Los disturbios se extienden a lo largo y ancho de la geografía británica

Lo que empezó como una protesta en Southport, municipio cercano a Liverpool, por el apuñalamiento -con resultado de muerte- de tres chicas jóvenes a mano del ciudadano de origen ruandés -pero nacido el en Reino Unido- Axel Rudakubana, de 18 años y del que aún no se ha verificado su pertenencia a religión musulmana-, se ha convertido, en apenas seis días, en una ola de violencia que ya asola a varios municipios. La estrategia de la Policía británica de revelar rápidamente la identidad de Rudakubana, encaminada a calmar los ánimos, ha demostrado ser un absoluto fracaso.

Pues las protestas, que ya han alcanzado con creces el rango de disturbios se están extendiendo a lo largo y ancho de la geografía británica. Después de Southport, Sunderland, en el este del país, ha sido el principal foco de violencia. Allí, los disturbios estallaron a última hora del viernes en Sunderland, donde los policías fueron objeto de «niveles significativos y graves de violencia», según sus portavoces. Imágenes publicadas en las redes sociales muestran a cientos de personas arrasando el centro de Sunderland, en el noreste de Inglaterra, atacando a la policía e incendiando al menos un coche.

Al final, tres policías fueron hospitalizados y ocho personas detenidas, informó la policía. «En el transcurso de la noche, estos agentes han experimentado niveles significativos y graves de violencia, lo que es profundamente lamentable», dijo Helena Barron, oficial de la Policía de Northumbria en un comunicado, añadiendo que dos de los agentes seguían hospitalizados.

El sábado, la violencia estalló en otros puntos de la geografía británica. En Liverpool, sin ir más lejos, La policía antidisturbios se vio ayer obligada a bloquear The Strand, a lo largo del paseo marítimo de la ciudad, cerrando al tráfico la concurrida vía, mientras los agentes se lanzaban a repeler a los manifestantes violentos.

Un agente de policía fue derrocado de una motocicleta, y los manifestantes más violentos lanzaron ladrillos, una silla y un cono de tráfico contra otros policías. Se vio, incluso, a un hombre sujetando un poste de madera mientras otros manifestantes corrían por la calle para huir de ese escenario. Los agentes del centro de la ciudad emitieron una orden de dispersión, lo que significa que pueden confiscar objetos a cualquiera que cometa un comportamiento contrario al orden público, y detener a cualquiera que intente volver a la zona. También se han registrado incidentes similares en Manchester, Belfast, Blackpool y Stoke-on-Trent.

Mientras, todas las mezquitas del Reino Unido se encuentran en estado de alerta máxima. En Londres y otras ciudades, la policía ha anunciado que reforzará su presencia en torno a las mezquitas. Mosque Security, una empresa que presta servicios de seguridad a mezquitas, ha recibido solicitudes de «más de 100 mezquitas» de las cerca de 2.000 que hay en el país, según declaró a la AFP su director, Shaukat Warraich. La lista no es exhaustiva.

El jueves por la tarde, el Consejo Musulmán de Gran Bretaña, Mcb en sus siglas, celebró una reunión con líderes de lugares de culto para hablar de la seguridad en vísperas del fin de semana. Uno de los líderes presentes «dijo que había recibido llamadas diciendo 'vamos a atacaros'», mientras que otros se preguntaban si debían continuar con las actividades previstas, como las clases para niños y las reuniones de mujeres.