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Aquilino Cayuela
Aquilino Cayuela

La nueva izquierda alemana: el fenómeno de Sahra Wagenknecht

La política del momento en Alemania ha quebrado a la izquierda tradicional e inquieta al actual establishment político

Actualizada 04:30

Sahra Wagenknecht

Sahra WagenknechtAFP

El pasado 23 de octubre de 2023, la política Sahra Wagenknecht, del partido Die Linke (La Izquierda) anunció su dimisión con la intención de fundar uno nuevo que se llamará Bündnis Sahra Wagenknecht (BSW) o «Alianza Sahra Wagenknecht por la Razón y la Justicia».

Sahra Wagenknecht y otros nueve miembros de Die Linke en el Parlamento –Bundestag– tratan de iniciar esta nueva formación política con un planteamiento «políticamente controvertido y jurídicamente interesante», según los medios alemanes.

Esta facción de la izquierda ya había hecho previamente su inscripción en el registro de asociaciones en el juzgado de Karlsruhe, donde tienen su sede. Según sus estatutos y las declaraciones de los miembros de su junta directiva, la asociación quiere iniciar su andadura a principios del año para presentarse a las elecciones europeas y a las próximas elecciones estatales.

Una característica peculiar de la nueva formación es la denominación con el nombre de su líder, que no es usual en el ámbito político alemán, es hasta ahora una característica única y la convierte, a los ojos de los germanos, en una especie de club de fans de Sahra Wagenknecht, quien se ha convertido en la política del momento.

Ella presenta un nuevo partido en defensa de los trabajadores con postulados que recuerdan a los ultraderechistas de AfD. Una nueva alternativa de izquierdas que se está disparado en las encuestas. Pero ¿quién es Sahra Wagenknecht? ¿Quién es este ariete populista que inquieta tanto a la izquierda como a la derecha alemana?

Nacida en Jena en 1969, creció en un pueblo cercano a esta ciudad y, más tarde, se trasladó a Berlín oriental. Es hija de madre alemana y padre iraní. Tras terminar el bachillerato, en 1988, no fue admitida en la universidad de la República Democrática Alemana. Sólo después de la reunificación pudo estudiar filosofía, economía y literatura en Jena, Berlín y Groningen.

Wagenknecht comenzó su carrera política, en 1989, dentro del Partido Socialista Unificado (SED), el viejo partido gobernante de la Alemania oriental y, tras la caída del Muro, fue miembro de la ejecutiva del PDS y de la Plataforma Comunista, desde 1991.

Desde 2007 ha sido miembro de la ejecutiva de Die Linke (equiparable a la Izquierda Unida española). En las elecciones al Parlamento de 2009 se presentó, por primera vez, en la lista estatal de este partido. En mayo de 2010, Wagenknecht fue elegida la líder adjunta del partido. En noviembre de 2011, fue elegida líder adjunta del grupo parlamentario. Junto con Dietmar Bartsch, asumió la presidencia del grupo parlamentario entre 2015 y 2017.

Wagenknecht se casó con el productor de cine Ralph T. Niemeyer en 1997 de quien se divorció y desde 2012 mantiene una relación con el político Oskar Lafontaine con quien se casó en 2014.

Sahra Wagenknecht y los otros nueve miembros de Die Linke han creado una gran fractura en la izquierda alemana porque el grupo restante sería demasiado pequeño para conservar fuerza parlamentaria. La ruptura llevaría a dos nuevos grupos parlamentarios, que divididos recibirían menos dinero y menos capacidad de intervención en el Bundestag.

Según los cronistas políticos, Sahra Wagenknecht, en realidad, quiere ganarse a una clientela de clases medias y empresarios descontentos con la fuerte recesión que sufre Alemania.

Sahra Wagenknecht no tuvo muy buenas palabras hacia el actual Gobierno de la República Federal de Alemania en el anuncio de la fundación de su partido: «El sistema educativo es malo, las infraestructuras son vergonzosas» y este gobierno semáforo (socialistas, liberales y verdes) son «el peor gobierno de la historia», ha dicho. Por eso insistió en que su Alianza Sahra Wagenknecht (BSW) viene a fortalecer a las clases medias y a las pequeñas y medianas empresas. Hasta ahora, unos 30 empresarios se habrían adherido a la BSW.

Las posiciones políticas de BSW incluyen más restricciones a la inmigración, un plan de desglobalización, la oposición a la política verde, el fin de la ayuda militar a Ucrania y un acuerdo negociado para la invasión rusa. BSW es crítica con el envío de armas a Ucrania y sus partidarios en la guerra ruso-ucraniana, y culpan a la OTAN por intensificar el conflicto. En cuanto a la Guerra Israel contra Hamás, Wagenknecht describe la Franja de Gaza como una «prisión al aire libre».

Los presupuestos teóricos de Sarah suponen que «la política como tal debe explicarse mejor para combatir la frustración galopante». Sarah acusa a los «progresistas de la izquierda» de haber abandonado su lucha centrada en «la pobreza y la brecha cada vez mayor entre ricos y pobres», para dedicarse a batallas propiamente liberales (las propias de la cultura woke).

«Si no tienes narrativa careces de aceptación y confianza por parte del pueblo» –dice– por lo que es preciso un nuevo marco o enfoque (o «framing», como se dice ahora). Una verdadera narrativa de izquierda argumenta, «una vez que ha explicado correctamente sus políticas concretas a los ciudadanos, estos ya no pueden estar realmente en contra de ellas». Porque «si la política es correcta necesariamente debe ser aceptada y, si no lo es, es porque los ciudadanos aún no la han entendido correctamente». Por eso la clave del éxito político, entiende Sahra Wagenknecht, reside en una buena comunicación de tus políticas con los ciudadanos.

He aquí la rupturista «nueva izquierda alemana» y su líder, que ha quebrado a la izquierda tradicional e inquieta al actual establishment político.

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