Rusia fracasa al intentar destruir la infraestructura eléctrica de Ucrania, que ya busca exportar electricidad

La ayuda financiera occidental ha sido tan importante como la militar para garantizar la supervivencia de Ucrania como Estado en el difícil contexto de la guerra con Rusia.

Sin embargo, Ucrania necesita de forma imperiosa volver a llenar sus arcas de ingresos abundantes y constantes para garantizar su viabilidad económica.

La economía ucraniana se sostiene en dos pilares principales: la exportación de cereales y la exportación de electricidad. Ambos pilares han sido gravemente dañados por la invasión rusa.

Las tropas rusas se han incautado de ampliar áreas agrícolas, han incautado el grano ucraniano y durante meses han impedido su exportación, generando un grave problema de inseguridad alimentaria global.

En cuanto a la electricidad, Rusia aún mantiene en su poder la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, que generaba el 50 % de la electricidad ucraniana.

Según reveló este sábado The Times, el Ejército ucraniano trató de recuperar el control de la central el pasado mes de octubre, en una operación que acabó en fracaso.

Las tropas ucranianas podrían volver a intentarlo en los próximos meses en la anunciada ofensiva de primavera-verano.

Además, desde hace meses, el Ejército ruso ha tratado de destruir la infraestructura eléctrica ucraniana y sumir el país en la absoluta oscuridad coincidiendo con el invierno.

Durante meses, los misiles y drones rusos han destruido las infraestructuras de la red eléctrica ucraniana, causando numerosas bajas civiles y dejando sin luz a millones de personas.

Sin embargo, Rusia habría fracasado en su intento de destruir la red eléctrica ucraniana: Kiev ha logrado reparar su infraestructura y ya busca el modo de volver a exportar electricidad a la Unión Europea.

Según el informe diario del ministerio de Defensa del Reino Unido, «la campaña de Rusia para degradar gravemente el sistema de energía unificado (UES) de Ucrania en el invierno de 2022-2023 ha fracasado. Rusia ha realizado ataques de largo alcance desde octubre de 2022, pero los ataques a gran escala se han vuelto raros desde principios de marzo de 2023».

«Los ataques de menor escala (con menos de 25 proyectiles) continúan, pero es muy probable que tengan un impacto mucho menor en la UES», apunta el informe.

También destaca que «las compañías eléctricas de Ucrania continúan obteniendo transformadores de reemplazo y otros componentes críticos» para reemplazar los dañados por los misiles rusos.

«Transportar e instalar estos componentes es un desafío logístico importante, especialmente los transformadores de alta tensión que pesan al menos 100 toneladas», apunta, sin embargo, las tareas de reconstrucción avanzan y son un éxito.

«Es probable que la situación energética de Ucrania mejore con la llegada de un clima más cálido». Además, el gobierno ucraniano ya se estaría adelantando a una posible nueva campaña de ataques el próximo invierno y ha comenzado a preparar medidas de contingencia para proteger la red eléctrica.