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Anders Behring Breivik  junto a su abogada Marte Lindholm durante el primer día de su juicio

Anders Behring Breivik junto a su abogada Marte Lindholm durante el primer día de su juicioAFP

Anders Breivik, asesino de 77 personas, demanda a Noruega por violar sus derechos humanos en prisión

El extremista noruego sostiene que el régimen de aislamiento al que está sometido viola las convenciones de derechos humanos

el nacionalsocialista noruego Anders Behring Breivik, en la cárcel por haber cometido un atentado en el que murieron hasta 77 personas, ha denunciado al Estado noruego por el régimen carcelario al que está sometido.

Con la cabeza rapada y traje y corbata oscuras, Breivik, a diferencia de sus anteriores apariciones públicas, se abstuvo de cualquier provocación cuando llegó al gimnasio de la prisión de Ringerike, donde este lunes comenzó el juicio de cinco días.

La defensa de Breivik sostiene que el régimen de aislamiento al que está sometido viola las convenciones de derechos humanos y que el condenado se ha vuelto dependiente de los antidepresivos y ha mostrado tendencias suicidas.

«El tribunal debe poner el freno y admitir que debe haber un equilibrio entre la seguridad y los derechos del individuo», declaró su abogado, Øystein Storrvik, en el inicio del proceso.

Detenido solo en una unidad de alta seguridad, Breivik considera que su aislamiento desde hace 11,5 años viola el artículo 3 de la Convención Europea de los Derechos Humanos, que prohíbe las «penas o tratos inhumanos o degradantes».

El 22 de julio de 2011, el extremista –actualmente de 44 años– hizo estallar una bomba cerca de la sede del Gobierno en Oslo, donde dejó ocho víctimas, y luego mató a otras 69 personas, en su mayoría adolescentes, al disparar en un campamento de verano de jóvenes laboristas en la isla de Utøya.

Fue condenado en 2012 a la pena máxima de entonces, 21 años, con posibilidad de prórroga. En la actualidad, Breivik goza de un amplio espacio, con varias celdas en dos plantas para diversas actividades, comedor, un cuarto con televisión y videojuegos y se le ha permitido tener un periquito, pero su contacto con otras personas está restringido, al igual que el intercambio postal.

«Puede tener contacto cada día con los agentes de prisiones, pero no puede construir relaciones humanas. Nos parece inhumano y una violación de los mínimos de la convención de derechos humanos», afirmó su letrado.

La Fiscalía sostiene en su alegato que no existe tal violación y resalta las mejoras introducidas en los últimos años para aliviar el régimen de aislamiento, además de asegurar que Breivik no se ha mostrado receptivo a la rehabilitación.

El juicio se celebra bajo severas medidas de seguridad y con amplias restricciones, ya que por orden del tribunal sólo se podrá ver el inicio y el fin del proceso, y no las intervenciones de Breivik.

El ultra noruego ya había presentado una demanda similar hace más de un lustro, pero aunque el fallo inicial sí admitió violaciones de los derechos humanos, fue revocado luego por una corte de apelación y, en última instancia, por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Y también recurrió a los tribunales en 2021 para pedir libertad condicional al cumplirse diez años de su condena, pero la demanda fue rechazada al considerar que existe un riesgo significativo de que el extremista pudiera reincidir en caso de ser liberado, a pesar de que en el juicio se distanció de la violencia.

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