¿Tras Francia y Países Bajos, España podría ser el siguiente escenario del extremismo antisemita?
España se ubica en la segunda posición a nivel de antisemitismo digital en Europa y crece el riesgo de escalar al físico, como lo visto en Ámsterdam y París
España ocupa el segundo lugar en publicaciones antisemitas en la red, según un reciente informe dado a conocer por el Ministerio de la Diáspora y Combate contra el Antisemitismo de Israel.
El documento alerta sobre el incremento del antisemitismo en Europa, una tendencia preocupante que se manifiesta en ataques físicos, como el pogromo ocurrido la semana pasada en Ámsterdam o las consignas antisemitas en París durante un partido de futbol, así como una explosión de discursos de odio en redes sociales.
Aunque España aún no se encuentra en niveles de máximo riesgo de convertirse en escenario de agresiones como lo son el Reino Unido, Francia o Alemania, el aumento del antisemitismo digital y su impacto social colocan a nuestro país en una alarmante posición en cuanto al riesgo online y en un nivel medio en cuanto al riesgo físico, según el informe.
Con 1,3 millones de registros, el dossier destaca que España ocupa el segundo lugar en publicaciones antisemitas en la red, solo por detrás del Reino Unido (2,5 millones) y por delante de Francia (1,15 millones). El dato es especialmente significativo si se tiene en cuenta el reducido tamaño de la comunidad judía española, que cuenta con aproximadamente 13.000 personas (las comunidades locales aseguran ser más de 40.000), en comparación con Francia (440.000 judíos) o el Reino Unido (312.000).
Elaborado por la Comandancia Nacional para Combatir el Antisemitismo del Ministerio de la Diáspora y Combate contra el Antisemitismo y basado en inteligencia de fuentes abiertas, también analiza los factores detrás de esta tendencia. Entre ellos, revela que los principales motores del antisemitismo son activistas pro-palestinos, incluidos políticos, grupos e influencers, que han intensificado su actividad tras el 7 de octubre de 2023.
Una amenaza latente
Juan Caldés, director de relaciones con España en la Asociación Judía Europea (EJA), señala que, aunque el nivel de violencia física en el país es más bajo que en otros países europeos, existe un creciente riesgo.
«Gracias a Dios, en España aún no estamos a esos niveles de violencia física», señala al diferenciar la situación del país respecto a naciones como Países Bajos o Bélgica, donde recientemente se perpetraron ataques contra miembros de la comunidad judía ortodoxa de Amberes, «una de las más visibles de Europa».
Sin embargo, Caldés advierte de que el discurso de odio en redes sociales y foros públicos ha aumentado de manera significativa desde el estallido del conflicto en octubre del año pasado. Este fenómeno, dice, está impulsado tanto por sectores islamistas como por una «extrema izquierda cada vez más radicalizada» que ha encontrado eco en figuras políticas españolas.
Variaciones entre Madrid vs. Barcelona
El contexto del antisemitismo en España varía significativamente entre regiones, según Caldés. «En Madrid veo menor probabilidad de incidentes que en Barcelona», explica, atribuyendo esta diferencia al nivel de respaldo institucional que las comunidades judías reciben en cada ciudad.
En Madrid, líderes como la presidenta de la Comunidad Autónoma, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, «han mostrado un respaldo sin fisuras». Por el contrario, en Barcelona, la ruptura del hermanamiento «simbólico» con Tel Aviv durante el mandato de Ada Colau marcó un distanciamiento institucional que ha favorecido, según argumenta, la propagación de posturas antisemitas en línea con postulados del movimiento BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones).
Redes sociales y discurso político
Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia y codirector del Observatorio contra el Antisemitismo, descarta que puedan producirse, de momento, pogromos como el de Ámsterdam y asegura que no se dan los mismos elementos que en otros países de Europa al haber «más control y leyes contra el odio que lo penalizan».
La sinagoga de Melilla fue asediada en octubre de 2023 al grito de «Israel asesino», generando una gran tensión y obligando a varias personas que rezaban en su interior a no poder salir hasta que concluyó el tumulto y fueron autorizadas por las fuerzas de seguridad, en uno de los incidentes de esta naturaleza más graves que se conocen.
Ibarra, quien el viernes intervino en un panel organizado en Madrid y que supuso el punto de partida de la Coordinadora Nacional de Lucha contra el Antisemitismo, considera que en España el odio no controlado puede convertirse en otra cosa.
Y es que los mensajes que se vierten desde miembros del Gobierno liderado por Pedro Sánchez representan, para los expertos, un «caldo de cultivo antisemita» y legitiman posturas extremistas en el espacio público.
Caldés menciona ejemplos como el de Sira Rego, actual ministra de Juventud e Infancia, quien «glorificó los ataques del 7 de octubre» cuando entonces se desempeñaba como eurodiputada (Izquierda Unida) para ser nombrada ministra un mes después. O el de la vicepresidenta Yolanda Díaz, quien cerró un vídeo institucional con el lema «Palestina será libre desde el río hasta el mar», frase comúnmente asociada con movimientos que buscan la desaparición de Israel.
La comunidad judía en España y el antisemitismo
Las comunidades judías han trasladado al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, su preocupación por el aumento del antisemitismo en diversos espacios, incluidos centros educativos, universidades y medios de comunicación. Aunque valoran el Plan Nacional contra el Antisemitismo aprobado en enero de 2023, a instancias de la Unión Europea, muchos consideran que estas iniciativas son insuficientes.
Presidente de la Federación de Comunidades Judías en España
Isaac Benzaquén: «El repunte de ataques antisemitas en España no lo habíamos vivido en muchísimos años»
«En gran parte eso es una fachada. Te pueden hacer la foto para desmentir cualquier acusación de antisemitismo, pero al final lo que queda son los hechos», censura Caldés, para quien el mero hecho de que los encuentros con las comunidades los encabece el responsable de la Política Exterior y no del Interior refuerza el estereotipo de la doble lealtad, «tratando a los judíos españoles más como israelíes que como ciudadanos locales».
Por otra parte, Caldés critica decisiones recientes del Gobierno español, como el incremento de financiación a la UNRWA, organización acusada de vínculos con Hamás, y el respaldo a la denuncia por genocidio contra Israel presentada por Sudáfrica ante La Haya.
El disfraz del antisionismo
Una de las principales preocupaciones que apuntan desde las plataformas que luchan contra la demonización a los judíos e israelíes es cómo el antisionismo moderno se ha convertido en una manifestación «más aceptable» del antisemitismo.
Según Caldés, este fenómeno permite que el odio hacia los judíos se exprese bajo la apariencia de críticas a Israel.
«Este disfraz de antisionismo permite que el antisemitismo se manifieste de manera más aceptable socialmente, pero sigue siendo el mismo odio de siempre», asegura.
España se encuentra en una posición compleja frente al antisemitismo. Si bien los niveles de violencia física son menores que en otros países europeos, en buena medida por la reducida comunidad judía local, el creciente odio en línea y las señales enviadas desde el ámbito político plantean riesgos tangibles.
Riesgos que ha evidenciado el informe para aquellos israelíes que visiten España, pero también, para la propia seguridad de la comunidad judía. Como advierte Esteban Ibarra: «Hay una hostilidad creciente que puede derivar en algo mucho más grave».