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La guardia de fronteras ucraniana en la frontera con Bielorrusia

La guardia de fronteras ucraniana en la frontera con BielorrusiaAFP

EE.UU. y Ucrania debaten una estrategia para recuperar la iniciativa y dar un fuerte zarpazo a Rusia este año

La Casa Blanca tiene un plan B en caso de que el paquete de ayuda militar a Ucrania quede definitivamente bloqueado en el Congreso

Estados Unidos se mueve en Ucrania. No se abandonará a los ucranianos ocurra lo que ocurra en el Congreso con el paquete de ayuda por valor de 61.000 millones de dólares bloqueado por los republicanos.

La Casa Blanca habla ya de un plan B en caso de que el paquete quede definitivamente bloqueado. Ucrania no quedará desarmada ante Rusia. Lo mismo ocurre en el Consejo Europeo, donde ya se estudian medidas para puentear a Hungría, que bloquea la ayuda europea por valor de 50.000 millones de euros.

El subsecretario de Estado de Estados Unidos, James O’Brien, aseguró en una intervención ante el grupo de expertos de la German Marshall Fund que «ayudaremos a Ucrania a ganar. Es un objetivo estratégico».

O’Brien aseguró abiertamente que Putin pretende alargar a guerra al menos hasta las elecciones estadounidenses de noviembre de 2024 con la esperanza de que una victoria de los republicanos corte de raíz toda ayuda militar a Ucrania.

Rusia «continuará la guerra hasta que se publiquen los resultados de las elecciones estadounidenses en noviembre».

Por lo tanto, apremió a prepararse durante los próximos meses para dar de nuevo a Ucrania el impulso que necesita para resistir.

No solo resistir, también avanzar, y es que O’Brien aseguró que Estados Unidos y Ucrania están trabajando en este momento en una campaña militar ofensiva que tendrá lugar este mismo año 2024 a partir de lo aprendido «en lo que se hizo en 2023».

En ese sentido, rechazó los análisis derrotistas que afirman que Ucrania fracasó en sus objetivos planteados para 2023.

También destacó la estabilización económica de Ucrania en el contexto de la guerra, un éxito que asentará las bases tanto del fortalecimiento de las capacidades militares de Ucrania como de recuperación económica y social en la postguerra.

En cuanto a Rusia, señala que hay una estrategia de encubrir la catástrofe económica que se le viene encima, y que ya se empieza a notar en forma de una inflación desbocada, ausencia de productos básicos en los supermercados y cortes constantes en la red eléctrica.

Debido a las consecuencias de la guerra y a las sanciones internacionales, recuerda O’Brien, Rusia ha perdido industrias y recursos clave que resultará catastrófica en los próximos años.

La prueba del fracaso económico ruso, según O’Brien, es que se ha vuelto absolutamente dependiente tanto de China como de Irán y Corea del Norte, tanto para dar salida a sus exportaciones, principalmente de hidrocarburos, como para adquirir armamento.

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