá Europa tras la guerra será la inmigración desde UcraniaLida coro

Afortunadamente para occidente, en 2014, Ucrania logró absorber a estos hombres y mujeres en sus propios territorios, por lo que no hubo un éxodo masivo de refugiados en Europa. Con todo, la posguerra puso a prueba el apoyo occidental, y también lo hará esta vez, si ocurre un conflicto.

«El primer problema que tendrá Europa tras la guerra será la inmigración desde Ucrania», nos explicó Lida. «Polonia apoyó muchísimo a Ucrania en 2014. Acogió a miles de ucranianos». En 2015, un año después del conflicto, un censo en Polonia indicó que el 25 % de todos sus inmigrantes eran de origen ucraniano. En cuanto a una posible repetición en 2022, Lida no se equivoca; un viceministro polaco, Maciej Wąsik, declaró que «si estalla la guerra en Ucrania, tenemos que estar preparados para un importante flujo de refugiados de verdad, personas que huyen del infierno, de la guerra, y de las atrocidades de la guerra».

Y según Wąsik, acoger a estos inmigrantes es un deber europeo, bajo los «principios de la cultura europea, civilizada y cristiana». En 2014, Ucrania logró contener la ola de inmigración, pero es probable que esta vez las cosas cambien. En función de la magnitud de la invasión, es posible que no queden territorios para acoger a los desplazados.

El Centro de Análisis Europeo estima que la cifra de ucranianos desplazados podría estar entre 1,7 y 8 millones. Aunque la mayoría migraría a otras zonas del país, las que queden, muchos se dirigirán al oeste, hacia las naciones europeas. Un éxodo masivo intensificaría las tensiones dentro del bloque europeo, y avivaría las divisiones respecto a la gestión del asilo político. Es probable que la Unión Europea sea incapaz de responder de manera uniforme, como demuestra el estancamiento de la reforma del Sistema Común de Asilo Europeo.

«La gente ucraniana es muy pacifica, muy humilde, trabajadora y responsable», aseguró Lida. «Europa no va a tener problemas con la inmigración de los ucranianos, porque cuando acogen a un trabajador ucraniano, están contentos. Nosotros no tenemos sangre bélica».

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