Los inmigrantes que lleguen a la costa de Reino Unido en patera serán deportados y excluidos de la ciudadanía

La inmigración en Reino Unido se ha convertido en uno de los principales desafíos para el primer ministro británico, Rishi Sunak. A lo largo del 2022, más de 40.000 personas cruzaron el Canal de la Mancha a bordo de pequeñas embarcaciones.

Para hacer frente a este problema, el Gobierno británico presentará este martes, de boca de su ministra de Interior, Suella Braverman, una de las normas migratorias más duras de Europa. El proyecto de ley plantea prohibir a aquellas personas que lleguen de manera ilegal solicitar asilo o reclamar la ciudadanía británica.

Más concretamente, la reforma migratoria establece que los inmigrantes que llegan en pateras no pueden solicitar asilo. Sus solicitudes se consideran automáticamente inadmisibles por no haber utilizado una ruta «segura y legal», a excepción de los menores no acompañados.

Los inmigrantes serán recluidos en alojamientos seguros sin derecho a apelación. También se limitará su derecho a la revisión judicial. Después serán expulsados a un tercer país «seguro», como Ruanda, y se les prohibirá la entrada en el Reino Unido.

El primer ministro británico se comprometió, a su llegada al nº10 de Downing Street, a «detener los barcos» como una de sus cinco prioridades, en medio del enfado de los votantes por la incapacidad del Gobierno para abordar el problema. Sunak también ha defendido implantar una política migratoria más estricta para acabar con las «bandas criminales y su comercio inmoral».

Varias organizaciones de derechos humanos han criticado la nueva postura del Gobierno británico en matera migratoria. Enver Solomon, director ejecutivo del Consejo para los Refugiados, denunció que el nuevo plan incumple los compromisos adquiridos por el Reino Unido en virtud de la Convención de la ONU para los Refugiados.

Solomon señaló que «la mayoría de los hombres, mujeres y niños que cruzan el Canal lo hacen porque están desesperados por escapar de la guerra, los conflictos y la persecución». Las últimas cifras de la BBC británica indicaron que la mayor parte de las personas que cruzan ilegalmente provienen de Albania. 2.165 migrantes fueron albaneses, 2.066 vinieron de Afganistán, y 1.723, de Irán.

Por su parte, el Ministerio del Interior británico reconoció que el 97 % de los inmigrantes que habían llegado a Gran Bretaña –lo que equivale a 34.793 personas– seguían esperando una decisión sobre su solicitud, recoge The Times. Asimismo, alrededor del 83 % de las solicitudes de asilo desde 2018 están a la espera de una decisión.

Sunak ha convertido la política migratoria en una de sus prioridades, sobre todo, por la presión de la opinión pública del país. Una encuesta realizada en noviembre por YouGov mostró que el 87 % del público creía que el Gobierno lo estaba haciendo mal en materia de inmigración en general, incluido el 62 % que pensaba que lo estaba haciendo muy mal. Asimismo, el 37 % consideraba que la inmigración ilegal es uno de los problemas más importantes a los que se enfrenta el país.