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El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev (Iz), y el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, son recibidos por el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel (C), en Bruselas para conversaciones de paz

El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev (Iz), y el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, son recibidos por Charles Michel (C)Olivier Hoslet / AFP

El sur del Cáucaso, un foco de conflicto a la sombra de la guerra de Ucrania

El reciente aumento de las tensiones subraya la necesidad de una solución negociada, global y sostenible

A comienzo de agosto, entre el 3 y el 6, el departamento de Estado Norteamericano publicaba la siguiente nota:

«Los Estados Unidos están profundamente preocupados y siguen de cerca los informes sobre los intensos combates en torno a Nagorno-Karabaj, incluyendo las bajas y la pérdida de vidas. Instamos a que se tomen medidas inmediatas para reducir las tensiones y evitar una mayor escalada».

En pocos días, el secretario de Estado, Anthony Blinken, se reunió con el primer ministro armenio Nikol Pashinyan. Blinken y le aseguró que los Estados Unidos están observando de cerca la situación en Nagorno-Karabaj y sus alrededores. Instó al diálogo directo entre Armenia y Azerbaiyán para resolver las cuestiones relacionadas con el conflicto de Nagorno-Karabaj y derivadas del mismo.

El reciente aumento de las tensiones subraya la necesidad de una solución negociada, global y sostenible. Ante este hecho, el Defensor del Pueblo de Nagorno Karabaj, Gegham Stepanyan, aseguró que «el comportamiento agresivo de la parte azerbaiyana tiene como objetivo interrumpir la vida normal en las comunidades y aterrorizar a la población civil».

En días posteriores, las ofensivas del Ejército de Azerbaiyán se dirigieron hacia la frontera norte y noroeste. En esa dirección, las tropas intentaron cruzar la línea de contacto y avanzar sobre la región de Martakert. El ministro de Asuntos Exteriores de Nagorno Karabaj, David Babayan, certificó que la situación estaba bajo el control de las Fuerzas Armadas e instó a los ciudadanos a seguir las noticias oficiales y no ceder a las provocaciones.

Pero, el pasado 26 de agosto, el Ejército azerbaiyano entró en el corredor de Lachín, que une Armenia con Karabaj. El Ejército azerbaiyano tomó el viernes bajo su control la ciudad de Lachín, y las aldeas vecinas de Zabuj y Sus, un territorio poblado por armenios étnicos.

El Ejército azerbaiyano ya se ha desplegado en la ciudad. La región azerbaiyana de Lachín, donde se encuentra este corredor, estaba controlada por tropas armenias desde la primera guerra de Nagorno Karabaj, que acabó en 1994 con la victoria de Ereván.

Si recordamos, el origen del conflicto viene de que tanto Armenia como Azerbaiyán pertenecían a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), y los dirigentes de la URSS decidieron que Nagorno-Karabaj quedase dentro de Azerbaiyán, pero como región autónoma, un gobierno subordinado a la URSS.

Con la disolución de la URSS a finales de la década de los 80, la tensión entre Armenia y Azerbaiyán para controlar esta región se activó. El gobierno de la región organizó un referéndum en 1991 para decidir si la zona se independizaba de Azerbaiyán. Salió que sí y la región declaró su independencia el 6 de enero del 1992.

Rusia es desde hace tiempo socio de Armenia y le ha ofrecido ayuda a la hora de negociar con Azerbaiyán. Por otro lado, Azerbaiyán también tiene un país que le apoya: Turquía. Irán, por otro lado, que tiene frontera con los dos países, también ofreció ayudar en las conversaciones de paz. Francia, país en el que reside una gran comunidad armenia, pidió un alto al fuego y el inicio del diálogo.

De 2020, data la última contienda armenio-azerbaiyana por la zona, y Bakú recuperó el control sobre la región de Lachín, así como otros seis distritos alrededor de Nagorno Karabaj y parte del enclave separatista.

De acuerdo con el acuerdo vigente sobre el cese de hostilidades auspiciado por Rusia, en el curso de tres años las partes tenían que construir una ruta alternativa de comunicación por tierra entre Armenia y la población armenia del Karabaj. Azerbaiyán cumplió con su parte antes del tiempo estipulado y pidió a los armenios abandonar Lachín antes de finales de agosto.

La nueva ruta se encuentra a pocos kilómetros al sur del actual corredor, pero no cruzará la ciudad de Lachín. El nuevo corredor, al igual que el que funcionaba hasta ahora, será custodiado por el contingente militar ruso desplegado en la región en virtud del acuerdo sobre el alto el fuego de noviembre de 2020.

El punto álgido de la escalada se registró el pasado 3 de agosto, cuando las tropas azerbaiyanas intentaron cruzar la línea de contacto y desplegaron operativos de ataque con morteros, lanzagranadas y drones. Previamente hubo un ataque a los poblados de Karmir Shuka y Taghavard, ubicados en la región de Martuni.

Las fuerzas de paz rusas son quienes supervisan la región desde el fin de las hostilidades de 2020 con la misión de garantizar su estabilidad. Como consecuencia de las últimas agresiones, dos soldados armenios murieron y 19 fueron heridos.

En Lachín se extiende el único corredor que conecta a Armenia y Nagorno Karabaj por esto es clave estratégicamente y las tropas rusas de mantenimiento de la paz son quienes resguardan los asentamientos armenios rodeados de territorios ocupados por Azerbaiyán en 2020. En este contexto, es donde la parte azerbaiyana desató operativos militares con el fin de controlar el corredor.

Ante el asalto de esta zona estratégica, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Armenia acusó a la parte azerbaiyana de cambiar unilateralmente el régimen jurídico del corredor de Berdzor.

¿Quién está agitando el avispero en este enclave? La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), encargado de mediar en este conflicto de Nagorno Karabaj desde 1992, está actualmente paralizada por el conflicto de Ucrania que bloquea el entendimiento entre Estados Unidos, Francia y Rusia.

Hay motivos de intranquilidad en el sur del Cáucaso.

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