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El primer ministro polaco Mateusz Morawiecki y la primera ministra italiana Giorgia Meloni

El primer ministro polaco Mateusz Morawiecki y la primera ministra italiana Giorgia MeloniAFP

499 días de guerra en Ucrania

Meloni pide garantías de seguridad para Ucrania de cara a la cumbre de la OTAN

Polonia e Italia comparten una misma preocupación, la inmigración ilegal, ambos han mostrado un frente común contra la política migratoria de la Unión Europea

en cuatro días los países occidentales tienen una cita en Vilna de vital importancia. La cumbre de la Alianza Atlántica cobra especial relevancia, cuando la guerra en Ucrania cumple ya un año. En este marco, la organización militar ha duplicado su frontera con Rusia, dando la bienvenida a Finlandia y espera con urgencia la entrada de Suecia.

De la cita de la próxima semana se espera que, finalmente, se apruebe la prórroga del mandato del actual secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, que Turquía y Hungría levante el veto sobre Estocolmo y, por último, que la Alianza Atlántica ofrezca garantías de seguridad a Ucrania.

La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, a escasos días de la cumbre ha insistido, desde Polonia y junto a su homólogo Mateusz Morawiecki, que adoptar ahora «una actitud de pasividad sería extremadamente peligroso». Por ello, Meloni adelantó que las garantías de seguridad para Ucrania se anunciarán en la cumbre de Vilna.

La política italiana subrayó que era necesario entregar «armas nuevas y modernas» a Kiev y continuar «mientras sea necesario» con el suministro de armamento y municiones, así como hacer explícito el apoyo político al gobierno de Volodimir Zelenski «en la próxima cumbre de la OTAN».

En esta misma línea se pronunció Morawiecki, cuyo país ha sido el mayor aliado de Ucrania y el más beligerante con Rusia. Ambos países comparten, además, la misma visión en torno a la cuestión de la inmigración y mostraron un frente común ante la política de asilo de la Unión Europea.

Italia y Polonia, contra la inmigración

La Unión Europea se ha propuesto modificar la ley de asilo. Una nueva legislación que ha creado malestar entres algunos Estados miembros como Polonia, Hungría o Italia que se niegan a que, desde Bruselas, se les imponga una cuota de inmigrantes o, en caso de negarse, una multa de hasta 20.000 euros por refugiado.

Desde la capital polaca, tanto Meloni como Morawiecki han criticado la política migratoria de la UE. La primera ministra italiana aseguró que la postura de Roma y Varsovia es «básicamente la misma: queremos detener la inmigración ilegal». La sintonía entre ambos países es tal que, en palabras de Meloni, en los Consejos Europeos «basta una mirada» para entenderse.

Su homólogo polaco compartió los mismos sentimientos, declarando su voluntad de «entender la posición de Italia de que las fronteras exteriores (de la UE) se protejan con la mayor firmeza posible», que, según señaló, es también la posición de Polonia.

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