Las muertes selectivas de Israel frustran las esperanzas de paz de Estados Unidos en Oriente Medio

El nuevo presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, prestó juramento el martes en el Parlamento, en Teherán. En esta ocasión, pronunció un discurso que brinda esperanzas para destensar las relaciones exteriores, ya que prometió mejorar los vínculos internacionales y aliviar las restricciones de la libertad social en el país.

Este acto político tuvo lugar un día antes de la muerte de Ismail Haniya, el líder de Hamás, que precisamente se encontraba en Teherán, en su residencia particular que fue bombardeada. Una visita del líder de Hamás para acompañar a Pezeshkian en su toma de posesión.

También, el Ejército de Israel acaba de anunciar que el martes que el jefe militar del movimiento islamista palestino Hamás, Mohammed Deif, murió en un bombardeo. Un ataque que se llevó a cabo durante el pasado julio en Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza.

Mientras los muertos se agolpan en Gaza con El Ministerio de Salud reportando casi 40.000 muertos desde el inicio de la guerra hace diez meses. Unas 91.128 personas resultaron heridas en el territorio palestino desde el 7 de octubre. Al menos 35 personas murieron en las últimas 24 horas.

Por su parte, el Gobierno de Estados Unidos declaraba el lunes que la «guerra total» en Irán no es posible y veía «exagerados» los comentarios al respecto. Biden esperaba utilizar el tiempo que le quedaba en el cargo para poner fin a la guerra en Gaza. Y tal vez incluso alcanzar un acuerdo con Arabia Saudí e Israel que cambiara los paradigmas y transformara la región. Ninguno de los dos objetivos se vio facilitado por los asesinatos selectivos de los últimos días, al menos no en el corto plazo. Y ante estos últimos acontecimientos, tal y como informa el NYT, la escena ha cambiado a peor.

Todavía hay esperanza para un fin del conflicto ya que un equipo de negociadores estadounidenses que busca un alto el fuego acaba de salir de Roma. Y otro grupo se dirige a El Cairo desde Arabia Saudí para continuar entablando lazos esperanzadores.

Pero, la tensión se palpa en el ambiente: «Estos informes de las últimas 24 o 48 horas no ayudan a que baje la temperatura, no voy a ser optimista al respecto», dijo John F. Kirby, portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca.

«Obviamente, nos preocupa la escalada», añadió, incluso mientras se busca un alto el fuego. «Cuando hay acontecimientos, acontecimientos dramáticos, acontecimientos violentos, provocados por los actores que sean, eso ciertamente no hace más fácil la tarea de lograr ese resultado». Pero, dijo, «seguimos creyendo que hay un proceso viable».

La zona islámica «se dirige actualmente hacia la multiplicación de conflictos, de violencia, sufrimiento e inseguridad. Es crucial romper este ciclo» con un alto el fuego, afirmó el jefe de la diplomacia estadounidense, tal y como narra la agencia AFP.

Como hizo la víspera en Singapur, Blinken no comentó directamente la muerte del líder político del movimiento islamista palestino y se negó a «especular» sobre el impacto que podría tener en una tregua en Gaza, que Estados Unidos, junto a Catar y Egipto, buscan alcanzar desde hace semanas. «Creo que no sólo es realizable, sino que tiene que realizarse», dijo.

Las muertes de los dos líderes de Hamás unidos a un bombardeo israelí que mató el martes al jefe militar del Hezbolá libanés, Fuad Shukr, cerca de Beirut, hace temer lo peor. Pudiera estallar una confrontación regional de la guerra en Gaza entre Israel, enemigo número uno de Irán, y Hamás, apoyado por Teherán. Seguiremos informando.