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Jeffrey Epstein y Ghislaine Maxwell en una imagen de archivo

Jeffrey Epstein y Ghislaine Maxwell en una imagen de archivoGTRES

Epstein simuló conocer a celebridades de Hollywood, según la publicación de un segundo lote de documentos

El magnate afirmaba ante sus potenciales socios y clientes de su red de prostitución infantil que mantenía amistad con numerosos actores

La justicia de Nueva York ha liberado un segundo lote de documentos relacionados con la red de tráfico y abusos sexuales a menores organizada por el magnate Jeffrey Epstein y su amante Ghislaine Maxwell.

La nueva publicación añade 19 documentos de más de 300 páginas a las más de 900 publicadas ayer, donde se incluía una larga lista de nombres vinculados, de un modo u otro, con la red.

Entre los nombres publicados –muchos simples citas superficiales o colaterales sin relación real con los crímenes cometidos por el dúo Epstein-Maxwell– figuran cómplices, colaboradores y clientes de la red.

Entre los nombres desvelados figura el del expresidente de Estados Unidos Bill Clinton, citado más de 50 veces, o el del príncipe Andrés de Inglaterra.

Los nuevos documentos también dan una explicación al motivo por el que han aparecido tantos nombres salpicados en el turbio caso.

Según se deduce del informe judicial, Epstein presumiría de forma habitual de tener relación con celebridades como Leonardo DiCaprio, Bruce Willis, Cate Blanchett o Cameron Díaz.

De esa manera, trataba de engatusar a otros famosos y personas con poder en el mundo de la economía o la política. Sin embargo, esos supuestos contactos con actores de Hollywood eran mentira. Sin embargo, el hecho de que fueran citados por Epstein públicamente ha hecho que sus nombres aparezcan también en la lista.

Tras la publicación de la lista, el representante de Leonardo DiCaprio se apresuró a afirmar que el actor nunca ha tenido contacto alguno con Epstein. Lo mismo hizo el representante de Cameron Díaz: «Cameron nunca conoció a Jeffrey Epstein, ni estuvo nunca en el mismo lugar que él ni tuvo ninguna asociación con él, independientemente del hecho de que él haya mencionado o no su nombre o haya insinuado que la conocía».

Lo mismo hicieron los representantes de Cate Blanchett y de Bruce Willies.

La transcripción de los documentos judiciales de todo el caso Epstein muestran el proceder de la red para captar a menores de edad para su prostitución en las mansiones del magnate.

Las villas donde se habrían producido los hechos se encuentran en una isla del Caribe, en Palm Beach o en Nueva York.

Los documentos desvelados se recopilaron a partir de la denuncia en 2015 de una de las víctimas Virginia Giuffre, que habría sido prostituida por Epstein. Giuffre señaló directamente al príncipe Andrés de Inglaterra, a quien acusó de violarla, y difundió una fotografía de ambos cuando la víctima tenía 17 años.

Aunque las denuncias y pequeñas condenas se llevaban sucediendo desde hacía años, el caso saltó por los aires en 2015 a raíz de la denuncia de Giuffre contra Maxwell por difamación.

Giuffre explicó que Maxwell actuaba como «conseguidora», una suerte de alcahueta que se dedicaba a contactar con niñas vulnerables en situación de desarraigo familiar para, mediante engaños, enviarlas a las mansiones de Epstein para trabajar como masajistas.

Allí Maxwell obligaba a las niñas a mantener relaciones sexuales con Epstein y las entregaban en prostitución a socios y clientes de alto nivel del magnate.

Después de pasar por varios hogares de acogida acabó viviendo en la calle con 14 años hasta que decidió recurrir a su padre para reconstruir su vida.

El padre de Virginia trabajaba en la residencia de Donald Trump en Mar-a-Lago y le ofreció trabajar con él en la mansión.

Sin embargo, en el año 2000 conoció a Maxwell, que actuaba de relaciones públicas y se presentaba como «socialité británica». Maxwell le ofreció otro trabajo en la mansión de Epstein y ella aceptó.

Cuando llegó a la mansión Maxwell le dijo que la iba a entrevistar junto con Epstein. Sin embargo, ahí empezó el infierno. Ella desveló que había sufrido abusos sexuales y físicos, que se había fugado de casa y que vivió en la calle. Fue lo peor que podía haber hecho, pues desveló su vulnerabilidad. «Parecían buenas personas y confié en ellos», explicó.

Después, asegura Giuffre, Epstein se desnudó y obligó a la menor a darle un masaje, aleccionada por Maxwell, que acabó en un primer abuso sexual.

Desde aquel día, Epstein abusó periódicamente de Giuffre durante los supuestos masajes que la menor debía dar, obligada por Maxwell, al magnate. La amante de Epstein, además, empezó a presionarla para que trajera a la mansión a otras chicas menores.

Tras un tiempo de abusos, Epstein empezó a prostituir a Giuffre entregándola a socios y amigos. «Empezó a pasarme como un plato de fruta», narró la víctima.

En 2001 se produjo la implicación en el caso del príncipe Andrés de Inglaterra. Giuffre tenía 17 años y Epstein y Maxwell la llevaron a un viaje a Londres.

Allí, tras pasar la noche en un club nocturno, Maxwell le dijo a Giuffre que «tenía que hacer con Andrés lo que hacía con Jeffrey». «Fue un momento realmente aterrador en mi vida», aseguró.

Según su declaración, el príncipe Andrés habría abusado sexualmente de ellas en tres ocasiones en Londres, en Nueva York y en las islas Vírgenes, siempre en mansiones de Epstein.

Finalmente, en 2003, Epstein se alejó de Giuffre, «me volví demasiado mayor para él», explicó la víctima.

En cambio, Maxwell envió a Giuffre a Tailandia con el objetivo de que se convirtiera, como ella, en «conseguidora» e introdujera a menores tailandesas en la red de prostitución de Epstein.

Giuffre, sin embargo, aprovechó su estancia en Tailandia para desvincularse definitivamente de Epstein y Maxwell.

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