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Misiles balísticos Hwasong-17 2

Misiles balísticos Hwasong-17 en el desfile del 75 aniversario del Ejército Popular de CoreaAFP

Las guerras de Ucrania y Gaza disparan el gasto en armas nucleares en el mundo

Un nuevo estudio del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI) advierte de la falta de transparencia en relación con las fuerzas nucleares de Rusia y Estados Unidos

Las tensiones en torno a la guerras de Ucrania y la Franja de Gaza han impactado de lleno en el control de las armas nucleares. Según un nuevo estudio del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), publicado este lunes, el número de armas nucleares operativas aumentó el pasado año, mientras que las principales potencias han seguido modernizando sus arsenales.

Asimismo, otra investigación de la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN) asegura que los nueve Estados dotados de armas nucleares –Rusia, Estados Unidos, Francia, India, China, Israel, Reino Unido, Pakistán y Corea del Norte– gastaron el año pasado un total de 91.000 millones de dólares.

Del inventario mundial total de unas 12.121 cabezas nucleares en enero de 2024, unas 9.585 se encuentran en arsenales militares para su uso potencial. En este sentido, el SIPRI estima que 3.904 de esas ojivas están desplegadas en misiles y aviones –60 más que en enero de 2023– y el resto se mantienen en almacenes centrales. El informe indica, además, que alrededor de 2.100 de las ojivas desplegadas se encuentran en estado de alerta operativa alta en misiles balísticos. Casi todas estas ojivas pertenecen a Rusia o Estados Unidos.

Sin embargo, es llamativo que por primera vez se cree que China podría tener algunas ojivas en estado de alerta operativa alta. «China está ampliando su arsenal nuclear más deprisa que ningún otro país», advierte Hans M. Kristensen, investigador asociado del Programa de Armas de Destrucción Masiva del SIPRI y director del Proyecto de Información Nuclear de la Federación de Científicos Estadounidenses (FAS).

El informe apunta que dependiendo de cómo decida estructurar sus fuerzas, a finales de la década el gigante asiático podría llegar a tener al menos tantos misiles balísticos intercontinentales (ICBM) como Moscú o Washington, aunque se prevé que su arsenal de cabezas nucleares siga siendo mucho menor que el de cualquiera de estos dos países.

Por su parte, el tamaño de los arsenales de las dos grandes potencias nucleares, Rusia y Estados Unidos, que conjuntamente poseen casi el 90 % de todas las armas nucleares, se habría mantenido relativamente estable en 2023, aunque, el SIPRI, calcula que el Kremlin ha desplegado unas 36 ojivas más en fuerzas operativas que en enero del pasado año. Sin embargo, lo realmente preocupante es la falta de transparencia en relación con las fuerzas nucleares, que ha disminuido en ambos países a raíz de la invasión rusa de Ucrania.

En febrero de 2023, Rusia anunció que suspendía su participación en el Tratado de 2010 sobre medidas para una mayor reducción y limitación de las armas estratégicas ofensivas (Nuevo START), el último tratado de control de armas nucleares que queda y que limita las fuerzas nucleares estratégicas rusas y estadounidenses. Como contramedida, Estados Unidos también suspendió el intercambio y la publicación de datos del tratado.

En noviembre, Moscú retiró su ratificación del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (TPCE), alegando «un desequilibrio» con Washington, que nunca llegó a ratificar el tratado. Sin embargo, Rusia confirmó que seguiría siendo signataria y continuaría participando en los trabajos de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (OTPCE). Mientras tanto, el Kremlin ha seguido profiriendo amenazas sobre el uso de armas nucleares en el contexto del apoyo occidental a Ucrania. En mayo de 2024, Rusia llevó a cabo ejercicios con armas nucleares tácticas cerca de la frontera ucraniana.

«No habíamos visto a las armas nucleares desempeñar un papel tan destacado en las relaciones internacionales desde la Guerra Fría», afirma Wilfred Wan, director del Programa de Armas de Destrucción Masiva del SIPRI. «Cuesta creer que hayan pasado apenas dos años desde que los líderes de los cinco mayores estados con armamento nuclear reafirmaran conjuntamente que 'una guerra nuclear no se puede ganar y que nunca se debe librar'», recuerda el experto.

Un rayo de luz llegó en junio de 2023, con el acuerdo informal alcanzado entre Irán y EE.UU. y que pareció desescalar temporalmente las tensiones entre ambos países, que se habían intensificado por el apoyo militar iraní a las fuerzas rusas en Ucrania. Sin embargo, el inicio de la guerra entre Israel y Hamás, el pasado mes de octubre, puso fin al acuerdo, con ataques de milicias en Oriente Medio apoyadas por Irán contra fuerzas estadounidenses en Irak y Siria, que acabaron por dinamitar los esfuerzos diplomáticos. La guerra también socavó los esfuerzos por implicar a Israel en la conferencia sobre el establecimiento de una zona libre de armas nucleares y otras armas de destrucción masiva en la región.

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