El almirante Igor Osipov en una imagen de archivo junto con Vladimir Putin
85 días de guerra
El Kremlin encarcela al comandante de la Flota del Mar Negro por el hundimiento del crucero Moskva
Rusia difunde el terror entre sus altos mandos militares con una ola de detenciones por los fracasos de Rusia en el campo de batalla ucraniano
El ejército ruso no perdona los fracasos de sus oficiales y no duda en actuar con puño de hierro contra aquellos que no dan la talla en el campo de batalla.
La guerra en Ucrania no es una excepción. El Kremlin ha iniciado una oleada de implacables purgas entre sus altos oficiales a los que responsabiliza de algunas de las más humillantes derrotas frente al ejército ucraniano.
La propaganda rusa trata de tapar estos fracasos con el discurso victorioso de la caída de Mariúpol, un objetivo militar que obsesiona a Putin y que se ha alcanzado tras meses de asedio.
La lucha por la caída del último foco de resistencia en Mariúpol, concentrado en la siderurgia de Azovstal, ha supuesto un enorme desgaste al ejército ruso en forma de bajas entre los soldados y destrucción de material.
El ministerio de Defensa británico, en su informe de este viernes 19 de mayo, destaca que «Rusia ha despedido en las últimas semanas a altos comandantes a los que atribuye un mal desempeño de sus funciones durante las etapas iniciales de la invasión a Ucrania».
En concreto, el Kremlin ha destituido al teniente general Serhiy Kisel, que comandaba la unidad de élite del 1er Ejército de Guardia de Tanques.
A Kisel se le responsabiliza del fracaso del ejército ruso en el intento de tomar la ciudad de Járkov, donde Ucrania obtuvo un gran éxito militar al obligar a replegarse a las tropas rusas.
Rusia ha purgado también al vicealmirante Igor Osipov, comandante de la Flota del Mar Negro, suspendido tras el hundimiento en abril del crucero Moskva tras sufrir el impacto de dos misiles ucranianos Neptune lanzados desde las cercanías de Odesa.
Imagen del hundimiento del crucero ruso misilístico Moskva
Según los servicios de inteligencia ucranianos, Osipov se encontraría bajo arresto junto con su adjunto, Sergei Pinchuk.
Pero lo más llamativo del parte del ministerio de Defensa británico es la información respecto a la situación del poderoso Jefe del Estado Mayor de Rusia, el general Valeriy Gerasimov.
Según la inteligencia militar británica Gerasimov permanece en su cargo, «pero no está claro si conserva la confianza del presidente Putin».
Todas estas purgas, apunta el informe británico, responden a «una cultura de encubrimientos y chivos expiatorios que, probablemente, prevalece dentro del sistema militar y de seguridad ruso».
Esta búsqueda de chivos expiatorios y responsables de las derrotas en el transcurso de la guerra estaría distrayendo a los oficiales con responsabilidad en la invasión de Ucrania.
Los oficiales están más preocupados en tratar de evitar que los responsabilicen de los reveses sufridos por sus tropas que de lograr avances decisivos en el teatro de operaciones.
El ministerio británico de Defensa destaca que esta «caza de brujas» desatada entre los oficiales rusos «está ejerciendo más presión sobre el modelo ruso de mando y control centralizado ya que los oficiales tratan de aplazar cada vez más el traslado de decisiones clave a sus superiores».
El modelo de mando ruso centralizado en Ucrania ha sido objeto de debate desde el inicio de la guerra.
En un principio, se atribuyó a la falta de dicho mando centralizado los problemas logísticos que causaron la derrota rusa en Kiev y en el norte de Ucrania.
Ahora se atribuye a dicho mando centralizado, establecido tras el repliegue en el norte, los problemas a la hora de identificar objetivos y ejecutar ataques, ya que impediría que la artillería rusa logre efectuar ataques eficaces a tiempo ante el retraso al obtener el visto bueno para efectuar fuego.
«En estas condiciones», concluye el informe británico, «será difícil que Rusia recupere la iniciativa».
