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El presidente Daniel Ortega junto a su mujer Rosario murillo, 5 de septiembre de 2018

El presidente Daniel Ortega junto a su mujer Rosario murillo, en una imagen de archivoGTRES

Hispanoamérica

Concluyen las municipales 'fake' en Nicaragua con escasa afluencia y ninguna garantía

La farsa electoral del régimen de Ortega se ha producido con tres partidos opositores prohibidos y con el presidente afirmando que se votaba «por la paz»

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ya había advertido de que no se daban las condiciones para la celebración de unas elecciones municipales «libres y justas» este domingo en Nicaragua, y así ha sido.

La farsa electoral del régimen de Daniel Ortega se ha desarrollado en un contexto represivo con tres partidos opositores prohibidos, 180.000 exiliados, dos centenares de presos políticos y unas 250 ONG cerradas.

Quizá sea por ello que la afluencia a las urnas ha sido escasa, como ha destacado la oposición, en una jornada marcada por la tranquilidad y sin apenas incidentes.

Según el observatorio Urnas Abiertas, «en su afán de llenar las urnas», el gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional usó «vehículos del Estado para trasladar votantes a los centros de votación».

En base al testimonio de organizaciones opositoras como la Unidad Nacional Azul y Blanco, se ha producido una fuerte presión estatal sobre empleados públicos y policías para ejercer el sufragio.

Unos 755.000 ciudadanos se han dado de baja del padrón electoral en un año negro para la democracia. En este tiempo, y ya afectando a la reelección de Ortega, se han constatado la usurpación de identidades de ciudadanos que aparecieron inscritos como candidatos, incluidos presos, fallecidos, exiliados o ajenos a la política.

«Un voto por la paz»

A la jornada electoral estaban convocados este domingo más de 3,7 millones de nicaragüenses para elegir las autoridades de 153 municipios. El FSLN, del cual Ortega es su secretario general, gobierna actualmente en 141 de las 153 alcaldías y es favorito para quedarse con todas o la mayoría de ellas.

Buena parte de las 7.931 juntas receptoras de votos (JRV) en 3.106 centros de votación repartidos por todo el país cerraron sus puertas hacia las seis de la tarde hora local (00:00 GMT del lunes) para comenzar con el recuento de las papeletas, según recoge Efe.

«Este voto es un voto por la paz, más allá del partido al cual se le deposita el voto, se está votando por Nicaragua, y al votar por Nicaragua se está votando por la paz», ha señalado Ortega, tras votar en una junta receptora instalada cerca de su mansión, en Managua.

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