Von der Leyen saca la calculadora y sus tácticas diplomáticas para superar el examen del Parlamento
La alemana requiere de 361 apoyos y dispone de 399, pero hace cinco años se presentó con un margen mayor y ganó por solo nueve votos
Ursula von der Leyen tiene 20 días para conseguir una mayoría de 361 que le den el «sí» a su segundo mandato. El 18 de julio es la fecha marcada en el calendario del Parlamento Europeo para debatir su investidura una vez que el Consejo la eligió como candidata a presidir la Comisión la próxima legislatura. Pero el trabajo que tiene por delante no es nada fácil para la alemana.
Por números, no debería tener problemas para recibir la aprobación de la Eurocámara y continuar en Bruselas, pero el voto secreto y en urna facilita las fugas entre partidos y echa por tierra todas las cuentas que se puedan hacer. La candidatura de Von der Leyen se basa en el apoyo del Partido Popular Europeo, los socialdemócratas (S&D) y los liberales de Renew, por lo que debería contar con 399 apoyos que le bastarían para la reelección. Pero nada más lejos de la realidad.
Hace cinco años, la actual presidenta se enfrentó al mismo escenario ante una cámara que era mucho más favorable a sus intereses –ya que el peso de los conservadores no era tan grande– y salvó la papeleta por solo nueve votos. Ahora cuenta con un margen de 38 diputados que podrían darle la espalda y ya se da por hecho que los socialistas alemanes no la apoyarán, por lo que se podría estrechar a 24.
Es tarea ahora de Von der Leyen sacar a relucir sus mejores tácticas diplomáticas. Y también desempolvar la calculadora. No puede contar con que esa distancia de 38 votos le sirva para la reelección, así que tendrá que pegarse tanto a derecha como a izquierda intentando rascar apoyos.
Ya lo lleva haciendo desde tiempo atrás. Durante la campaña electoral le dedicó considerables guiños a Giorgia Meloni, defendiéndola en todo momento cada vez que la criticaban en su presencia. Von der Leyen considera a la primer ministro italiana no solo una igual sino una posible aliada en la que se puede apoyar en el Parlamento y muestra de ello fue que Meloni quiso separar las votaciones en el Consejo para abstenerse en la candidatura de la alemana y poder rechazar tanto a António Costa como a Kaja Kallas.
Le vendrían bien a la candidata los 24 diputados de Meloni, porque todo apunta a que los polacos de Ley y Justicia, que sí la apoyaron en 2019, no repetirán la jugada. Y por eso le ha tendido la mano en un aspecto clave para la italiana como la inmigración. La presidenta de la Comisión abre ahora la puerta a estudiar nuevas fórmulas para gestionar las peticiones de asilo y seguir el camino que marcó Italia con Albania, país en el que esperan los solicitantes hasta que se resuelve su caso.
Pero Von der Leyen tiene que asegurar también el voto en el centro y en la izquierda, porque tiene que conseguir que acercarse a Meloni no le suponga perder apoyos en ese lado de la Cámara. Se ha reunido esta semana con la liberal Valérie Hayer y con la presidenta del grupo socialista, Iratxe García. Y además ha lanzado un guiño a Pedro Sánchez al retrasar la publicación del informe sobre el Estado de derecho, que iba a examinar la amnistía que ha aprobado el Gobierno español en favor de los separatistas catalanes.
El próximo martes, la candidata acudirá a un encuentro con la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, y con los líderes de los grupos políticos. Tiene la intención de dialogar con todos los que quieran, aunque ha reconocido en varias ocasiones que prefiere conversar con los eurodiputados de manera individual en lugar de tratar con bloques. Habrá que esperar al 18 de julio para ver si surte efecto su estrategia.