Italia desafía a la UE y decide enviar a sus inmigrantes ilegales a Albania
Meloni, sobrepasada por la inmigración irregular en territorio italiano, propuso la construcción de dos centros de acogida en Albania que podrían albergar hasta 36.000 personas
En un esfuerzo por abordar la problemática de la migración irregular, que actualmente sobrepasa a Italia, Roma ha anunciado un acuerdo con Albania para construir en su territorio dos centros de recepción de inmigrantes.
Bajo la dirección de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, estos centros, que entrarán en funcionamiento en la primavera de 2024, albergarán hasta 36.000 migrantes al año, con el objetivo de procesar las solicitudes de asilo de manera rápida y eficaz.
Meloni explicó que la duración de la estancia de los inmigrantes en estos centros estará vinculado estrictamente al proceso de sus solicitudes de asilo y, en caso de ser necesario, a procedimientos de repatriación.
Dichas instalaciones estarán ubicadas en el norte de Albania, específicamente en el puerto de Shengjin y en Gjader. Y el acuerdo, financiado por Italia, se aplicará exclusivamente a los hombres rescatados por embarcaciones italianas en el Mediterráneo y no incluirá a menores de edad, mujeres embarazadas ni a individuos en situación de vulnerabilidad.
Italia, desbordada
Este año, más de 145.000 personas han desembarcado en las costas italianas, evidenciando un incremento significativo en comparación con el año anterior. Frente a este escenario, Meloni reiteró su compromiso con la implementación de medidas más estrictas en materia de migración, una promesa clave de su partido, Hermanos de Italia.
Por su parte, el primer ministro de Albania, Edi Rama, señaló que, aunque Albania no puede resolver por sí sola el desafío migratorio de Italia, está dispuesta a asistir y colaborar. Recordando la hospitalidad histórica de Albania, Rama rememoró cómo su país acogió a más de medio millón de refugiados de la guerra y el éxodo étnico en Kosovo, así como a mujeres afganas y a un grupo de iraníes.
A su llegada a Albania, los migrantes serán recibidos y procesados por funcionarios italianos. Se estima que, anualmente, se podrían procesar entre 3.000 y 36.000 personas. Además, la policía albanesa garantizará la seguridad y vigilancia exterior de los centros.
Sin embargo, la iniciativa no ha estado exenta de controversias. En Albania, miembros de la oposición han criticado la falta de consenso político y transparencia en la negociación del acuerdo. Y desde Italia, partidos de la oposición expresaron preocupación por la soberanía italiana en territorio albanés y por la legalidad de las repatriaciones desde Albania sin acuerdos bilaterales.
El ministro de Asuntos Exteriores italiano, Antonio Tajani, defendió el acuerdo, afirmando que refuerza el papel de liderazgo de Italia en Europa y abre nuevas vías de cooperación en el Adriático contra la inmigración irregular y la trata de personas.
Bruselas frunce el ceño
La Comisión Europea ya ha señalado que cualquier acuerdo debe respetar plenamente el derecho de la UE y el derecho internacional. El ejecutivo europeo todavía no ha sido consultad0 en detalle sobre el acuerdo, pero lo más probable es que lo encuentren problemático.
La portavoz de Inmigración, Anitta Hipper, destacó que «la ley de asilo de la Unión Europea solo se aplica en solicitudes tramitadas desde el territorio de un estado miembro», como lo es Italia, «pero no desde fuera», como lo es Albania. De esta manera, la iniciativa de Italia podría toparse con problemas legales en Bruselas, por no hablar de críticas como las que enfrentó Reino Unido al decidir enviar a sus inmigrantes a Ruanda.
El pacto se produce frente a un contexto de tensiones crecientes entre Albania y Grecia, con amenazas de veto de Atenas a la ampliación de la UE hacia Albania. A pesar de estos retos, Meloni ha reafirmado el apoyo de Italia al camino de Albania hacia la UE, calificando la situación no como una expansión, sino como una «reunificación» de Europa.