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Manfred Weber le entrega un ramo de flores a Roberta Metsola tras su reelección como presidenta de la Eurocámara

Manfred Weber le entrega un ramo de flores a Roberta Metsola tras su reelección como presidenta del ParlamentoEFE

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Roberta Metsola, la antiabortista más votada de la historia de la Eurocámara

La maltesa se impuso a Irene Montero en la votación para revalidar su cargo de presidenta del Parlamento, donde seguirá al menos hasta enero de 2027

Roberta Metsola logró 562 votos favorables para revalidar su cargo como presidenta del Parlamento Europeo. Nunca antes nadie había contado con tanto apoyo de los diputados, que premiaron el gran trabajo realizado por la maltesa durante los últimos dos años y medio y el riesgo de que Irene Montero fuera elegida, después de que el grupo de La Izquierda la postulara como candidata.

La democristiana conservadora perteneciente al Partido Popular Europeo se ha ganado la confianza de la Cámara después de dos años y medio bastante convulsos en el cargo. Puede que el periodo más polémico del Parlamento, con una guerra en ciernes dentro del territorio europeo y con el mayor escándalo de corrupción que han sufrido los despachos de Bruselas.

Al principio de su mandato, eran muchos los que dudaban de la maltesa principalmente por su postura contraria al aborto. No lo escondía cuando llegó al cargo y tampoco ha cambiado de opinión al respecto, pero sí ha sabido modular su discurso con según qué tipo de público para ganarse a los eurodiputados. La consideraban una mujer demasiado conservadora pero aún así logró convertirse en la más joven en llegar al puesto de presidenta y ahora, dos años y medio después, en ser la más votada de la historia.

En este tiempo su principal logro ha sido capear el temporal. Su trabajo fue difícil desde el principio, ya que tuvo que suplir la pérdida del presidente David Sassoli, fallecido una semana antes de que terminara su mandato. La maltesa asumió el cargo de manera interina y posteriormente fue proclamada por el hemiciclo. Al poco, Rusia invadió Ucrania.

Metsola convirtió entonces en propia la batalla por la defensa de Ucrania desde la Unión Europea, así como la idea de la adhesión de Kiev al resto de los 27. Respaldó a Zelenski a la hora de enviar armas, asistencia y logística para contrarrestar el ataque del Kremlin en un momento en el que todavía se desconocía si el pueblo ucraniano sería capaz de aguantar en envite y fue la primera política europea en viajar a Ucrania. Es la que que mayor compromiso ha mostrado durante la guerra y por ello el presidente no tardó en felicitarla tras su nombramiento.

Un talante igual de firme tuvo que mostrar a la hora de combatir la corrupción en la Cámara. Metsola se enfrentó a la dura prueba de ser la primera presidenta del Parlamento que tiene que asistir al registro policial del domicilio de un eurodiputado, ya que así lo exigen las leyes belgas. Eran los primeros pasos de un gran escándalo de corrupción.

La trama de sobornos en el Parlamento vinculada con Qatar y Marruecos sacudió los pasillos de Bruselas. El llamado Qatargate fue un terremoto político que puso a la Cámara en el centro de todas las miradas y las críticas por la falta de transparencia de los eurodiputados.

Una vicepresidenta, dos eurodiputados, un exeurodiputado y un asistente pasaron por prisión provisional y continúan imputados por su implicación en la trama, por delitos de organización criminal, blanqueo de capitales y corrupción. El problema exigía cambios inminentes en el sistema parlamentario europeo y Metsola impulsó rápidamente normativas para controlar a los grupos de presión que se movían a sus anchas por el Parlamento. Hacía falta mano firme y sus medidas fueron bien acogidas por la Cámara, que este martes avaló el gran trabajo de la maltesa.

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