Taiwán reitera que no está «subordinada» a China, tras la reunión de Wang y Sullivan en Pekín
Es la primera visita a China de un asesor de seguridad estadounidense en ocho años para plantear su «preocupación» por el «aumento de la presión militar, diplomática y económica» sobre Taiwán.
Taiwán subrayó este jueves que «no está subordinada» a la República Popular China, después de la última reunión en Pekín entre el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, y el máximo jefe de la diplomacia china, Wang Yi.
Según un comunicado difundido por la Cancillería china, Wang expresó el miércoles ante Sullivan que EE. UU. tiene que «dejar de armar a Taiwán», y advirtió de que «el independentismo» taiwanés es «el mayor riesgo contra la paz y la estabilidad» en el Estrecho.
«Taiwán pertenece a China y China se unificará. La independencia de Taiwán es el mayor riesgo para la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán, y Estados Unidos debe cumplir sus compromisos de no apoyar su independencia», aseguró Wang durante el encuentro.
El Ministerio de Asuntos Exteriores isleño condenó «enérgicamente» estas declaraciones, recalcando que están «alejadas de la realidad respecto a Taiwán», y enfatizó que la República de China (nombre oficial de Taiwán) y la República Popular China «no están subordinadas entre sí».
«La continua intimidación y opresión de China hacia Taiwán, así como sus descaradas ambiciones de expansión militar, son la mayor fuente de riesgo para la paz y la estabilidad regionales», denunció la Cancillería isleña, insistiendo en que las aspiraciones expansionistas de Pekín «van más allá de Taiwán».
«La alianza de China con Rusia, convirtiéndose en un apoyo clave para la invasión de Ucrania y poniendo en peligro la seguridad transatlántica, refleja que las ambiciones de China van más allá de Taiwán, trascienden la región y se han convertido en una amenaza significativa a nivel global», manifestó el texto oficial.
En este contexto, Taiwán «continuará fortaleciendo su capacidad de autodefensa» y defendiendo un «orden internacional basado en reglas», con el fin de «garantizar la paz, estabilidad y prosperidad» en el estrecho y en el conjunto de la región, sentenció el comunicado.
Sullivan realiza la primera visita a China de un asesor de seguridad estadounidense en ocho años para plantear, entre otras cuestiones, su «preocupación» por el «aumento de la presión militar, diplomática y económica» sobre Taiwán.
Desde que el nuevo presidente taiwanés, William Lai (Lai Ching-te), tomara posesión de su cargo el pasado mayo, China ha incrementado su actividad militar en torno a la isla y recrudecido el tono de sus amenazas contra los «secesionistas» de Taiwán, un territorio gobernado de forma autónoma desde 1949 y considerado por China como una «provincia rebelde».
Las autoridades chinas consideran que la cuestión taiwanesa es la principal «línea roja» entre Washington y Pekín, ya que EE. UU. es el principal suministrador de armas de Taipéi y podría defender la isla en caso de conflicto.