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Aquilino Cayuela
Aquilino CayuelaIIsrael en estado de guerra

Antisemitismo: el progresismo se quita la máscara

Estamos ante una explicable alianza que desempolva el antiguo antisemitismo de un siglo atrás: el odio de los progresistas contra Israel

Actualizada 04:30

Varias personas con una bandera de Palestina durante una manifestación en apoyo al pueblo palestino, a 15 de octubre de 2023, en Madrid (España). La manifestación ha sido convocada en solidaridad con el pueblo palestino ante la respuesta de Israel al ataque del movimiento islamista Hamás el pasado 7 de octubre. El ministerio de Salud de Gaza ha actualizado la cifra de víctimas causadas por los ataques de Israel contra la Franja, situándola en 2.450 muertos y 9.200 heridos.
15 OCTUBRE 2023;PALESTINA;ISRAEL;HAMAS
Matias Chiofalo / Europa Press
15/10/2023

Manifestación en apoyo al pueblo palestino y en contra del estado de Israel en MadridEuropa Press

El antisemitismo es una «ideología secular decimonónica», es decir, «moderna» como determina Hannah Arendt en el inicio de su magno estudio sobre Los orígenes del totalitarismo. En el prólogo de dicha obra (1950) Arendt declara algo que hoy podemos repetir con idéntica actualidad: «Jamás ha sido tan imprevisible nuestro futuro, jamás hemos dependido tanto de fuerzas políticas, fuerzas que parecen pura insania y en las que uno no puede confiarse si se atiene al sentido común».

Hoy las políticas totalitarias se unen en un nuevo antisemitismo: las fuerzas izquierdistas en España y Europa se alzan a favor de Hamás, la Yihad, Hezbolá e Irán clamando por la aniquilación del Pueblo de Israel.

Tras el brutal ataque del grupo terrorista islámico Hamás contra Israel el 7 de octubre, y de que la influyente milicia chií Hezbolá, franquicia del régimen iraní, haya iniciado su guerra contra Israel desde el Líbano, la izquierda ha declarado su «solidaridad» con ellos.

Estamos ante una explicable alianza que desempolva el antiguo antisemitismo de un siglo atrás: el odio de los progresistas contra Israel. Porque ese «progresismo» es el mismo radicalismo de los nacionalsocialistas, el mismo socialismo revolucionario de los estalinistas. Porque ese «progresismo» no guarda más que «redomas de rencor» antioccidentales, antijudías, anticristianas, que eligen el bando del nihilismo, del mismo modo que los modernos yihadistas con quienes se alían. Es el nuevo totalitarismo que pretende la demolición de lo occidental (antisistema) y un retroceso histórico sin precedentes (nihilismo).

Hamás ha logrado, en un solo día hacernos retroceder históricamente cincuenta años

De hecho, Hamás ha logrado, en un solo día hacernos retroceder históricamente cincuenta años. Al igual que terroristas suicidas que atacaron Washington y Nueva York el 11, de septiembre de 2001, hicieron algo más que matar a miles de civiles y demoler el World Trade Center (al destruir la confianza y seguridad en el mito de que la modernidad occidental es una condición única y estable) Hamás ha hecho saltar por los aires largos y costosos años de procesos de Paz.

El 7 de Octubre de 2023 los terroristas de Hamás han matado no solo a cientos de israelíes y secuestrado a decenas de ellos que retienen en la peores condiciones, sino que han matado el esfuerzo y sacrificio de muchos judíos y palestinos por la Paz. Es la paz lo que Hamás ha destruido en un solo día.

Todo aquel que dude de que el terror revolucionario es una invención progresista es que no se acuerda de nuestra historia reciente. El logro de la Unión Soviética, tras la revolución bolchevique, fue un intento de encarnar el marxismo y su utopismo en un mundo ideal, algo que llevó a la muerte y la esclavitud más cien millones de seres humanos en poco más de medio siglo. Junto con la Alemania nazi perpetró el peor acto de genocidio de la historia humana. Ellos solo lo hicieron, llevados por su idealismo progresista, para alumbrar un nuevo tipo de humanidad.

Ninguna época anterior abrigó tales proyectos: recordemos que las campos de extermino y los gulags, son modernos y recientes, diseñados por supuestos progresistas que pretendían acelerar el curso histórico.

Estamos contemplando ahora como la parte «progresista» de la sociedad civil, motivados políticamente, en sus instituciones culturales, en sus ONG, etc. se alzan hoy antisemitas. Esos mismos que en otras circunstancias denuncian todas las formas imaginables de violencia, de microagresiones. Tras los terribles ataque de Hamás o han permanecido en silencio o se manifiestan a favor de los agresores terroristas.

Todos ellos expresan una irritante falta de compasión, una abierta antipatía, un antisemitismo real en las redes sociales, ante el peor asesinato masivo de judíos desde el Holocausto. El antisemitismo ha eclosionado nuevamente, situado en la izquierda progresista.

En tantos puntos de España y Europa los musulmanes extremistas salen a la calle junto a los izquierdistas y se manifiestan, a veces violentamente, contra Israel. En muchos lugares, cuando las autoridades prohíben estas protestas, los afectados se escandalizan, levantan la voz y sus simpatizantes lo consideran una restricción de la libertad de expresión.

En Alemania se están marcando de nuevo las casas donde viven judíos

En Alemania se están marcando de nuevo las casas donde viven judíos y se ha lanzado un artefacto incendiario contra una sinagoga berlinesa

Incluso, en España, una parte del posible gobierno progresista se declara abiertamente antisemita. Así mismo, muchos académicos, estudiantes y activistas, que suelen reivindicar la máxima sensibilidad ante la injusticia, no han tenido nada que decir sobre el asesinato de judíos israelíes.

No solo en Europa, en EE. UU., en los principales laboratorios de la nueva izquierda, como en Harvard, algunos estudiantes publican cartas en las que culpan al «régimen israelí» como «único responsable de la violencia desatada».

¿Cómo es posible que personas que se autodenominan «humanistas de izquierdas» aplaudan las atrocidades de Hamás?

En un mitin de los Socialistas Democráticos de América, se alabó el ataque como «resistencia justificada». El movimiento Black Lives Matter glorificó el ataque de Hamás con la silueta de un parapentista palestino, escribiendo: «Estoy con Palestina». En distintos movimientos emancipadores y en su industria cultural (grupos antirracistas, comunidad queer, círculos feministas y movimientos por el clima) hay manifestaciones contra Israel.

¿Cómo es posible que personas que se autodenominan «humanistas de izquierdas» aplaudan las atrocidades de Hamás? Difícilmente puede explicarse sin aludir a su antisemitismo.

¿Qué comparte la Yihad islámica, el viejo estalinismo, el nacional socialismo y la actual nueva izquierda? Muy sencillo todos ellos son formas una misma esencia: el totalitarismo. Pero para alcanzarlo siempre necesitan hacerse con un víctima propiciatoria que sacrificar, lo que nos lleva a una segunda coincidencia: el odio a los judíos.

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