Alex Batty junto a su madre y su abuelo en una imagen de archivo
Nuevas revelaciones enmarañan el caso de Alex Batty, el niño retenido en una comuna durante seis años
Una familia del sur de Francia asegura que acogieron a la familia de Alex durante varios meses antes de que se sumaran a una secta en Pirineos
Continúan sumándose nuevas piezas al rompecabezas del casi de Alex Batty, el niño británico que desapareció en Málaga en 2017 cuando tenía 11 años y que reapareció la semana pasada en los Pirineos franceses ya como un adolescente de 17 años.
El menor, cuya custodia ostenta su abuela materna, fue secuestrado y llevado a una comuna pseudorreligiosa en Marruecos por su madre y su abuelo.
En 2021, Alex Batty junto a su madre y su abuelo se trasladaron a Francia, donde acabaron en una comunidad itinerante en los valles de los Pirineos.
Sin embargo, tras la muerte el abuelo, la madre de Alex le dijo que se marcharían a Finlandia, momento en el que Alex decidió marcharse y volver al Reino Unido junto con su abuela.
Un repartidor lo recogió el pasado 14 de diciembre cuando el adolescente vagaba en las cercanías de Toulouse.
«Mi madre está un poco loca», le dijo al repartidor, a quien explicó que se marchó porque no compartía su estilo de vida.
Alex se encuentra ya de regreso en el Reino Unido junto con su abuela, donde está en proceso de reintegrarse en la sociedad.
Mientras tanto, han surgido nuevos datos de su historia. Un matrimonio francés, Frederic Hambye e Ingrid Beauve, aseguraron en un comunicado recogido por The Times que acogieron durante varios meses a Alex, a su madre y a su abuelo cuando regresaron de Marruecos en 2021.
Según explicaron, se alojaron a finales de otoño en su casa rural para huéspedes, la Gîte de la Bastide, en Camps-sur-l’Agly, en la región de Aude, en el suroeste de Francia, cerca de Toulouse.
Durante ese tiempo, la familia se encargó de realizar tareas domésticas y de cuidado del jardín para pagarse su estancia, al mismo tiempo que la madre buscaba un trabajo.
Ese comportamiento indicaría que la madre y el abuelo de Alex habrían tratado de regresar a la sociedad entre el momento en que abandonaron la comuna en Marruecos y se incorporaron a la comuna en los Pirineos.
Explicaron que le gustaba andar en bicicleta, se interesaba por la cocina y mostraba unas aptitudes sobresalientes por la informática.
También aseguraron que Alex tenía muchas ganas de ir a la escuela y tener una vida normal, estaba «ansioso».
A medida que pasaban las semanas «fue apreciando la estabilidad y seguridad que le ofrecíamos».
Más tarde supieron que la madre «estaba buscando una comunidad para vivir», por lo que al final se marcharon: «Nosotros no somos una comunidad espiritual».
