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El presidente de Letonia Egils Levits es cercano aliado de Zelenski y defensor de la independería energética de Europa

El presidente de Letonia, Egils Levits, es cercano aliado de Zelenski y defensor de la independería energética de EuropaWikipedia Commons

Letonia prevé usar leña de cara al invierno en sus municipios de menos de dos millones de habitantes

Los letones buscan métodos alternativos locales como astillas, corteza o incluso virutas de madera para evitar el uso de combustibles fósiles

A las olas de calor récord vividas en Letonia el pasado agosto ha seguido una abrupta caída de las temperaturas con la entrada en septiembre, lo que ha disparado la preocupación por la factura de la energía en los próximos otoño e invierno y la búsqueda de alternativas, entre ellas la madera.

La capital, Riga, prevé una duplicación de los costes de calefacción, que pasarán de 85 euros por 1 megavatio hora a 170 euros, sin contar el impuesto sobre el valor añadido (IVA).

Los ciudadanos de todo el país ya han empezado a publicar en las redes sociales lo que denominan facturas «escandalosas», que en algunos casos se cobran por adelantado con una estimación de los costes previstos.

El Gobierno y el Parlamento de Letonia ya han aprobado un paquete de 442 millones de euros para subvencionar parte de la subida de los costes energéticos al ciudadano. El plan prevé que el Gobierno pague el 50 % del aumento del coste de la electricidad y el gas natural en los hogares a partir de determinados niveles de precio y consumo.

Se han anunciado planes similares en las vecinas Estonia y Lituania, que afrontan una situación similar

Economistas como Peteris Strautins, del Banco Luminor, considera optimistas los cálculos del Gobierno letón y cree probable que acabe en 500 millones de euros. Unido a las ayudas a las empresas, la ayuda del Gobierno podría acercarse a los 1.000 millones de euros, frente a los 650 millones de euros estimados por el Ejecutivo.

Cambios en la fuente de energía

Sin embargo, el peor escenario de un invierno gélido en hogares o puestos de trabajo pues ser exagerado. Los municipios de todo el país báltico, de algo menos de dos millones de habitantes, empezaron a cambiar a combustibles menos caros que el gas y los derivados del petróleo para la calefacción.

La Asociación Letona de Grandes Ciudades (LLPA) explicó a Efe que entre sus municipios miembros «el mayor énfasis se pone en los métodos alternativos locales, como la madera, sean astillas, corteza o incluso virutas». Sólo algunas ciudades utilizan principalmente combustibles fósiles, afirma.

Daugavpils, la segunda ciudad de Letonia por población, combina los sistemas de calefacción. «La empresa municipal produce energía térmica en tres grandes centrales que funcionan con gas natural, y también cuenta con una caldera maderera puesta en funcionamiento el año pasado. Además, también se produce energía térmica en diez salas de calderas locales», dijo a Efe Natalja Ivanova, jefa de comunicación del ayuntamiento.

El uso de astillas para sustituir la calefacción a gas ha evitado un aumento aún más drástico de la factura doméstica

La empresa municipal de calefacción de Daugavpils «ha cerrado contratos con proveedores de astillas de madera y pellets para toda la próxima temporada de calefacción», escribió Ivanova. El uso de astillas para sustituir la calefacción a gas había evitado un aumento aún más drástico de la factura doméstica.

Los habitantes de Daugavpils pagarán 121 euros por un megavatio hora (MWH) de calefacción una vez restada la subvención del Gobierno, lo que sigue siendo un aumento sustancial. Pero el coste antes de la subvención sin la madera como combustible sería de algo más de 300 euros por MWH, explicó Ivanova.

La madera, un «recurso renovable»

La ciudad portuaria de Liepaja está trabajando en una transición hacia fuentes de energía sostenibles. La empresa de calefacción central de la ciudad «utiliza como combustible el gas natural y un recurso renovable: las astillas de madera.

El porcentaje de combustible renovable en 2021 era ya del 76 %, lo que supone casi cinco puntos más que el año anterior. Se sigue trabajando para aumentar la proporción de las renovables», explicó a Efe el portavoz de Liepaja, Zane Girne.

Las astillas son actualmente tres veces más caras, mientras que el gas natural es 19 veces más caroZane GirnePortavoz de Liepaja

El aumento del uso de combustibles derivados de la madera también ha creado ya problemas: los precios de las astillas y los pellets se han disparado, se ha pedido que se prohíba su exportación y algunos partidos rechazan que se tale de más madera para aumentar el suministro de subproductos de la madera.

Sin embargo, Girne señala que «en comparación con los precios de junio del año pasado, las astillas son actualmente tres veces más caras, mientras que el gas natural es 19 veces más caro».

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