Harris y Trump cierran sus campañas con un clima de tensión extrema y buscando captar a los últimos indecisos

En la recta final de la campaña electoral, la vicepresidenta demócrata Kamala Harris y el expresidente republicano Donald Trump se preparan para el día de las elecciones con estrategias marcadas por la polarización y la retórica apasionada. Ambos candidatos han intensificado sus esfuerzos para captar el apoyo de los votantes en un país cada vez más dividido, mientras las encuestas reflejan una lucha reñida por la Casa Blanca.

Harris, en su cierre de campaña en Filadelfia, subrayó que «Estados Unidos está preparado para un nuevo comienzo», apelando a un cambio de rumbo tras años de políticas que, según ella, han fomentado el miedo y la división. Acompañada de grandes artistas como Lady Gaga y Ricky Martin, la vicepresidenta buscó proyectar un mensaje de esperanza y unidad, enfatizando la importancia de la comunidad y la inclusión.

Por otro lado, Donald Trump también ha llegado al final de su campaña con una retórica incendiaria. En un mitin en Carolina del Norte, el expresidente prometió llevar a cabo «la mayor deportación de criminales en la historia de Estados Unidos» si vuelve a ocupar la Casa Blanca. Su enfoque sigue alimentando el miedo y la xenofobia, a la vez que intensifica las divisiones dentro de la sociedad estadounidense.

Trump, quien ha utilizado aranceles como una herramienta de presión en su relación con México, aseguró que de ser elegido, impondrá aranceles de hasta el 100 % si no se controla la migración hacia EE. UU. Esta amenaza no solo refleja su estilo confrontativo, sino también una estrategia que busca movilizar a sus bases a través del temor.

La lucha por el voto hispano

Ambos candidatos están conscientes de que el voto hispano podría ser determinante en estas elecciones. En Pensilvania, la población latina ha crecido significativamente, y se ha convertido en un grupo clave para inclinar la balanza electoral. La visita de Harris y Trump a ciudades con alta población hispana es una clara señal de su intento de conquistar a este electorado.

La campaña se cierra con un panorama incierto, donde las encuestas sugieren que la competencia es extremadamente reñida, con ambos candidatos en una lucha titánica por captar cada voto. La forma en que Harris y Trump han abordado sus cierres de campaña refleja no solo sus estrategias políticas, sino también el estado de una nación que se prepara para decidir su futuro en medio de una creciente polarización.