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Nicola Sturgeon

Nicola Sturgeon, ministra principal de EscociaAFP

La purga de líderes del independentismo escocés: primero Ian Blackford, y ahora Nicola Sturgeon

Así confabularon los miembros del Partido Nacionalista Escocés para remontar en las encuestas, alejarse de la obsesión con el independentismo y resolver su profunda división interna

Nicola Sturgeon, ministra principal de Escocia, ha anunciado su dimisión de forma repentina. Abandonó el cargo que ocupaba desde hacía ocho años, y deja al Partido Nacionalista Escocés (SNP) sumido en una profunda división interna.

En los últimos meses, tomó una serie de decisiones cuestionables, entre las que destacan dos fracasos monumentales: su polémica reforma de la ley de reafirmación de género, y su propuesta de asumir las elecciones de 2025 como un referéndum ilegal, en el que un voto para el SNP sería un voto para la independencia.

Sturgeon condujo el barco del nacionalismo escocés hacia aguas turbulentas, hasta que su liderazgo dejó de ser defendible. Preocupados por la pérdida de apoyo electoral, y profundamente divididos, los miembros del SNP buscan ahora un soplo de aire fresco, y un rejuvenecimiento de las filas del partido.

Los parlamentarios nacionalistas saben que el plan de referéndum de Nicola Sturgeon ha terminado incluso antes de empezarIan MurraySecretario Laborista de Escocia en la sombra

«El SNP está hundido en el caos. Los nacionalistas están huyendo en masa de este buque que se va a pique. Y los parlamentarios nacionalistas saben que el plan de referéndum de Nicola Sturgeon ha terminado incluso antes de empezar. Les preocupa que sus rivales laboristas aumenten su ventaja», lamentó Ian Murray, secretario laborista de Escocia en la sombra, el pasado mes de diciembre.

En declaraciones al periódico The Guardian, otros miembros del partido apoyaron la necesidad de un cambio de rumbo en la dirección del SNP. «Es un problema generacional. Sentimos que ahora debemos mirar al futuro», admitió un parlamentario.

«Necesitamos un cambio. Es una pena, pero el partido necesita revitalizarse. Hacen falta un par de manos nuevas», afirmó otro.

El malestar llegó a su punto más álgido cuando la Corte Suprema de Reino Unido bloqueó la polémica propuesta de Nicola Sturgeon de celebrar un nuevo referéndum independentista. Frente a la negativa del Gobierno de Rishi Sunak, calificada como «antidemocrática» por los nacionalistas escoceses, Sturgeon propuso una idea incendiaria: la de tomarse las elecciones de 2025 como un referéndum de facto, y considerar su resultado como un voto a favor, o en contra, de la independencia.

Pocos meses después, el ejecutivo británico volvió a intervenir, para bloquear la reforma que habría permitido a escoceses de más de 16 años de edad decidir su sexo y cambiarlo en sus documentos, sin necesidad de la opinión de un experto. Otro fracaso que contribuyó a la desazón de los miembros del SNP, y que puso en duda el liderazgo de Sturgeon y su equipo.

Ian Blackford: ¿expulsión o dimisión?

El primero en sufrir las consecuencias de esta purga política fue Ian Blackford, líder del Partido Nacionalista Escocés en Westminster, y ferviente aliado de la líder escocesa. Afirmó, al igual que Nicola Sturgeon, que su dimisión el pasado diciembre fue voluntaria. Pero no lo fue; de no haber anunciado su renuncia, sus compañeros de Partido habrían forzado su expulsión.

Blackford abandonó el cargo tras varios meses turbulentos. Se enfrentó a críticas desde el banquillo y tuvo que defenderse frente a los diputados que lo acusaban de bullying. También sufrió las consecuencias de haber ignorado acusaciones por acoso sexual contra su ayudante, Patrick Grady.

Blackford luchó todo el invierno, pero al final perdió la batalla contra su propio partido. Tuvo que dimitir cuando se enteró de que, entre las filas del SNP, se había cristalizado un complot parecido a la 'Operación Rinka' que buscó expulsar a Boris Johnson.

Sus compañeros de partido reunieron el apoyo necesario para forzar su destitución, y tenían recaudado el mínimo número de firmas necesario para obligar a Blackford a dejar su cargo en manos de otro.

Según The Guardian, «unos hombres de traje gris» se acercaron a Blackford, para anunciarle que había llegado su hora. Blackford, entre la espada y la pared, decidió dimitir motu proprio, antes que enfrentarse a una humillante expulsión pública. El cese del parlamentario supuso un durísimo golpe contra la autoridad de Nicola Sturgeon, y demostró que el partido SNP estaba dispuesto a purgar a sus líderes para cambiar de rumbo.

El declive del apoyo electoral

La dimisión de Nicola Sturgeon, a todas luces voluntaria, pero sin duda motivada por el malestar interno de su partido, tendrá un efecto beneficioso para los nacionalistas escoceses, de cara a las próximas elecciones generales. Las últimas encuestas sitúan al SNP en posiciones cada vez peores, mientras que el Partido Laborista gana apoyo en Escocia.

En el año 2022, el apoyo de los votantes empezó a decaer. Las encuestas señalaron un descenso hasta el 42 % en abril, y 41 % en noviembre, mientras que los Laboristas disfrutaban de un 20 % de apoyo. El último promedio mensual sitúa al SNP en el 43 %, al Laborismo en el 30 %, a los Conservadores en el 16 % y a los Liberal Demócratas en el 6 %.

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