Los Conservadores culpan a Johnson de su «ruina» en las elecciones municipales
Su propio partido vuelve a poner en duda su liderazgo tras perder 122 escaños
Hoy hace un sol excepcional en Londres, pero Boris Johnson no está teniendo un buen día. Su partido compite en unas elecciones municipales marcadas por la decepción con un Gobierno envuelto en polémica, y que no deja de protagonizar un escándalo tras otro: el suyo.
Con ya casi todos los resultados publicados, los Conservadores han perdido más de 250 escaños, derrota menos dramática de lo esperado.
Analistas políticos estiman que, cuando concluya el recuento, los tories tendrán entre 200 y 300 escaños menos. Es un desenlace sombrío, pero no tan malo como el peor caso que imaginaban, en el que perdían 800 representantes.
El resultado ilustra un agudo declive en el apoyo al Partido Conservador. Una disminución justificada: en los últimos seis meses, Boris Johnson y sus diputados fueron multados por asistir a fiestas en Downing Street durante la pandemia, las parlamentarias denunciaron machismo en Westminster, y pillaron a un Conservador viendo pornografía desde el banquillo de los Comunes. Entre medias, acusaciones de corrupción y lobbying terminan de aderezar una polémica gestión.
Por eso, uno de los miembros de parlamento del partido de Johnson declaró que su líder «iba a tener que responder a algunas preguntas difíciles» tras el recuento del voto.
Johnson prometió que se responsabilizaría totalmente de las derrotas de estas elecciones
David Simmons, representante en el distrito electoral de Ruislip, recurrió al programa Today para admitir que, aunque «la mayoría de la gente estaba satisfecha con la política de nuestro Gobierno, no les parecía bueno lo que se escuchaba del Partygate».
«Johnson prometió que se responsabilizaría totalmente de las derrotas de estas elecciones, y yo creo que ahora toca enfrentarse a ellas y responder a nuestras preguntas», agregó el diputado.
Es un día histórico para los tories: sufrieron derrotas inesperadas en Londres contra el Partido Laborista, y perdieron Westminster, que es suyo desde el principio de los tiempos, y Wandsworth, mítica zona Conservadora que en su día fue la concejalía preferida de Margaret Thatcher.
El cargo de Johnson vuelve a peligrar
Una vez más, Johnson se encuentra frente al precipicio. Su propio partido vuelve a poner en duda su liderazgo, igual que en diciembre, cuando casi inician el proceso para derrocarle.
Esta es una nueva oportunidad para preguntar si realmente es Johnson quien debe estar a la cabeza del Partido Conservador. Durante una entrevista con la cadena Sky News, John Mallinson, diputado Conservador de la ciudad de Carlisle, culpó al premier de las derrotas, y citó el Partygate como razón de peso.
Mallinson explicó que había un «sentimiento popular de que el Gobierno no tiene los pies en la tierra, y que no se puede confiar en que el Primer Ministro diga la verdad».
Agregó, además, que Johnson sería «mala opción» para dirigir a los tories en las próximas elecciones generales, y que se imaginaba que Sir Graham Brady, presidente del poderoso Comité de 1922 (entidad que decide si sustituir o no a un líder Conservador), recibiría más votos de «no confianza» contra Johnson en las próximas semanas.
También Simon Bosher, Conservador a la cabeza de la concejalía de Portsmouth, aconsejó que «aquellos que están en el poder en Westminster se miren al espejo, porque son miembros senior los que están perdiendo hoy sus escaños».
Pidió al primer ministro que reflexionase sobre los resultados de las municipales, que atribuye a «demasiados errores, demasiadas situaciones mal gestionadas por parte de los líderes del Partido».
La culpa es... De la pandemia
Ajeno a las críticas, Boris Johnson acepta su responsabilidad a regañadientes, y solo en parte, como cuando fingió no saber nada de las fiestas del número 10 de Downing Street, hace unos meses.
En declaraciones a la prensa, se mostró optimista, y señaló que los resultados no eran tan apocalípticos como algunos auguraban. Culpó, en parte, a «la resaca de la covid».
«Hemos tenido una noche difícil en algunas partes del país, pero en otras vemos a Conservadores adelantándose y haciéndose con regiones que votaban por nuestro partido durante mucho tiempo», señaló el primer ministro.
El Partido Conservador ha perdido, en total, cinco distritos electorales que solían ser suyos. Además de Wandsworth y Westminster, dijeron adiós a Barnet, Southampton, y West Oxfordshire.
Con 124 concejalías ya declaradas, los Laboristas son los que mejor parados salen, porque se han hecho con 52, mientras que los tories solo tienen 33. Sin embargo, el consenso general es que el partido de centro derecha, los Liberales Democráticos, son quienes celebran la mayor victoria del día, al ganar 150 nuevos escaños, más que ningún otro partido.