Los ciudadanos del Reino Unido se han echado a la calle para protestar contra la situación
La policía británica realiza su mayor movilización en 13 años para intentar contener las protestas en el país
Los manifestantes siguen echándose a la calle para protestar contra los centros de asilo y las políticas de inmigración
Miles de manifestantes se reunieron en toda Inglaterra para protestar contra los centros de asilo, formando escudos humanos y exigiendo un cambio en las políticas de inmigración del país. Portando pancartas que decían «detengan los barcos» y «nuestra nación, nuestras reglas», los ciudadanos salieron a las calles en respuesta a lo que perciben como una crisis de inmigración descontrolada. Este movimiento surge nueve días después del trágico apuñalamiento de tres niñas en Merseyside y los disturbios que siguieron, lo que ha avivado el debate sobre la inmigración y la seguridad.
La policía, en su mayor movilización desde los disturbios de 2011, se preparó para contrarrestar posibles desórdenes, señalando que muchas de las reuniones planificadas tenían el potencial de volverse violentas. Las oficinas de abogados cerraron, las tiendas tapiaron sus ventanas y los consultorios médicos cerraron temprano mientras 41 de las 43 áreas de las fuerzas policiales locales en Inglaterra y Gales se preparaban para posibles enfrentamientos. Se reclutaron unos 6.000 agentes antidisturbios para enfrentar las manifestaciones previstas y unas 30 contraprotestas, después de que bufetes de abogados de inmigración y centros de refugiados fueran señalados como objetivos potenciales en un grupo de chat en Telegram.
En lugar de los disturbios esperados, miles de contramanifestantes salieron a las calles de Liverpool, Birmingham, Bristol, Brighton y Londres para proteger a sus comunidades. En Liverpool, cientos de personas formaron un escudo humano frente a una iglesia que alberga un centro de asesoramiento sobre inmigración, mientras que en Hackney y Walthamstow en el este de Londres y Finchley en el norte de la capital, miles de habitantes locales y activistas se reunieron con pancartas que decían «somos una sola raza humana» y «uníos contra el odio».
Sin embargo, en Brighton, un puñado de manifestantes antiinmigración fue rodeado por la policía para su propia protección después de ser superados en número por unos 500 contramanifestantes. Las tensiones estallaron en Aldershot, Hampshire, donde un grupo que gritaba «detengan los barcos» se enfrentó con manifestantes que portaban pancartas que decían «enfrenten el racismo». Decenas de agentes de policía intervinieron para impedir que los grupos se acercaran demasiado unos a otros. También hubo escaramuzas en Blackpool. La policía de Northamptonshire arrestó a tres personas por delitos de orden público en Northampton, sin que se reportaran heridos.
En Londres, la policía metropolitana arrestó a 15 personas, incluidas 10 en Croydon, por agredir a trabajadores de emergencia y posesión de armas ofensivas. Aunque hubo pocos manifestantes en los lugares atacados, los contramanifestantes permanecieron en las calles.
Imagen de las protestas en Liverpool
La rápida justicia para los involucrados en los disturbios de la semana pasada parece haber disuadido a otros de unirse a los disturbios. Las fuerzas policiales estaban preparadas para cualquier eventualidad, pero la noche transcurrió con mínima o nula violencia.
El jefe de la policía metropolitana, Sir Mark Rowley, y otros funcionarios subrayaron la importancia de no permitir que el sistema de asilo e inmigración sea intimidado. La policía y el Servicio de Fiscalía de la Corona buscan minimizar el número de sospechosos liberados bajo fianza como elemento disuasivo de nuevos disturbios.
El gobierno está tomando «medidas rápidas» contra los «alborotadores». Se han realizado 428 arrestos en 26 fuerzas policiales, y más de 140 personas han sido acusadas desde que estallaron los disturbios. Se esperan más protestas este fin de semana, aunque se anticipa que los próximos días sean relativamente tranquilos.
