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Stephen Port, el asesino que drogaba y asesinaba a sus víctimasPolicía Metropolitana

Historia de un crimen

Los drogaba, los violaba y los mataba: el asesino en serie que Scotland Yard cazó tarde y mal

La Oficina de Conducta Policial abrirá una investigación sobre la Policía Metropolitana, por sus fracasos en el caso del asesino en serie Stephen Port

Stephen Port trabajaba como jefe de una estación de autobuses, hablaba siempre despacio y sin alzar demasiado el tono. Tenía una obsesión extraña: los juguetes de niño pequeño. Por lo demás, salía poco de casa, y parecía pasar todo su tiempo libre trasteando en las redes.

La realidad era muy diferente. Ninguno de sus conocidos lo sabía, pero Port, de un metro noventa y cinco de altura, estaba obsesionado con la pornografía. En particular, con videos que mostraban violaciones facilitadas por la droga GHB, o 'éxtasis líquido', habitualmente utilizada para dejar inconscientes a las víctimas de abusos sexuales.

Port no se contentaba con ver obsesivamente este tipo de contenido. A través de una aplicación de citas para homosexuales, seducía a hombres gais de aspecto juvenil y los invitaba su piso. Allí, abusaba de ellos; los drogaba con GHB hasta que quedaban inconscientes, los violaba, y cuando morían de una sobredosis, se deshacía de los cuerpos.

Así, Stephen Port llegó a asesinar a cuatro hombres, en el barrio de Barking, Londres.

Era discreto; tejió una complicada red de mentiras que le ayudaba a esconder los depravados homicidios. Bajo pseudónimos, hacía correr rumores por el barrio, y despistaba a las autoridades. Se ponía una peluca de pelo rubio sobre la calva y enmascaraba su verdadera identidad.

«Fallos básicos» de Scotland Yard

Port cometió sus crímenes entre 2014 y 2015, cuando tenía 40 años de edad. Por ellos, fue condenado a pasar el resto de su vida entre rejas.

La Policía Metropolitana tardó meses en darse cuenta de que algo iba mal; no sospecharon hasta que murió el cuarto hombre, y su gestión del caso fue, según un documental de la BBC británica, «un catálogo de fracasos policiales», supuestamente causados por la homofobia y los prejuicios.

Por eso, se abrirá una investigación sobre la forma en la que Scotland Yard investigó el caso de Stephen Port y sus cuatro víctimas mortales: Anthony Walgate, Gabriel Kovari, Daniel Whitworth, y Jack Taylor.

«Tras el análisis de la nueva información que hemos recibido, hemos concluido que la investigación original debió haber sido más extensa. Si hubiéramos sabido esta información en aquel momento, la decisión final podría haber sido diferente», afirmó Graham Beesley, director regional de la OCP.

Se habla de «fallos básicos» en la investigación policial de entonces. Según la OCP, las fuerzas no llevaron a cabo algunas verificaciones básicas, ni enviaron ciertas pruebas al laboratorio para un examen forense. Además, no ejercitaron su «curiosidad profesional» para llegar al fondo del asunto, e hicieron suposiciones sobre la comunidad gay que terminaron siendo falsas.