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Cristina Fernández de Kirchner, condenada a 6 años de prisión

Cristina Fernández de Kirchner, en una imagen reciente cuando recibió el fallo que la condenó a 6 años de prisión que no cumplirá

Otro revés para Cristina Kirchner: pierde la mayoría en el Senado y comienza la fuga de sus senadores

El oficialismo se rompe en la Cámara alta y se queda sin quorum para poder tratar las leyes en el último periodo de sesiones antes de las elecciones de octubre

Malos tiempos para el kirchnerismo. Ha perdido la mayoría en el Senado, la Cámara decisiva para sacar adelante las leyes que le quedan al gobierno en el tintero de su última legislatura.

Cuatro legisladoras abandonaron anoche un barco que zozobra desde el primer día que zarpó con Alberto y Cristina Fernández al mando.

El oficialista Frente de Todos cada día que pasa es de menos. Los senadores Guillermo Snopek, de la norteña provincia de Jujuy (fronteriza con Bolivia), Edgardo Kueider (Entre Ríos noroeste), Carlos Espínola (Corrientes) y María Eugenia Catalfamos, de la rica San Luis, se salieron anoche del bloque y anunciaron la formación de un grupo propio.

Sin quorum propio

El daño directo para el oficialismo es profundo. No sólo se queda en minoría, sino que no dispone de suficiente tropa para tener quorum. A partir de ahora tendrá que negociar con los disidentes y otros dos legisladores para poder tratar cualquier ley.

Todos ellos forman el nuevo frente, Unidad Federal, junto con otra senadora de Córdoba y será decisivo a partir del 1 de marzo, fecha que se abre el periodo de sesiones tras las vacaciones del verano austral.

Este año electoral promete ser agitado en Argentina. La vicepresidenta y titular de la Cámara Alta, llega a la recta final de su mandato sin restos ni poder de maniobra para imponer, como vino haciendo en la mayoría de las ocasiones, su voluntad.

El enfrentamiento entre los Fernández es un secreto a voces que ha perjudicado a la coalición y a la viabilidad de un país que, con el peronismo en el poder, no logra modificar su fama, ganada a pulso, de ingobernable.

Con una inflación que ronda el 100 por cien, la mitad de la población bajo la línea de la pobreza y otro tanto rehén de los subsidios (planes sociales) Argentina busca, una vez más, un salvador de la patria.

En el horizonte no aparece la viuda de Néstor Kirchner, condenada a seis años de cárcel que nunca cumplirá (cumplió la semana pasada 70 años) y a inhabilitación para ejercer cargos públicos. Además, la condena no es firme hasta que no llegue y se pronuncie la Corte Suprema, pero CFK, siglas por las que todavía se conoce a la vicepresidenta, anunció que no será candidata a nada y se presentó como una víctima «proscrita» por la sentencia, algo, por ahora, falso.

El problema del oficialismo es que se ha convertido, hoy más que nunca, en una bolsa de gatos. Alberto Fernández tiene al kirchnerismo puro en su contra y a la población hastiada de tanta miseria

El problema del oficialismo es que se ha convertido, hoy más que nunca, en una bolsa de gatos. Alberto Fernández tiene al kirchnerismo puro en su contra y a la población hastiada de tanta miseria. Aún así, coquetea con la idea de intentar la reelección. La imagen produce sarpullido a su mentora, decepcionada por los resultados de un delfín que le salió rana y al que ella tampoco le permitió moverse con libertad en las aguas turbulentas del poder.

Las cosas en la oposición tampoco son demasiado distintas. El expresidente, Mauricio Macri, no termina de despejar la incógnita de su candidatura aunque parece poco probable. Horacio Rodríguez Larreta, actual jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, ya ha levantado la mano, pero sabe que su antiguo jefe no le tiene como apuesta propia definida. En lista de espera se encuentra la ex ministra de Defensa, Patricia Bullrich y en otra orilla, la más parecida a VOX, descuella Javier Milei, el gran seductor libertario de jóvenes ricos y pobres.

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