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Leader of the Labour Party Sir Keir Starmer with his wife Lady Victoria Starmer arrives in Downing Street to take the keys to No10 after an audience with King Charles lll as he becomes the UK's Prime Minister after winning yesterday's General Election and taking control after 14 years of Conservative rule.
Keir Starmer Downing Street, Westminster, London, UK - 05 Jul 2024 *** Local Caption *** .

Keir Starmer junto a su mujer, Victoria Starmer, llegando a Downing StreetGTRES

Investigan Keir Starmer por no registrar los regalos de su mujer procedentes de un millonario

El primer ministro británico habría declarado, pero no registrado bienes de lujo procedentes del multimillonario Lord Alli, expresidente de Asos

El primer ministro británico, Keir Starmer, tomó posesión de su cargo hace tan sólo dos meses en los que la Administración laborista (la izquierda inglesa) no ha parado de reportar aciagos frentes.

Quizás el más escandaloso lo protagonizó el mes pasado el desbordamiento de las prisiones lo que obligó a Starmer a excarcelar a reos que no estuvieran condenados por delitos de sangre o abusos sexuales. Un hacinamiento en el sistema penitenciario inglés que fue provocado por las detenciones masivas durante las manifestaciones antiimigración. A esto hay que unir una sanidad deficiente y una economía en decadencia, según fuentes internas laboristas han confirmado a The Times.

Mientras, la última desvergüenza se centra en la propia figura del primer ministro británico, Keir Starmer. Se le acusa de no haber declarado que un empresario multimillonario y donante del Partido Laborista compró ropa de marcas de lujo a su esposa, Victoria Starmer, según revela este domingo el Sunday Times.

En la actualidad, Starmer como el más alto dirigente laborista afronta una investigación por no haber desvelado, en su momento, que lord Waheed Alli, miembro de la Cámara de los Lores y uno de los principales benefactores del Partido Laborista, le entregó regalos. Concretamente, el multimillonario cubrió el coste de un asistente de compras personal, ropa y arreglos en los atuendos para la esposa del jefe del Ejecutivo, tal y como informa EFE.

Alli, expresidente de la firma de moda online Asos, posee una fortuna estimada en unos 200 millones de libras (236 millones de euros) y es el mayor donante personal de Starmer.

Gastos no registrados

Según el citado dominical, este año ha suministrado al líder laborista 18.685 libras (22.000 euros) en concepto de «ropa de trabajo» y varios pares de gafas. Hay que añadir 20.000 libras (23.000 euros) en alojamiento para el político. Así como una suma similar en «gastos privados de oficina» durante las pasadas elecciones generales de julio.

Por lo visto, los artículos de ropa para Victoria, antes y después de que Starmer entrara en Downing Street, fueron declarados, pero no registrados. Incumpliendo la norma de anunciar esos presentes a los 28 días siguientes de ser recibidos.

El periódico indica asimismo que la sede laborista ayudó a organizar la entrega de los bienes donados a Victoria Starmer.

«Buscamos asesoramiento de las autoridades a la hora de entrar en el Gobierno. Creíamos que habíamos cumplido (con las normas). Sin embargo, a raíz de más interrogantes este mes, hemos declarado más artículos (donados)», apuntó un portavoz de la residencia y despacho oficial del primer ministro.

Otras donaciones sospechosas

El citado periódico señala también que la oficina de Starmer contactó con las autoridades parlamentarias el pasado martes para registrar los últimos bienes donados.

Para entonces, el equipo del primer ministro ya se había puesto en contacto con ellos ya que varios diseñadores habían preguntado a Victoria si le interesaba recibir productos gratuitos, tales como ropa, joyas o maquillaje.

Al parecer, el personal del primer ministro preguntó si habría que declarar esos bienes, en caso de aceptarlos. Cuando les indicaron que sí, entendieron que deberían hacer lo mismo con los bienes que había donado previamente Alli.

Un asunto que puede parecer baladí, pero que, en caso de demostrarse podría quebrar las normas parlamentarias. Una costumbre que se toma muy en serio en la política inglesa como demuestra la dimisión en 2019 de Michael Bates, secretario de Desarrollo Internacional del Reino Unido, tan sólo por llegar tarde al Parlamento para responder una pregunta.

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